Capsulas de Carreño

De frustración en frustración con el DIM..

Leonardo Castro, el jugador más destacado del DIM en el empate local contra el Deportivo Cali. Saló al Equipo del Pueblo. Foto tomada de Twitter.

Por María Victoria Zapata B..
Columnista Cápsulas.

 

*Ocho fechas completa ya el DIM sin conocer la victoria.

En esta ocasión, y ante el Deportivo Cali, una anotación  del mejor jugador del DIM en el partido de ayer, Leonardo Castro, al minuto 88,   salvó al  Equipo Del Pueblo de otra derrota en el campeonato actual.

El gol de “chacho”, sin embargo,  no pudo evitar  una nueva desilusión en la hinchada,   lo único poderoso que hoy le queda a Independiente Medellín. El 1-1  ante el cuadro azucarero  fue una  bofetada más. En las circunstancias actuales y en condición de local, un empate es una derrota más.  Hoy le añadimos otra  tristeza a nuestros rojos corazones…

Es cierto que el equipo evidenció  mejoría en  funcionamiento y, especialmente, en  actitud. Se observaron algunas sociedades,  el ingreso de William Arboleda, al minuto 67, le  imprimió  más movilidad  a la zona medular, se aumentó el volumen ofensivo  y el arquero Camilo Vargas se constituyó en la  figura del encuentro. No obstante lo anterior, un error defensivo  permitió  la apertura del marcador por parte del cuadro visitante al minuto 54 y, como en juegos anteriores, el DIM tuvo que  luchar contra el cronómetro y, en  esta temporada, también contra su inefectividad en pórticos contrarios.

A pesar de ello,  Independiente Medellín   repitió por octava vez  consecutiva su película  del 2019.  La  de un colectivo inconexo, con  graves problemas defensivos carente de orden y táctica,  predecible e inconstante, la  de un onceno que aun no encuentra el fútbol ni  la senda del triunfo.

En ese orden de ideas, ya no es necesario repetir que  la zaga  es un dolor de cabeza crónico,  que el juego por las bandas presenta serias deficiencias,  que es notable la orfandad de Diego Arias en primera línea de volantes, que Andrés Ricaurte todavía no encuentra su ubicación ni su fútbol en la presente temporada  y que la fortaleza atacante se desvaneció por falta de  enganches, sociedades, claridad y efectividad.

¿Y qué decir  del trabajo del técnico Zambrano?   Continúa sumido en la confusión.  Tres derrotas y cinco empates, incluyendo los dos de Libertadores, son irrefutables, como determinantes son, además,  la aceptación de unos refuerzos en su gran mayoría inoperantes y, como consecuencia de ello, sus  experimentos y la  pérdida de rumbo táctico, estratégico y futbolístico.

No obstante la  mejoría anímica  y  el aumento del volumen  ofensivo que el DIM mostró ante el Deportivo Cali y  le permitió salvar el empate sobre el final del partido,   es un hecho que el  equipo  sigue sin mostrar argumentos  en la gramilla, cohesión en sus tres líneas, trabajo  táctico  ni identidad en su fútbol.  El juego colectivo  está  reducido a la mínima expresión, las  grietas defensivas persisten, el equipo carece de  un líder  en mitad de campo y la otrora fuerza atacante hoy  se limita a acciones individuales.

Tal como estamos, nos hallamos más cerca de un  nuevo fracaso  en el 2019, tal vez peor que  nuestra  humillante participación en fase II  de Copa Libertadores y más distantes de un digno papel  en Liga Águila.  Una remontada similar a la del campeonato anterior es una utopía.

Con 3 puntos de  18 posibles, un rendimiento del 16.6%, un vergonzoso último lugar en la tabla de posiciones,  la obligación de ganar  diez de los 14 partidos que restan por jugar y un fútbol que escasamente le  alcanza para “arañar”  un empate en condición de local, el panorama  de Independiente Medellín es más que desolador  así ayer se viera un equipo más comprometido desde el punto de vista anímico.

Y ese lóbrego presente  es, infortunadamente, el resultado de una gestión directiva  sin ambiciones, seriedad,  proyectos ni organización.  El DIM  actual es fiel reflejo de una administración que hace rato perdió su rumbo  y es  en ella, lo  reitero, en quien recae la responsabilidad de la situación actual,   penosa, decepcionante   y dolorosamente anunciada.

Ocho fechas, dos de Copa Libertadores y seis de Liga, no nos han dejado más que desengaños. Y ayer, ante el  Deportivo Cali no fue la excepción. El 1-1  fue, en conclusión, una amargura más  en este DIM 2019 que  sigue  de fracaso en fracaso, de frustración en frustración.
[María Victoria Zapata B.]

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