Capsulas de Carreño

Con los refuerzos: Errores para no repetir (María Victoria Zapata)

MARIA-VICTORIA-ZAPATAPor María Victoria Zapata B.

*Ya es hora de  erigir una buena defensa  para  el DIM.

Fueron, en total,  diez  los jugadores que el Deportivo Independiente Medellín vinculó para el recientemente concluido primer campeonato del año 2015. Los arqueros  Anthony Silva y David González, éste último un hijo muy querido de la casa roja, el lateral derecho Juan Camilo Angulo,  los volantes ofensivos  Hernán Hechalar  y  Brayan Angulo, el  volante de  marca  Didier Moreno y  los  atacantes   Juan Fernando Caicedo, Luis Nieves (mexicano), Charles Monsalvo y Juan David Pérez. Se adquirieron, además, y como inversión,  los derechos deportivos del  juvenil zaguero ecuatoriano Rony Santos, quien juega actualmente con el   Manta F.C. de dicho país.

No obstante el elevado número de contrataciones,   en modo alguno  ellas   obedecieron   al  análisis  ni   verificación de las necesidades del equipo, como quiera que hubo proliferación de refuerzos de mitad hacia adelante pero  se  desatendió   la grave problemática en la zaga  y  en la primera línea de volantes. Por ello,  y dada la vulnerabilidad mostrada por el equipo, cada partido se convirtió en  toda una  tortura de  orden defensivo. Sin trabajo por las bandas,  sin capacidad para contrarrestar el juego aéreo rival, sin filtro en mitad de campo y sin capacidad de manejo y recuperación del balón,  tal como lo habíamos presagiado los hinchas,   el DIM fue  un equipo desbalanceado y, en gran número de  compromisos,   inconexo.

En ese aspecto fallaron de manera estrepitosa tanto la  Comisión Técnica   como   el  Cuerpo Técnico  que encabezaba  por aquel entonces el adiestrador tolimense Hernán Torres  quienes, sin  razón  alguna, ignoraron las carencias  de un cuadro rojo que fue obligado  a enfrentar   el torneo con fisuras imposibles de resanar  en  juego aéreo, salida por los costados,  marca y  recuperación ,  para un DIM  profundamente desequilibrado y que hoy, seis meses después, sigue pidiendo a gritos la consecución de  zagueros  y volantes de contención.

Si bien es cierto los  centrocampistas  y delanteros contratados  a principios de año quedaron   en deuda con la afición, también lo es que la intermitencia de su juego obedeció a las múltiples dificultades que afrontó un equipo que  pese a   contar con una nómina eminentemente atacante fue obligada   a jugar   con módulos defensivos durante gran  parte del campeonato,   a improvisar posiciones  como  el caso del  argentino Hernán Hechalar,  o a desdeñar el potencial   de los delanteros Juan David Pérez, Juan Fernando Caicedo e, incluso,  de Charles Monsalvo.  Infortunadamente, y por motivos  que aun no logramos percibir,  el DIM  no solo se desdibujó  en el ámbito emocional y  cambió su estilo e identidad futbolísticas sino que  pese a la contratación  de cuatro atacantes (Pérez, Monsalvo, Nieves y Caicedo) y dos volantes de armado (Hechalar y B. Angulo), todos ellos subutilizados en la casi totalidad del campeonato,  el equipo fue direccionado hacia esquemas defensivos sin contar con jugadores ni fortaleza alguna en este tipo de módulos.  Esa  constituyó una de las grandes  paradojas  del  DIM descompensado, vulnerable y lleno de contradicciones  que vimos en la liga Águila l del presente año.

Después de la derrota en la  final y de la  conclusión del campeonato,   quedó claro que  el  tantas veces  cuestionado zaguero argentino  Diego Hérner  debe seguir en el DIM pero requiere continuidad.  Igualmente  hay  justificación a la no renovación en los  contratos de Vladimir Marín, cuyo fútbol actual es  nulo, Daniel Hernández, un armador  con muy pocas oportunidades en Independiente Medellín,   y Julián Guillermo, intrascendente en su paso por el cuadro rojo. Al delantero mexicano Luis Nieves NO lo vimos jugar realmente. ¿Para que lo trajeron? Es algo inexplicable.  Pero también resulta incomprensible la  presencia de jugadores con tan escaso aporte como Jorge Arias, Luis Tipton, Jhersson Córdoba, Juan Camilo Angulo  y Cristian Restrepo.

Así las cosas, y  después de varios días de  concluido el campeonato, con la herida  aun   sin cicatrizar,  con la expectativa por los movimientos en materia de salida y llegada de jugadores y  con  las muchas  especulaciones, como siempre ocurre,  a la orden del día, las necesidades rojas  se centran, una vez más,  en la consecución de dos laterales y un central,   dos volantes  de contención  y,  de ser posible,  un  genuino goleador.

A pesar de  contar  con una columna vertebral  valiosa (Silva, Herner, Marrugo, Hechalar, Caicedo y Pérez)   ahora las prioridades  están  en  la zaga y primera línea de volantes y es en  esas posiciones en donde, esperamos, se centre  la labor de comisión técnica, cuerpo técnico y dirigencia del Deportivo Independiente Medellín. Ya hemos dado muchas ventajas en ese aspecto, ya es hora de  erigir una buena defensa  para  el DIM.

[María Victoria Zapata B.]

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