No varió el dibujo pero sí las piezas el entrenador azulgrana, devolviendo a De Jong al centro del campo con la intención de imponer el juego ahí, sacrificando a Griezmann y dando entrada a Araújo en defensa… Y la respuesta de Zidane, como si hubiera adivinado las intenciones de Koeman, fue soberbia con la presencia de Federico Valverde en lugar de Marco Asensio, reforzando el músculo y la velocidad en la zona central para desactivar la idea del Barça. Le funcionó, en la primera mitad, a la perfección.
Comenzó salvando Courtois un centro envenenado de Alba que buscaba a Dembélé pero aquella llegada azulgrana con peligro fue apenas un espejismo ante lo que se venía. Apenas cuatro minutos después, sin alcanzarse aún el cuarto de hora, una rápida contra del Real tomó descolocado al lateral zurdo azulgrana, llegó el balón en la banda a Lucas Vázquez y su centro cerrado lo remató, magnífico en el desmarque y más en la definición, Benzema con el tacón para lograr el primero.
Le dolió al Barça ese gol, puesto que llevando el control del juego no asustaba en ataque y le dio calma al Madrid, bien en defensa, superior en el centro del campo y vertical en ataque. Y así llegó el segundo golpe, que arrodilló casi definitivamente a los azulgrana. Una falta forzada por Vinicius la lanzó Kroos, el balón rebotó en la espalda de Dest, despistó a Ter Stegen y se coló ante la euforia local y desespero visitante, tan impotente como desesperado…
De hecho, hasta el descanso apenas si existió en ataque. Dembélé no dio una a derechas y no fue hasta el último suspiro cuando disfrutó de dos ocasiones, las únicas desde aquella atajada de Courtois a los nueve minutos, con un corner directo de Messi que se estrelló en el palo y un remate posterior que fue rechazado.
REACCIÓN INSUFICIENTE
Reaccionó Koeman en el descanso retocando el dibujo, con la entrada de Griezmann por Dest, la recolocación de Mingueza en el lateral, la subida de De Jong al centro del campo y posicionándose Messi de falso nueve. Y lo agradeció el Barça en su juego, mucho más incisivo, ofensivo e incómodo para el Madrid, cada vez más apocado ante la rebelión de los visitantes.
Siguió tocando piezas Koeman con las entradas de Sergi Roberto e Ilaix primero y Trincao y Braithwaite después reafirmando sus intenciones pero resistió con todo y contra todo el equipo de Zidane, que también refrescó a su equipo y que debió temblar con la caída de Braithwaite ante el sospechoso desequilibrio de Mendy que a pesar de todas las protestas azulgranas no consideró penalti el árbitro a cinco minutos del 90.
El último esfuerzo no le bastó al Barça, atacando con furia y de todas las maneras, incluso con un remate de Ilaix al travesaño en el último suspiro. El Madrid ganó, sin que se escapase el Clásico de la polémica, y es el nuevo líder de LaLiga.
(Fuente: ESPN)