Capsulas de Carreño

Colombia firmó el triunfo en La Paz

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Por Jorge Iván Londoño Maya

 

*Victoria que sirve de abrebocas para el partido contra Ecuador.

 

En efecto, lo que no pudimos hacer al nivel del mar… contra Argentina, Colombia lo consiguió en la altura, firmando  el triunfo que nos quitó ese  saborcito maluco que traíamos desde el inicio de esta eliminatoria.

Este partido estaba precedido de muchos interrogantes, comenzando por la convocatoria, pues el momento de  algunos de los referentes no era halagador, así el presente de los nuevos fuera prometedor.

También estaba en juego la desalineada de la dirección técnica, que comenzó a notarse en la pasada Copa América y en esta eliminatoria. Pesaba igualmente el buen historial que exhibe Colombia en su paso por La Paz, y obviamente el consabido tema de la altura, con todas sus complicaciones de orden físico y hasta geométrico. Era pues el partido del sí o si.

La alineación, incógnita hasta donde más se pueda estirar, (justificación laboral) nos deparo buenas expectativas por los jugadores que hacían su debut  de amarillo vestidos, Pérez, Díaz, y Oscar Murillo, fieles a su calidad, no defraudaron. Celis, del paquete de sorpresas que a veces nos da el profesor, desentono para mi gusto, por su  accionar atropellado y falto de claridad en la salida. Estefan Medina con un regreso ordenado, después de un debut con altas y bajas.

Ese primer tiempo nos mostró una Colombia ajustada a su propuesta conservadora de juego, con mucha paciencia y control, y apostándole al contragolpe, estrategia que con el transcurrir de los minutos fue dando sus frutos; pues Bolivia, aun con la tenencia del balón y su superioridad física, no pudo llevar peligro a nuestra portería, muy bien custodiada por Ospina, que con solvencia sorteó los pocos sustos. El gol tempranero de James fue la aspirina para que el juego de Colombia comenzara a fluir. El segundo gol nos encumbró a 5 mil metros de altura. Colombia   fue solidaria, comenzando por James,  y se afianzó en contención y en defensa con ese par, no de “Murillos”, sino de señores muros de contención.

Que dicha vivir el entretiempo con un marcador de dos goles a favor, y viendo al equipo bien plantado, con una actitud  bien  diferente a la de partidos anteriores, obvio, sin llegar al orgasmo de Brasil 2014.

Inicia la complementaria y una desafortunada mano de Murillo, precedida por el  resbalón de Oscar Murillo, que de no haber sucedido habría sido balón evacuado, decreta el penalti para el dos a uno. Bolivia arrecia con pulmones embadurnados de Vick Vaporub,  y de un balón mal protegido adelante, a escasos metros del banderín, sale un pase kilométrico que es recibido por un jugador boliviano, quien con la mano abierta manda a Murillo al piso, clara falta que no pita el juez, y que permite terminar en centro para que entre el monito con pinta y arrestos de alemán, para decretar el empate. Y se nos viene la noche encima y si no es por una magistral atajada de Ospina a un cabezazo del nueve boliviano estaríamos contando otro cuento.
Con los cambios llega otro aire que ya escaseaba en la mayoría de los nuestros. Salen Cuadrado, jugadorazo pero inclinado a exagerar con la tenencia del balón, Bacca que esta vez si mugió, y Pérez, borbotones de calidad. Entran Marlos a demostrar porque debe ser titular aquí y no allá, Edwin Cardona el dueño del minuto de Dios y Muriel que se atraganto con lo que pudo ser el desequilibrio más temprano. Marlos y Cardona plantaron la bandera en la cima de los 3.650 metros con el tercero, y por un “pelito” James nos privó del cuarto en su mejor estilo.
Victoria que sirve de abrebocas para el partido contra Ecuador, en el que posiblemente haya cambios en la nómina pero no en la actitud. La consigna del equipo sigue latente, ir a recorrer la Plaza Roja en un día de descanso.
[Jorge Iván Londoño Maya]

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