Capsulas de Carreño

Copa América. Si huele a pólvora y se juega, huele a podrido. Por Cristian Grosso, La Nación

Por Cristian Grosso, La Nación de Argentina.

 

 

*Colombia sufre y se desangra con el paro general. La Conmebol acompaña ese dolor inyectándole su dosis de circo.
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Que el gobierno deI presidente colombiano Iván Duque ofrezca las garantías mientras ha perdido el dominio de muchas calles de la nación es una posición del gobierno de Colombia. Lo juzgará su pueblo.

Que la Conmebol confirme a Colombia como una de las sedes de la Copa América es su responsabilidad. Esa facultad es intransferible. Sensibilidad y prioridades, dos conceptos traspapelados. Peor, degradados.

Lamentablemente, hoy la vida en Colombia dejó de transitar por la normalidad y el fútbol no se puede imponer con fórceps. Una desdeñosa ficción.

La tensión en el orden público, con diferentes puntos cardinales alterados por la agitación y una cuenta de muertos que no se detiene es el punto más inquietante. Pero no el único, claro. La situación sanitaria también abruma. La pandemia asola a la región, pero el coronavirus nunca ha frenado el afán de la Conmebol por jugar a cualquier precio.

Sobran grotescos para enhebrar en las cuatro últimas semanas de actividad en las Copas Libertadores y Sudamericana. Con cómplices, desde luego, partícipes imprescindibles: el silencio de los clubes y de las federaciones. Porque mientras Marcelo Gallardo ofrece argumentos desde la sensatez, por ejemplo Rodolfo D’Onofrio y Claudio Tapia, callan. Y tantos más.

Iván Duque, el presidente de Colombia, volvió a sostener a su país como sede de la Copa América, pese a que hace 17 días que no cesa la violencia en las calles de varias ciudades.

Colombia sufre y se desangra con el paro general y la protesta callejera más prolongada que recuerde la República, según registran los medios periodísticos locales. La Conmebol acompaña ese dolor inyectándole su dosis de circo. ¿Analgésico, somnífero? Siempre que se sostenga la sinrazón se tratará de un insulto.

El continente, el mundo, fueron testigos de que el experimento en Barranquilla y Pereira, en la noche de Libertadores del miércoles resultó un fracaso. Y anoche se repitieron los incidentes, también en Barranquilla, en la antesala de América de Cali frente a Mineiro.

La suspensión definitiva del encuentro estuvo siempre latente, con hasta cinco interrupciones. Recordatorio: en Barranquilla esta prevista la final de la Copa América, y a esa ciudad deberá viajar la selección de Lionel Messi el 8 de junio para jugar por las eliminatorias, rumbo al Mundial de Qatar 2022. Todo al límite.
(Tomado del diario La Nación de Argentina).

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