Capsulas de Carreño

DIM 2018:  Todos los sueños  rotos.

La pancarta de la afición del DIM para Raúl-Giraldo. Tomada de tomada de DaleRojo.net.

Por María Victoria Zapata B..

No hay de donde aferrarse a ellos. El DIM  perdió  toda conexión con el fútbol, con la esperanza y con  la afición. En su  presentación de  la duodécima fecha, ante Independiente Santa Fe,  el equipo  desde el gramado   y la hinchada desde la tribuna,  también desde las redes sociales,  expresaron el caótico estado de una institución que se derrumba inexorablemente  por  cuenta de una administración inepta, codiciosa y ciega, una administración que le arrebató a la feligresía roja todos sus motivos para creer, por cuanto  ya cruzó el  delgado límite que la separaba de aquella infame era Jorge Osorio Ciro y su sociedad maldita (Sueños del balón).

Una administración que debe cerrar su ciclo y marcharse cuanto antes del Deportivo,  Independiente Medellín..!!!

 

Más de lo mismo.

En el plano deportivo, el equipo  no produce más que indignación y  dolor.

Y como una derrota más, así calificamos los hinchas  del DIM el 2-2, anoche, ante Independiente Santa Fe.

Y es que el fútbol rojo,  que  es una mezcla  de incapacidad, anarquía y desconcierto, ratificó por enésima vez que  su zaga es inexistente, que los refuerzos contratados para el presente campeonato no son tales, que los experimentos posicionales del técnico  Octavio Zambrano son del todo inútiles, que  Andrés Ricaurte no es un armador y, fundamentalmente, que  los goles  del gladiador Germán Cano no son suficientes para sacar al DIM del marasmo en el que  se encuentra.

Así como ha  ocurrido en el transcurso del campeonato,  de nada sirvieron las dos anotaciones  del capitán rojo al cuadro cardenal,  en los minutos 13 y 32, puesto que carecieron de sustento táctico, estratégico, anímico   y futbolístico. El gol del centrocampista uruguayo Facundo Guichón, al minuto 26,  el autogol de Elvis Mosquera, al 57,  la  desaprovechada superioridad numérica tras la expulsión, por doble amarilla, del  defensor Javier  López,  al minuto 63, y la pobreza del DIM  en sus tres líneas, demostraron nuevamente la  penosa y frustrante  orfandad  de Germán Ezequiel  Cano en Independiente Medellín.

Anoche,  el  comportamiento general del DIM y su empate final con Santa  Fe, reafirmaron el diagnóstico tantas veces emitido en los últimos meses: el de una escuadra  permeable, sin filtro, sin fútbol,  sin armado,  sin brújula en mitad de campo,  sin caudillos dentro y fuera del gramado y dependiente al 100% de  las ganas, la voluntad y los goles de su capitán.

En las condiciones actuales será una utopía pensar   en la obtención de  los puntos requeridos para la clasificación, en los ocho juegos que restan  de la fase todos contra todos.  Patriotas, América, Jaguares y  Deportivo Pasto, en condición de visitante,  y Atlético Nacional, Alianza Petrolera,  Atlético Bucaramanga y Envigado, el Atanasio Girardot,  son los rivales que faltan por enfrentar. No  importa el nivel  actual de cada uno de ellos ni el escenario en el que se lleven a efecto dichos compromisos. Importa, que  hoy por hoy el DIM carece de los más elementales argumentos para derrotar a cualquier contendor, liviano o fuerte, y solo cuenta con los goles de su Llanero Solitario, Germán Cano, y la transpiración de éste y dos o tres jugadores más. Muy poco para aspirar a algo más que el papelón rojo en el presente torneo.

Sin fútbol, sin nómina y sin dirigencia,  la ilusión está  cada vez más lejana y el abismo cada vez más cerca.

 

Y el partido en la tribuna…

Gran número de hinchas vestidos con camisetas de color negro, pancartas, el repetido coro de “ya se va, y ya se va, Raúl Giraldo ya se va”, y protestas antes, durante y después del partido, le dijeron de mil formas al propietario del DIM  que  la lucha continúa y no habrá sosiego hasta que el equipo cambie de dueño.

Si algo queda claro  en medio de este panorama sombrío, incierto y desesperanzador, es la ruptura total de relaciones entre  la hinchada y  el mayor accionista del DIM. Entre él y nosotros no queda nada por decir. Rifó la confianza, la credibilidad, el posicionamiento institucional y hasta el futuro del Deportivo Independiente Medellín. Se burló de la hinchada, la abofeteó, la pisoteó, la humilló y la maltrató de la peor forma posible.

Por ello, el partido  ante  Raúl Giraldo, que anoche tuvo diversidad de  manifestaciones desde las graderías del  Atanasio Girardot y sus alrededores, continuará, con RESPETO  pero  con mucha  FIRMEZA   hasta  que el mayor accionista del DIM de un paso al costado y venda el equipo.

Poco nos queda por hacer en lo deportivo puesto que no contamos con nómina para ello.  No hay defensa a la paupérrima campaña del equipo pero si hay una afición de defenderá, llena de amor y convicción la supervivencia del decano del fútbol en Colombia.

Hoy todas las ilusiones están perdidas y  todos los  sueños rotos. Solo quedamos los hinchas y seremos, entonces,  nosotros, quienes portaremos de ahora en adelante  nuestra habitual camiseta Nº12,   en el “juego” por la salvaguarda  de la institucionalidad  y conservación de nuestro amado Equipo del Pueblo.

Hace varios meses lo expresé en una de mis columnas, acá en Cápsulas, y  en este momento lo reitero: Sabemos que está  en nosotros, los hinchas, y solamente en nosotros, evitar que  el Equipo del Pueblo  vuelva a rodar por el abismo. Hoy, la  única ilusión que nos queda es la defensa de  nuestro muy querido DIM…!!!

Con  la sumatoria de unión, pasión,  convicción y experiencias similares en las nefastas eras castillo y Ciro, derrotaremos  nuevamente a aquellos sacrílegos que intentan  borrar de un tajo 104 años de historia.

Por ello lo escribiremos y lo gritaremos cuantas veces sean necesarias:  #FueraRaulGiraldo…!!!
(María Victoria Zapata B.)

Protesta de hinchas del DIM. Foto tomada de Twitter, usuario  identificado como Vegeta Paisa.

 

Compartir:

4 comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *