Capsulas de Carreño

Noche de reencuentros. Por María Victoria Zapata

Por María Victoria Zapata B.

*Escuadra comprometida,  bien trabajada, delantera eficaz.
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 Noventa auspiciosos minutos   nos regaló anoche  el Deportivo Independiente Medellín  en el estadio Atanasio Girardot, en  su primer  partido oficial del 2018.

Ante Atlético Huila, el DIM  nos  deleitó con  pinceladas de  muy buen  fútbol tanto en el orden individual como  en el colectivo,  nos obsequió tres filigranas  que precedieron a sus tres anotaciones, una escuadra con un alto sentido de pertenencia  y un inobjetable 3-0 en la fecha de apertura de la Liga  del presente año.

Y fue la noche de  los reencuentros. Con  los amigos, con el fútbol, con el ídolo, con la doble celebración de quien hace tantos torneos perdiera su rótulo de goleador y con esa alegría ausente y extraña para nosotros en el deslucido  del segundo torneo del 2017.

No cabe duda que el Deportivo Independiente Medellín que saltó al gramado para dar comienzo a su participación en la Liga Águila I- 2018,  es diametralmente  opuesto a aquel equipo  aburguesado, amorfo e indolente del semestre inmediatamente anterior.

El de ayer, fue un DIM  que transpiró,  que se entregó,  que tuvo serenidad cuando lo requirió y  que  sobresalió  no solo por la metamorfosis de su fútbol  sino también por la feliz mutación de su actitud.

Fue el DIM  que saludó el retorno del ídolo Germán Ezequiel Cano, y  cuyo  gol al minuto 22,   el primer gol oficial del año y del campeonato, fue celebrado con vehemencia por el jugador en la gramilla y por la hinchada en la tribuna.

El DIM que reconcilió a  Juan Fernando Caicedo con la red contraria  en los minutos  31 y 60,  delantero para  quien   tampoco se ahorraron  aplausos desde las graderías del estadio.

Fue el  DIM que sorprendió con el nivel del volante Daniel  Restrepo y el buen debut de Jesús David Murillo,  el que  brilló en mitad de campo por la gestión de Andrés  Ricaurte y Mauricio Gómez y, ante todo, un DIM  con  hambre de gloria y consistencia de equipo, que  exhibió un fútbol   asociado, ofensivo,  efectivo  y promisorio.

En cuanto  al rival,  se  vio  demasiado liviano el Atlético Huila 2018,   a pesar  de  su dinámica de los primeros 15 minutos de juego  y su velocidad en el período complementario. Al conjunto opita le sobró voluntad pero le faltaron  cohesión, definición y  trabajo en todas  líneas.

 

Sinónimo de ilusión
La  fragilidad   del cuadro huilense en modo alguno desmerece la contundente  victoria de Independiente Medellín. Al cuadro rojo se le ve otra dinámica, otra actitud y otra identidad.  Desde la pretemporada,  se percibe un equipo con   motivación, carácter, con visión de arco  y con un  alto sentido grupal.  Presiona bien arriba, tiene buen manejo de medio campo y, lo más importante, no se encierra después de la anotación.   Es indudable que  aun adolece de trabajo por las bandas y de  solidez defensiva, pero ellas no le restan reconocimiento a ese DIM diferente que anoche derrotó con suficiencia  al Atlético Huila.

Finalmente, y  por encima del 3-0,  de la poca exigencia del contendor y de las correcciones que todavía se precisan en materia defensiva,  el mejor de todos los reencuentros de anoche, en el juego de apertura del campeonato,  fue el que hinchada tuvo con la ilusión. Porque  tuvimos la oportunidad de ver una escuadra comprometida,  bien trabajada por parte del cuerpo técnico,  con jugadores de  excelente rendimiento, con una delantera eficaz y con un fútbol que nos devuelve la capacidad de soñar.
(María  Victoria Zapata B.)

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