Capsulas de Carreño

La tercera para el DIM no fue la vencida. Por María Victoria Zapata B..

Once Caldas sigue invicto, puso buen fútbol y empató en el 89 en jugada discutida. El DIM decidió defender la ventaja desde muy temprano con sustituciones que no se entendieron. Foto @OnceCaldasoficial.

Por María Victoria Zapata

*El DIM, infortunadamente, es  fiel  reflejo de una administración  caótica, inepta, codiciosa y en contravía del sentir de la afición.

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Cuando de intentos se trata, siempre se dijo  que “la tercera es la vencida”.
En el caso del Deportivo Independiente Medellín “la excepción confirmó la regla”. No hubo vencida  en la tercera porque las múltiples limitaciones, especialmente de mitad hacia atrás, le volvieron a pasar factura al equipo.

Pésimo planteamiento táctico para este tercer enfrentamiento  con el Once Caldas en el estadio Atanasio Girardot.   Con un 4-4- 2 plagado de experimentos en mitad de campo:  Castro por derecha, Ricaurte por izquierda y dos volantes de contención (Luna y Barboza) que aún  no justifican su vinculación al DIM y poco volumen de ataque. Y también pésimas sustituciones  en el período complementario, que  destrozaron la ilusión de la victoria ante el aguerrido cuadro manizaleño.

¿Se justifica jugar a defenderse en condición de local desde el minuto 53 ¿Se justifica tirar al vertedero la única fortaleza roja? Lo de ayer fue insólito y el empate fue el resultado de nuestra propia cobardía.  Así no es, señor Zambrano…!!!

Como si no fuera suficiente  con el dolor de cabeza que es la zaga roja, ahora nos encontramos  con un Medellín  que naufraga en mitad de campo por la falta de un filtro, por la falta de un 10 y por la falta de un líder. La insistencia  con  Andrés Ricaurte como armador    malogra el talento natural del jugador y priva  al DIM de  un  centrocampista  cuyo potencial  se genera a partir de su ubicación  en primera línea de volantes.  Caso similar se presenta con Leonardo Castro, un delantero puro,  sacrificado por necesidad o terquedad y despojado de su rol de atacante con gol.  Aunque con éste último es  pertinente señalar que ayer tuvo un notable trabajo ofensivo, su relevo por Yulián Anchico, al minuto 53, acabó con la poca capacidad ofensiva del DIM y dejó a Germán Cano en la orfandad.

En los que respecta a los dos jugadores  mencionados, no podemos exigir de ellos un rendimiento óptimo porque salta a la vista que ni el uno es armador ni el otro es volante.  He ahí uno de los pecados del  entrenador Octavio Zambrano.

 

El otro pecado del técnico.
No se puede desmerecer la tarea  de un técnico que   labora sin herramientas casi.  Parte  de pocas que le dieron,  le fueron  arrebatadas cuando  se empezaban  a vislumbrar su trabajo y la nueva identidad del DIM.

Pero ayer, fue el mismo orientador rojo quien lució obnubilado por completo,  echó por tierra el estilo atacante de Independiente Medellín y, en una decisión que alteró por completo la vocación ofensiva que le caracteriza,  no solo nos mostró un onceno muy pobre  tácticamente  en condición de local sino  que, con las sustituciones ordenadas en el segundo tiempo,  le negó la búsqueda de la tercera anotación,  lo obligó a resguardarse y olvidó que en  las circunstancias actuales del equipo es imperativo  anotar  la mayor cantidad posible  de goles.

 

Con una defensa tan frágil como la nuestra, no podemos jugar a defendernos porque no hay como ni con quien. Tenemos que jugar a lo que sabemos hacer: atacar y con mayor razón si  el escenario es el Atanasio Giradot.  Ayer, se renunció al ataque en aras de la defensa de un marcador (2-1) y Once Caldas cobró por ventanilla con el empate,  al minuto 89.

 

¿Cuál de los dos es el verdadero DIM?
¿Aquel que carece de jugadores con un mínimo de fundamentación  en su zaga y primera línea de volantes o éste que tiene en  Juan Fernando Caicedo un excelente gregario, en  Leonardo Castro un delantero  que precisa reencontrarse con la red o Germán Cano, un  jugador de quilates y un excepcional goleador?

¿Es aquel  que nos mata del susto cuando lo atacan porque  carece de filtro en mitad de campo  y  de solidez defensiva o éste que nos llena de alegría  con cada anotación propia, generalmente con el sello del capitán y eximio goleador Germán Ezequiel Cano?

Ciertamente, no lo sabemos.  De lo que si tenemos certeza es de  la importancia, por igual,  entre  ataque y defensa. Y la descompensación de ambas en el DIM es tan grande y evidente, que las  carencias  defensivas afectan  tanto el trabajo ofensivo del equipo, como su fútbol, su funcionamiento, su rendimiento en general y hasta el estado anímico de los  futbolistas, sean titulares o suplentes.

Por más que el técnico Zambrano  intente imprimirle otro sello, – que al parecer  lo está perdiendo vista, además-,  queda claro que el Deportivo Independiente Medellín  está  extraviando también su norte deportivo.  No contamos con jugadores idóneos para  recuperarlo, ni en gran parte de la nómina titular  ni en  los jugadores de relevo.

El DIM, infortunadamente, es  fiel  reflejo de una administración  caótica, inepta, codiciosa y en contravía del sentir de la afición. Así las cosas,  ni al técnico Octavio Zambrano, ni a nuestro querido “Matador” Germán  Cano, ni a ninguno de los jugadores que portan la casaca roja podemos exigirles  milagros.
(María Victoria Zapata B.)

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