Capsulas de Carreño

Creativos de Turrón Álvarez al Pibe Valderrama

Carlos Valderrama, creador de juego por excelencia, como lo fueron Turrón Álvarez, «Maravilla» Gamboa, Alejandro Brand, Ponciano Castro, Hernán Darío Herrera, entre otros. Fototomada de futbolred.

Por Juan Manuel Uribe.
Historiador – Columnista Cápsulas.

 

 

*La creación de juego por excelencia ha tenido protagonistas inolvidables en el fútbol mundial. Y por supuesto colombianos, apreciados, disfrutados y recordados siempre. Les dedicamos hoy estas líneas en CÁPSULAS.

TURRÓN

Humberto Turrón Álvarez, sí, Turrón sin comillas pues el antioqueño hizo de su apodo el nombre propio, era gambeta y avance. El balón se le pegaba del botín, se deleitaba y deleitaba con el balón. “Es muy fácil jugar bien al futbol”, con acento agudo nombró siempre al juego (como es en México). El talento natural de Turrón era ser excelso. Su carrera fue en el Atlético Nacional desde el inicio del campeonato profesional de Colombia hasta diciembre de 1959, cuando pasó al Deportivo Cali y luego al DIM, donde cerró en 1961.

Humberto Turrón Álvarez, gracias por su fútbol. q.e.p.d. Foto tomada de futbolred.

Vivió todo en Nacional: el cambio de nombre del club de Municipal a Nacional (julio de 1950), el último lugar de 1950 (compartido con Once Deportivo de Manizales), jugó de centro medio (2 partidos en 1952), el título de 1954 (dupla de juego maravilloso con Miguel Juan Zazini), la transformación de la pantaloneta de rojo a negro (1954) y por fin a blanco (1956) y la supervivencia del club, capítulo de significado mayúsculo en la vida profesional de Turrón, pues a él se le ocurrió arrendar la ficha a los directivos, que encabezados por Rafael Uribe Restrepo comunicaron que no jugarían el campeonato de 1958. “Fuimos los únicos profesionales que pagamos por jugar”, afirmó siempre. Ese fue el extraoficial “Independiente” Nacional del periodo 1958-1960, que indicaba la independencia frente a los directivos dueños.

Turrón jugó con la selección Colombia de 1957 en el torneo Sudamericano de Lima y convocado a la eliminatoria para Suecia, se retiró por su carácter de no estar de acuerdo con alguna decisión del técnico Rodolfo Orlandini. Tuvo varias ofertas del exterior, entre ellas del Bolonia, pero no hizo esfuerzo por atenderlas…

No quedaron filmaciones, pues las que se hicieron en Medellín hacia mediados de los 50 no las conservamos. Las crónicas periodísticas lo pintan cómo jugaba…

«MARAVILLA»

Delio “Maravilla” Gamboa despuntó en la extraordinaria selección del Valle en el campeonato nacional jugado en Medellín en noviembre y diciembre de 1956. Con el bonaverense líder del juego, ese equipo de aficionados (amateres) tenía nivel profesional y lo demostró en el 2-2 con River Plate el 27 de enero de 1957, un partidazo para los veinte mil espectadores del Pascual Guerrero, que remataron con el golazo de Delio a los 86 minutos.

«Maravilla» Gamboa. Foto tomada de El Espectador.

Fue Fernando Paternóster, que iniciaba su último periodo con Atlético Nacional, el que lo convenció de que jugara con el equipo verdolaga. Al mes de llegar del torneo Sudamericano de Lima, debutó en primera división el domingo 5 de mayo del 57, clásico que ganó el Independiente Medellín 2-0, que dirigido por René Seghini, cabalgaba el campeonato.

No importaba que el rival tuviera tres cracks del tipo: Turrón, Zazini y Gamboa. En 1959 se fue al Oro de Guadalajara y allí coincidió con Efraín “Caimán” Sánchez, que jugaba en el Atlas. Lo repatrió a nuestro fútbol el técnico Gabriel Ochoa y debutó con Millonarios el domingo 2 de julio: “con un balón sumiso a sus pies” (El Tiempo, sin firma). Fue campeón cuatro veces seguidas: 1961-1964 y figura del club azul cuando dominaba el fútbol colombiano.

