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Contienda en Envigado rellena de todo, menos de goles
- Updated: 15 marzo, 2025
Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.
Tribunas abarrotadas de hinchas verdes, y algunos naranjas al menudeo. Los “colaos” que no faltan en azoteas, techos, y balcones de casas y edificios vecinos. Algunos jóvenes exhibiendo su pancarta hecha con marcador en cartulina, pidiéndole la camiseta al jugador de su preferencia, hasta los guantes a Ospina. Clima y cancha inmejorables.
Nacional debió haber llegado en su flamante bus, porque el metro siempre queda lejos. Los de Envigado en uber y Wilmar Roldan en carro propio. Pues, piensa uno.
Ambos equipos con su uniforme oficial y con la nómina de saco y corbata. Cordial saludo entre Roldan y Gandolfi, seguramente por algún partido de Copa Libertadores en el que ambos fueron actores, uno como árbitro y el otro como jugador. En el banco Naranja su técnico Andrés Orozco, de larga trayectoria como jugador; Envigado, Nacional y Medellín lo tuvieron en sus filas.
Tal como se presagiaba, Nacional comienza imponiendo condiciones, con llegadas importantes, generando juego por las puntas; en la derecha Marino que se “reconcilia” con Román, para volver a ser la pareja, que tan buenos dividendos nos dejó en el semestre anterior. Por la otra aparecen Parra y Cándido. Pero es Envigado el que primero toca el timbre, con un disparo de Díaz al minuto 12, balón que llevaba una comba rara, que obligo a Ospina a volar hacia atrás y con su brazo derecho mandarlo al tiro de esquina.
Envigado espera, aguanta en defensa y aprovecha cualquier salida para ponerle velocidad e inquietar el arco de Ospina, quien al minuto 33, se “chispotea” en un saque, balón que queda en un contrario con el arco solo, dispara y sale desviado. ¡Hijuemadre susto!
Minuto 34, llegada de Nacional por parte de Viveros y Cándido, se forma el borbollón en el área, el balón es despejado por Ramírez al centro del campo en el que recibe un compañero que compite en los 100 metros planos, y Juan José Arias no tiene más remedio que empujarlo sutilmente para generar la falta, y de paso ganarse la roja. En la repetición del borbollón se ve un pisotón de Ramírez a Cándido, que lo desestabiliza, acción que pudo haber sido advertida por la chica del VAR, pero Roldan hace caso omiso y sigue mascando chicle, o ella sigue el juego como si nada hubiera pasado. Vaya uno a saber.
No obstante la expulsión, Gandolfi no hace cambios, porque ve que el equipo no se nota “cojo”. Y a decir verdad, en el tiempo restante de la primera parte, y en la etapa complementaria, no se notó que Nacional tuviera uno menos.
Así las cosas, los últimos 45 minutos continúan con Nacional generando llegadas, teniendo a Cardona como director de orquesta en la mitad de la cancha, no solo para repartir balones, sino para cobrar los innumerables tiros de esquina o los tiros libres, jugadas que generaron riesgo y que fueron el motivo para que Escobar se erigiera como el salvador de su equipo.
Termina el partido con un empate a cero goles, con buenas oportunidades de gol, con atajadas de malabarista del Circo del Sol de ambos porteros; con Orozco al borde del infarto, vociferando a diestra y siniestra y mandando manotazos que llegaban hasta El Trifásico. Gandolfi mucho más calmado y resignado por no haber conseguido los 3 puntos, pero poco a poco va a prendiendo que equipos como Envigado, sueñan con jugar contra Nacional, y sufren del delirio de triunfalismo como sea, estén en la posición que estén y jugando bien, regular o mal. ¡Qué hacemos pues!
Sigue el miércoles próximo el encuentro aplazado contra el Tolima, partido que será de campanillas, porque este “nuevo” Tolima es a otro cantar, y no propiamente con pasitos de bunde o estrofas repetidas de bambucos. A propósito, ya me lo advirtió quien en mi vida laboral fuera mi gran jefe, “Ojo Jorgívan con ese Tolima, que equipo tan complicado; advierta por allá para que no nos cojan de sorpresa”. Así pues Alfredo, tu que tienes más rosca por las toldas verdes, manos a la obra.
“Nunca subestimes a tu oponente, y nunca subestimes tu talento”. Hale Irwin.