Capsulas de Carreño

DIM ante San  Lorenzo: Más de lo mismo

Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
María Victoria Zapata, Dama Roja del comentario o simplemente Pola.

 

 

 

*El diagnóstico y conclusión serán los mismos  que hemos repetido hasta el cansancio desde tiempo atrás.
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Otra decepcionante presentación del Deportivo Independiente Medellín anoche,  en el juego de ida ante San Lorenzo de Almagro, para otra derrota, 0-1,  en el estadio Atanasio Girardot, otro ridículo internacional y otra vergüenza para  su afición.

 

Porque en este juego de Copa Sudamericana volvimos a ver  un cuadro rojo con mil y una fisuras en su zaga y con un trabajo inexistente de sus laterales, huérfano de ese jugador pensante, armador, constructor,  creativo y líder de mitad de campo y  desprovisto, además,  de ese goleador de casta,  vacante en el DIM  desde la partida del inolvidable jugador de la camiseta N°14, Germán Cano.

 

Ayer, ante San  Lorenzo  volvimos  a ver todos los problemas de nómina detectados  y diagnosticados   desde  mucho tiempo atrás, sin que la dirigencia roja, los cuerpos técnicos que han  desfilado por el banco del DIM  en los últimos años,  ni  los mal llamados asesores, formadores,  gerentes, presidentes, comités técnicos   y demás integrantes del “staff” administrativo del  Equipo del Pueblo  hayan  advertido que urgen un central, dos laterales, un volante de armado y un genuino goleador.

 

En lo que si han sido diligentes  en grado superlativo,  ha sido en la  consecución de refuerzos (???) sin nivel, condiciones técnicas  ni aporte al DIM. El listado de contrataciones inútiles y cuestionables aumenta torneo a torneo,  mientras  que el DIM   se diluye cada  vez más en un fútbol  estéril, mezquino y  sin objetivos. Con la nómina y el fútbol rojo actuales más  las carencias en nómina,  el Equipo del Pueblo no trascenderá en ningún aspecto ni  dará las vueltas olímpicas que tanto pregona el  presidente  Daniel Ossa.  No le podemos pedir ni exigir milagros al recientemente vinculado director técnico Alfredo Arias.

 

Anoche, ante un  muy flojo y defensivo San Lorenzo de Almagro,  el DIM nos repitió la película que tantas veces le hemos visto en los últimos  seis años: la de un onceno sin claridad en el  juego, con un improductivo dominio del balón, insolvente en su zaga, acéfalo en su medio campo  e ineficaz en definición. El mismo DIM que lateraliza en exceso, que hace repetidos e inútiles pases hacia atrás, que abusa del pelotazo y que carece de una nómina  titular  aceptable  y completa.

 

Y fue, igualmente, el mismo DIM que no ganó ni  uno solo de sus seis  compromisos de cuadrangulares, que jugó mal y perdió, 1-3,  con Internacional de Porto Alegre el 28 de junio pasado y que ayer, en su primer partido de repechaje, con el llamado “Ciclón” argentino,  volvió a jugar  mal,  volvió a decepcionar,  volvió a perder…y  también volvió a adolecer de jugadores de peso en sus tres líneas.

 

Por ello, los 28 minutos en los  que Edwin Cetré estuvo en el terreno de juego y la  leve mejoría que el  equipo mostró en ataque  mientras estuvo completo, no bastan para ilusionarnos ni para justificar la pobreza del fútbol rojo una vez se fue expulsado el atacante del DIM. Tampoco el juego brusco del cuadro argentino,  el pésimo arbitraje del central venezolano Alexis Herrera, ni las  maromas a las que tuvo que recurrir el debutante técnico  rojo para enfrentar la inferioridad numérica  desde el minuto 30 y las múltiples carencias del DIM.

 

Porque, infortunadamente, el diagnóstico y conclusión serán los mismos  que hemos repetido hasta el cansancio desde tiempo atrás: Nuestro amado  DIM NO tiene quien haga goles y tampoco quien los evite, el  jugador de  armado tampoco se ve por parte alguna y  es liviano, deficiente e incompleto el  equipo que recibió el  director técnico Alfredo Arias.  Y, lo peor de todo, el DIM no tiene dolientes en su  administración, eso lo sabemos hace muchísimo tiempo.

 

En conclusión,  lo que vimos anoche en el juego ante  San Lorenzo de Almagro fue  un  DIM reflejo de su dirigencia. Fue, dolorosamente, más de lo mismo.
[María Victoria Zapata B.]

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