En 1966, otra vez llevado por Ochoa Uribe, fue campeón con Santa Fe, el año que el club cardenal celebró sus bodas de plata, y ya era figura el joven Alfonso Cañón. Después pasó a Once Caldas y Deportes Tolima y cerró en Millonarios, otra vez con el doctor Ochoa, ya sin el lujo de antes. Fue clave en el juego de la selección Colombia que clasificó al Mundial de Chile, con categoría y sorpresa ante el balompié peruano de entonces.

En el torneo del 62 en Arica sólo jugó el primer partido, en el que se lesionó en el partido contra Uruguay. Dentro de los jugadores de su perfil, se destacó como muy buen cabeceador. Quedan filmaciones de Gamboa, de las que el suscrito conoce de la Copa Libertadores de 1967, verdaderas joyas que permiten apreciar que el fútbol profesional a toda competencia existía.

ALEJANDRO BRAND

Alejandro Brand salió del surtidor de la UPB y fue goleador del torneo nacional de Girardot en diciembre de 1968. Lo vio Jaime Arroyave y lo contrató Millonarios, equipo con el que debutó el domingo 20 de abril de 1969, la misma tarde del estreno del estelar arquero Amadeo Carrizo, en 2-2 con Atlético Bucaramanga en El Campín. De inmediato fue figura del campeonato y no podía ser de otra forma: gambeta larga, freno, giro, pique, letal remate a gol. Sí, esto parece de Johan Cruyff, y eran de estilo similar.

Alejandro Brand, otro crack del fútbol colombiano. Foto tomada de Facebook.

Fue campeón con Millonarios, su único club, en 1972 y 1978. Rutilante figura del décimo título de liga del club azul, en brillante trío criollo con Willington Ortiz y Jaime Morón. En la undécima estrella de Millos, Brand fue titular del Apertura, pero no del resto del año. En la plenitud de sus condiciones, pudo haber sido figura de Colombia en la eliminatoria, pero la decepción fue general en los cotejos en Bogotá, a mi juicio por diseño táctico errático del técnico Toza Veselinovic.

La noche del viernes 27 de septiembre de 1974 en el estadio Pacaembú, el técnico Gabriel Ochoa, urgido, apuró el ingreso del lesionado jugador, que al minuto de juego tuvo que salir. “Sin Brand, Millonarios es otro equipo”, Pedro Rocha, el gran diez uruguayo, figura de aquel gran Sao Paulo, sentenció la verdad. Lo grave fue que Alejandro Brand nunca volvió a jugar el supremo fútbol que tuvo. De un jugador que resolvía partidos, pasó a ser un muy buen delantero sin llevar la batuta indiscutible.

Llevó adelante las dos carreras profesionales: la del fútbol y la de la universidad. Una ejecutoria muy difícil de hacer en Colombia por el poco apoyo de la academia a los horarios del deportista.

Hay filmaciones de la Copa Libertadores de los años 1973 y 1974. Dos de los cuatro años que dominó Independiente y que sufrió en Bogotá el 6 de abril del 73 una gran noche de Millonarios, ganador 1-0 pero que pudo golear. En esa jornada la figura fue todo el equipo, con Brand como gran apoyo de Willington Ortiz.

PONCIANO CASTRO

Ponciano Castro, otro hombre de la academia y del fútbol profesional. Zurdo neto, es decir con ese giro de cuerpo y manejo de balón tan sutilmente diferente a los derechos. Debutó con el Independiente Medellín el miércoles 23 de enero de 1972, contra el FK Sarajevo, por supuesto de la capital de Bosnia-Herzegovina, una de las seis unidades federales que constituyeron Yugoslavia (1919-1992). El DIM, que empezaba esperanzado una nueva etapa, con el director técnico Ricardo Ramaciotti, que debutaba también.

Ponciano Castro, zurdo, neto. Foto tomada de Facebook.

Originalmente, puntero izquierdo, en septiembre del primer año ya estaba de diez, gracias al panorama que tenía de todo el frente de ataque. Al comienzo de 1973, el técnico Pancho Hormazábal lo puso de #11, pero en el torneo Finalización lo encargó de #10, en un DIM que jugó de lujo, pero que por un pelo quedó por fuera de la final que entonces no era para más de cuatro, y la directiva prescindió del técnico chileno en junio del 74 en una decisión errática a mi juicio.

