Capsulas de Carreño

Tamal tolimense… Por Jorge Iván Londoño M.

Duelo de laterales. El zurdo Leyvin Balanta del Tolima y el derecho Helibelton Palacios de Nacional. El duelo de pijaos y verdes lo volvió a ganar Gamero. Foto @cdTolima

Por Jorge Iván Londoño M.

*De tamal tolimense nos tiene el Deportes Tolima. Nos va abriendo despacito, va comiendo por los laditos  y pum…mano a la presa. ¡Tiene huevo!

Este Gamero, además de rizos, tiene pispicia para encarar los partidos y para conocer al dedillo el equipo contrario. Pero no solamente los pergaminos se los lleva el samario, también sus jugadores que lo que aprendieron de geometría en el  pupitre lo trasladan al campo de juego; anoche por ejemplo, el segundo gol, fue la mejor muestra de lo que es un  hexágono. De igual forma  el primer gol del Tolima, fue también la mejor muestra de lo que es un árbitro “ob..tuso”, porque no ve más allá de 90 grados, motivo suficiente para decretar la pena máxima, al confundir la tetilla izquierda de Henríquez por la mano.

Nacional comenzó el partido jugando como nos gusta, echado pa´lante y bien plantado. Llega el gol de Vladimir, logrado en una muy buena jugada previa y una definición a lo grande, y el Oh libertad que perfumas…. opaca al bunde tolimense. No habíamos terminado la celebración, cuando aparece el “crasopinol” error del vestido y obrado de negro. Con esa “perla” arbitral se empata el partido y claro, se viene abajo la estantería verde. A propósito, el estadio de Ibagué y el de negro de anoche, tienen el mismo apellido. Muy charro.

Tolima por sus propios medios, sin necesidad de bonificaciones extraordinarias, bien pudo aumentar el marcador en dos o tres oportunidades. Nacional por su parte  también las tuvo en disparos de Vladimir que por poco descabeza a Gordillo, y de Ceppelini que puso a volar los 1,96 metros de estatura de Montero. Bocanegra de un cabezazo incrustó el balón en la catenaria del metro.

Son muchas las conclusiones de este partido, en especial el regular momento de Barcos, tanto en lo deportivo como en lo físico. Lucumí estuvo en la cancha, que no es lo mismo que jugar, como si todavía estuviera convaleciente. Yabur mostró condiciones, pero estas instancias exigen talla L en la camiseta. Machado nos va a “homicidiar” con jugadas más de sal que de azúcar; en el segundo gol no generó el fuera de lugar y para ajustar no marcó bien al anotador.  Helibelton se motiló y le pasó lo que a Sansón. Bien por Vladimir, que anoche fue todo un guerrerito.

Esta derrota nos obliga a deshojar la margarita para que Junior y Tolima empaten y para que nosotros le ganemos al Cali. De ñapa se viene el partido contra Fluminense en el Maracaná por la Suramericana. Por fortuna Autuori entiende  portugués.

Como decían nuestras mamás: Mijo, eso es lo que hay para desayunar, y punto.

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