Concentración de Colombia es un búnker… Directivos en otro hotel…

La concentración de la Selección Colombia es casi un búnker en estos momentos. El hotel Hilton Garden Inn, sitio escogido por solicitud expresa del técnico José Pékerman y su grupo de colaboradores, está cercado por una serie de vallas de contención en el límite del bordillo de la carrera 53, a la altura de la calle 100, que dejan sin espacio al peatón y a los curiosos en riesgo de ser atropellados por los carros que suben por esa vía.

Desde el bulevar, enfrente de la fachada del hotel, donde se acomodan los periodistas, para hacer sus reportes, y los aficionados, para tratar de mirar a los jugadores, por lo menos, se alcanza a ver la estricta vigilancia en el lugar. Unos 10 policías, personal dela empresa 911 y el equipo de seguridad del hotel conforman un esquema de custodia prácticamente impenetrable para los que no están hospedados ahí.

Desde la llegada de Pékerman en el 2012, el ambiente del representativo nacional se había suprimido la masiva presencia de reporteros, directivos y curiosos en el lobby del hotel, las interminables visitas de familiares y amigos de los jugadores, las amplias tertulias y toda la informalidad que se vivía en otras épocas. Sin embargo, esta vez se muestra mucho más hermético.

¿Por qué?
Aunque en el Hotel Sonesta se logró la clasificación para el Mundial de Brasil-2014, Pékerman no estaba satisfecho con la privacidad que tenían los jugadores allá. La cercanía de ese sitio de hospedaje con un centro comercial hacía relativamente fácil el contacto de los jugadores con el público y el entrenador argentino quería menos acoso y más concentración.

Por eso, según averiguaciones de EL HERALDO, hace aproximadamente un mes, Pékerman envió a Barranquilla a su preparador físico, Eduardo Urtasún, a otro miembro de su grupo de ayudantes y al gerente deportivo de la Selección, Alonso Amorocho, para que hicieran un recorrido por los principales hoteles de la ciudad en busca del lugar adecuado para mantener a los jugadores realmente concentrados.

 
Pero la extrema reserva que Pékerman quiere alrededor de la Selección va más allá del cambio de hotel. El DT aspira a que no se filtre absolutamente nada de lo que ocurre en la nueva sede y tiene prohibido que se emita cualquier información, por muy intrascendente que parezca. Ni siquiera los pisos y cantidad de habitaciones que ocupan.

Personal del hotel, hasta hace pocos días, negaba que la Selección Colombia se fuera a concentrar allí y no han dicho ni ‘mu’ en torno al privilegio de tener de huéspedes a las estrellas del fútbol colombiano.

«Existe un contrato de confidencialidad, ellos no pueden decir nada. Se quiere total privacidad», confirmó un directivo de la Federación Colombiana de Fútbol a EL HERALDO.

A los trabajadores del hotel, de cualquier rango, y a la gente que trabaja con la Selección no se les saca información ni con alicate.

«No quiero que me boten, nos prohibieron hablar. Lo siento», se disculpó una funcionaria del hotel.

Los jugadores adentro también tienen sus reglas y tiempos breves para las visitas. Gustavo Morelli, jefe de seguridad y logística de la Federación Colombiana de Fútbol, se encarga de recordarles a los jugadores que no se pueden demorar mucho en la atención a los familiares y amigos.

Morelli ha estado al frente de los operativos de recibimiento de los jugadores junto a Alonso Amorocho. En esos esquemas de seguridad, por primera vez Pékerman no salió por la puerta de llegadas nacionales, como acostumbró en toda la eliminatoria pasada sin ningún inconveniente. Esta vez salió de manera secreta y gambeteó a la prensa, lo cual confirmó el crecimiento de su hermetismo. De igual forma sacaron a Falcao García.

Hay cerca de 40 integrantes de la Selección Colombia pernoctando en el Hilton Garden Inn, entre jugadores, cuerpo técnico, médicos, masajistas y utileros. Los directivos del fútbol colombianos se encuentran en el hotel Estelar.