El DIM de 1973 (de julio a diciembre): el gran arquero Artemio Villanueva; los laterales Fabio Cadavid y Carlos Gaviria o éste y Ramiro Viáfara; Hugo Gallego, Juan Carlos Sarnari y Ponciano; Antonio Ríos o Jorge Gallego, Javier Tamayo u Oscar Amarilla y Óscar Mejía; y “Pana” Collazos y Delucca, últimos disponibles.

El del segundo semestre 1973 fue el mejor DIM, por juego y puesto (4º), que integró Ponciano; el de 1975 entró al hexagonal final, pero quedó sexto, sin contar en la lucha por el título, ganado con categoría por el Santa Fe, dirigido por Pancho Hormazábal, traído a nuestro fútbol, dos veces, por el Medellín. En ese año, Ponciano marcó el gol a Perú en la final de ida de la Copa América en El Campín, el jueves 16 de octubre, de tiro libre, partido que jugó de puntero izquierdo, pues el #10 era Diego Umaña. Hubo video, ignoro si el ente que pasó a ser Inravisión lo conservó.

El domingo 29 de abril el Medellín goleó con categoría 5-1 al Nacional, tarde que Ponciano Castro llenó de fútbol el juego y Hugo Lóndero lo concretó: cuatro goles del archi goleador y uno de Ponciano. Ídolo del DIM, se despidió el domingo 1 de noviembre en el 4-3 al Santa Fe en El Campín (no jugó la fase llamada Copa Colombia, entre los eliminados de la liga). En 1982 tuvo un buen año con el Deportivo Pereira, que dirigido por Gilberto Osorio fue uno de los mejores equipos matecañas de la historia.

HERNÁN DARÍO HERRERA

Hernán Darío Herrera debutó el 3 de octubre de 1976 en el estadio Alfonso López, tarde que Nacional venció 3-0 al Bucaramanga y el “Arriero” jugó los últimos diez minutos en lugar en Eduardo Vilarete. Cuando los dirigentes del América le ofrecieron a Jorge Olmedo un contrato que el Nacional no podía igualar, Osvaldo Zubeldía le dijo al presidente verdolaga: “No se preocupe doctor Botero, le tengo uno igual a Olmedo o mejor”. Y desde enero de 1977 fue titular estelar. Ese año compartió con Jorge Peláez y Alejandro Semenewicks y en el Finalización con Mario Mendoza y en la delantera con Iván Darío Castañeda, Osvaldo Palavecino y un disminuido Ramón Bóveda; cuando salía de #11 no era un puntero de raya, sino un jugador de todo el frente del ataque. El apoyo del medio campo era el tremendo bastión de Eduardo Retat. En el 78, con Rubén Carra, Peláez y Retat en su retiro el 26 de marzo (cuyo reemplazo de primera categoría fue Pedro Sarmiento).

Hernán Darío Herrera, jugador de todo el frente de ataque. Foto atlnacional.com.co

1979 fue el año flojo del Nacional de Zubeldía, como que fue octavo, y a pesar de la dupla a partir de septiembre de Cueto y Herrera… Y en 1980, cuando era fuerte candidato al título, el equipo se cayó en la final: 4o. En 1981 llegó la consagración: Herrera comenzó de #10 y luego cuando salía de #11 era un volante más para el 4-4-2 con Sarmiento, Norberto Peluffo (surgido a fines del 79) y César Cueto y Guillermo La Rosa y Eduardo Vilarete, al que reemplazó Pedro Ibargüen al final, y “Chumi” Castañeda, “Barrabás” Gómez o Carlos Ricaurte. Herrera ganó partidos “solo”, lo que no se puede literalmente en el fútbol, pero que ilustra cómo se tiraba el equipo al hombro. De las muchas jornadas estelares, ésta: el domingo 2 de abril del 78 en el Romelio Martínez, en el 3-2 al Junior, se apuntó dos goles además del despliegue de fútbol total.

Herrera se destacó en la Copa Libertadores de 1982, en la que quedó el clave gol anulado al “Arriero” en El Campín, ante aquel muy fuerte Deportes Tolima… Con la opaca selección de Colombia de 1981, Herrera sí brilló en esa eliminatoria, como el 9 de agosto en el Centenario cuando anotó el 2-1 parcial, tras lo cual el técnico Carlos Bilardo “cerró” el partido, se paró el juego de Colombia y Uruguay ganó 3-2. La época de Herrera ya tuvo filmaciones por doquier.

