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Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.

No era un partido más el que jugaba anoche el Deportivo Independiente Medellín en el estadio Atanasio Girardot, ante el líder, Atlético Bucaramanga. El humillante 2-5 en el clásico pesaba, agobiaba y seguía doliendo muchísimo.
Por ello, no eran pocas las obligaciones del DIM en este compromiso de la antepenúltima fecha. Era imperativo resarcirse ante la hinchada, retomar el rumbo y recuperar la memoria futbolística. Y se necesitaba ver en la gramilla un cuadro rojo con temperamento, ambición y goles.
Y con 45 minutos de fantasía, volumen de ataque, profundidad y velocidad reivindicó con creces el fútbol rojo. Igualmente, con el excelente trabajo de Brayan León, Francisco Fydriszewski y Leider Berrío, autores de los goles poderosos en los minutos 4, 38 y 40, respectivamente, que definieron el partido desde el período inicial.
Lo hizo también con un fútbol pausado, práctico y una táctica inteligente, implementados todos ellos en segundo tiempo y que le permitieron el control del partido, el respaldo a la zaga roja y el cuidado del marcador hasta la conclusión del compromiso.
De nada le sirvieron al cuadro visitante el manejo y tenencia del balón, especialmente en el período complementario, ni las sustituciones ordenadas por el técnico Leonel Álvarez. El DIM lo dominó con velocidad y efectividad, un trabajo defensivo que anoche mostró mayor concentración y eficiencia, y un equilibrio pocas veces visto entre zaga, medio campo y ataque.
No se puede desconocer, tampoco, que la presencia de Brayan Léon, de Léider Berrío, figura del partido ante Bucaramanga y de Léyser Chaverra, ausentes todos tres en el clásico el domingo por sanción derivada de acumulación de amarillas, fue trascendental en el impulso ofensivo del DIM y en el restablecimiento de su fútbol e identidad.
Y en el holgado marcador, 3-0, quedó confirmado una vez más que la dupla de ataque de Independiente Medellín es la conformada por León y el “polaco” Fydriszewski, sociedad que infortunadamente no cuenta con recambio debido al extremadamente pobre nivel de los delanteros y extremos suplentes del DIM.
Aparecieron, además, el carácter, pundonor y vergüenza que se requerían para levantarse firmes otra vez, para devolver al equipo su memoria futbolística y para superar el fuerte y doloroso traspiés sufrido ante Nacional el domingo inmediatamente anterior.
Por ello, el 3-0 ante Atlético Bucaramanga tiene implicaciones que trascienden el resultado numérico. Fue un triunfo para escribir otra historia, para restaurar las fortalezas rojas y, de una manera muy especial, para rehabilitar la fe y la confianza en este tramo decisivo del campeonato.
[María Victoria Zapata B.]




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