Capsulas de Carreño

Comesaña, viejo es el sol… Por Hugo Illera, Diario Deportes

 

Por Hugo Illera, Diario Deportes.

 

 

*Y ese viejo ha ganado un título como jugador, tres ligas y una superliga y ha sido semifinalista en Copa Libertadores y Suramericana..

Vieron, ese es el fútbol. Que Junior jugó mal y perdió con América en Barranquilla. Sí, pero las definiciones de ida y vuelta son de 180 y no de 90 minutos. El foco de la derrota en el primer partido 2×1 fue el DT Julio Comesaña. Él y sólo él, como culpable único, podía revertir la situación. Siempre he creído que el hincha y los periodistas tenemos todo el derecho a analizar, criticar o ponderar las decisiones de un técnico, pero sólo ese técnico conoce íntimamente a su plantel con sus virtudes y sus defectos.

En el juego de Barranquilla, Junior se quedó con 10 hombres a los 23 PT, Ditta ingresó por Cariaco y se rearmó la figura defensiva. Después, en el segundo tiempo ganando el juego 1×0, Comesaña sacó a sus dos delanteros (Borja y Teo), hizo doble línea de cuatro (4-4) y, desde esos 7 minutos intentó conservar el marcador blindando las bandas para anular el juego de América, pero no alcanzó.

He creído que las decisiones de cambios de jugadores son responsabilidades compartidas. Entre el técnico que observa y la ordena y el jugador que entra a solucionar.

El partido de Barranquilla hizo que el favoritismo pasara del Junior al América. Es que América jugó muy bien y, en los minutos finales, con dos jugadas desafortunadas defensivas del equipo barranquillero, se llevó una victoria que laceró el alma de los hinchas rojiblancos.

Y entonces, entre el lunes y este viernes, pasó lo que siempre pasa. Es típico. Nos acordamos de los que no jugaron (Sherman), criticamos a los que jugaron poco (Cariaco), a los que mostraron bajo nivel (Didier) y de las decisiones del técnico Comesaña (doble línea de 4 a los 7 ST) sin olvidar que ya “debiera” irse del Junior olvidando que es el técnico más exitoso en la historia del equipo barranquillero.

Esta noche de viernes, lástima la pandemia, el Juniorismo ha vuelto a gozar y a paladear esos triunfos sufridos, jodidos, paridos, herniados, que nos ha tocado vivir. Y pa´qué, son bacanos. Y, en casi todos, al borde de la cancha, ha estado la figura de Comesaña.

El Junior herido pasó por encima del América y ganó la Superliga. El único torneo colombiano de la primera división que no había ganado Julio.

El viejo zorro plantó 1-4-4-2 con la alineación, otra vez, de Cariaco, pero no por izquierda sino por la derecha, incluyó a Hinestroza por la izquierda, a Piedrahita por en lugar de Viáfara y conservó a Didier al lado de Pico. Borja y Teo en punta. Y a jugar.

Presión en el medio del Junior que sorprendió y obnubiló al América. No lo esperaban. El equipo de Comesaña los metió en su propio terreno, le ocupó todos los espacios, los dejó sin movilidad, les cerró la salida por las bandas, desconectó a Vergara y Carrascal y los inutilizó.

Los golazos de Hinestroza a los 10 PT y el de Carmelo a los 37 ST, comenzando y terminando el juego, dieron dos golpes que sepultó el favoritismo del América con todo el dolor para ellos.

La tapada, con volada incluida de Viera en el minuto final, le devolvió a la hinchada del América todo el dolor que soportó la del Junior en ese primer juego en el Romelio Martínez. De paso, la estirada del arquero uruguayo quedará para siempre en el reír barranquillero y en el llanto caleño. Es que era el segundo final del partido. Viera no había terminado de caer cuando el árbitro Edilson Ariza pitó el final del juego. Otra vez el Ángel de la Guarda.

Las palabras de Comesaña, en la rueda de prensa, más que cobrar por los comentarios hechos en la derrota inicial (con razón o no) llevaba implícita una verdad que todos vedamos. Es que Junior, en el primer partido, si bien comenzó ganando, la expulsión de Mera le cambió toda la idea y toda la estrategia montada. Lo que pasa es que, en el análisis de la dolorosa derrota, todos nos olvidamos eso.

Así es y será siempre. Se pierde un partido y la avalancha de comentarios llegan ciertos o no ciertos. Se gana un partido con título incluido y las risas y los abrazos y las lágrimas y el borrón y cuenta nueva llegan justificando lo que, antes, habíamos criticado.

Es el fútbol como la vida. Lo que ayer nos pareció malo hoy es bueno y, lo que nos pareció bueno, mañana es malo. Es el utilitarismo que nos invade.

Leo el mensaje de un amigo cuando terminó el juego en Barranquilla: es que Comesaña ya debe irse, con él no vamos a ganar nada, ya está muy viejo.

Y ese viejo (como el abuelo, o a la abuela, o el papá o la mamá de quien me escribió) ha ganado un título como jugador, tres ligas y una superliga y ha sido semifinalista en Copa Libertadores y Suramericana y todavía está vigente con sus virtudes y sus defectos.

Viejo es el sol y todavía alumbra, como dice mi compadre Juan Piña…

Barranquilla
Septiembre 11, 2020

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