En diciembre de 1984 estaba en su apogeo y no quería irse del Nacional, pero finalmente para no dejar su carrera aceptó irse al América. Cumplió con su fútbol en esa pléyade del club rojo caleño de entonces. Aunque habría caído de perlas en el extraordinario grupo de criollos que formó Francisco Maturana en 1987…

CARLOS VALDERRAMA

Carlos Valderrama es el más conocido por haber cursado la carrera cuando ya estaba en pleno la televisación y por liderar el juego que diseñó Francisco Maturana a partir de 1987, desde el arco con René Higuita y desde el medio campo con el Pibe. Del maravilloso surtidor samario, debutó con Unión Magdalena el 16 de marzo de 1981 en El Campín, 1-1 con Santa Fe. El técnico Perfecto Rodríguez seguía aprovechando el talento regional. Y de Henry Jiménez en Nuevo Estadio: “Con la calidad técnica que le vimos en el torneo Suramericano (juvenil, Ecuador, febrero de 1981), metió dos pases estupendos, futuro auspicioso”. Perfecto para una definición en una línea.

Carlos Valderrama, calidad técnica especial. Foto transfermarkt.es

El brillo lo llevó a Millonarios para la temporada de 1984, a pedido de Jorge Luis Pinto. Ignoro por qué lo dejó ir el club azul, pero la llegada al Deportivo Cali, dirigido por Vladimir Popovic, puso al diez en primera fila. Con Bernardo Redín, hubo despliegue de fútbol mágico. La gesta de aquel Cali quedó mermada por las definiciones, todas ganadas por el América, de Gabriel Ochoa: octagonal final de 1985 y 1986 y cupo a semifinal de la Copa Libertadores de 1986 y 1987, ésta ya con Julio Comesaña como técnico azucarero y en desempate completo.

Da gusto repetir partidos y jugadas selectas de la selección Colombia del periodo 1987-1990. Todo el plantel con la mentalidad en la excelencia. La Copa América de Argentina 87 y el tercer puesto que fue poco para ese juego colombiano; el partido en Wembley en mayo del 88; (el paréntesis de la copa América del 89); la eliminatoria del 89 y el cupo al Mundial y en él, la jugada del gol a Alemania: del más alto manual del fútbol, generada en el cerebro de Carlos Valderrama. El compañero de fórmula del Pibe había pasado de Redín a Freddy Rincón, o de algo muy bueno a algo muy fino. Después, la brillante eliminatoria de 1993, rematada con el majestuoso 5-0 a Argentina. Sí, y la debacle del Mundial del 94…

El muy buen Junior de 1993, no superior al del 91, pero campeón. El 3-3 ante el Nacional que ganaba 3-0 y el Pibe que orquestó el segundo tiempo; y aquella memorable final con el América, y el gol definitivo de Osvaldo Mackenzie a jugada del Pibe, que desbancó al DIM. Y la copa Libertadores de 1994 que bien pudo ganar Junior, u otra gesta ida para nuestro fútbol.

Tanto para degustar en la carrera de Carlos Valderrama, cuya imagen parece crecer en el tiempo, como si el panorama histórico lo agrandara.

Coda.

De la selección para la época abarcada en este artículo de pinceladas, quedaron por fuera creativos muy buenos de nuestro fútbol como Carlos Arango, Carlos Campillo, Marcos Coll, Alfonso Cañón, Alfredo Arango, Álvaro Santamaría, Víctor Campaz, Jairo Arboleda, Diego Umaña, Bernardo Redín, Willington Ortiz (su última etapa) y Freddy Rincón.

Y de la extraordinaria obra ABC DEL FÚTBOL COLOMBIANO, de Guillermo Ruiz y su hijo Juan Guillermo, tomamos cifras de partidos jugados, goles y títulos por la liga de la Dimayor.

Humberto Álvarez: 287 PJ, 100 goles, 1 título (1954).

Delio Gamboa: 452 PJ, 166 goles, 5 títulos (61, 62, 63, 64 y 66).

Alejandro Brand: 384 PJ, 92 goles, 2 títulos (72 y 78).

Ponciano Castro: 393 PJ, 45 goles.

Hernán Darío Herrera: 555 PJ, 103 goles, 4 títulos (81, 85, 86 y 90).

Carlos Valderrama: 433 PJ, 47 goles, 2 títulos (93 y 95).

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