Capsulas de Carreño

El fútbol ya no es deporte, es un negocio (Álvaro Santamaría Ochoa)

Álvaro Santamaría, su obra, su segundo libro "Anécdotas de fútbol, en compañía de Darío López. Foto Papo Díaz.

Por Álvaro Santamaría Ochoa

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*Que a unos entretiene y a otros enriquece gracias a una mezcla de pasión y tontería.
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Basta con tener una buena actuación en un torneo que atrae la atención y  el resto queda en manos de un inquieto empresario  y un astuto en mercadeo.

El psicólogo, el médico y cuerpo técnico ya pasan a un segundo plano porque a partir de esas presentaciones hay que explotar la pasión de la gente por un juego que ya no lo es, porque el mercadeo incursionó con tanta fuerza que ya los futbolistas no aparecen en fotos con un balón sino con una loción en la mano, ya no en pantaloneta sino en pantaloncillos.

¿Qué concentración en el juego se le puede pedir a un jugador que tiene permiso para ausentarse varios días de sus entrenamientos para asistir a sus compromisos comerciales?

Ya entiendo porque se aferran a esta profesión y nunca quieren soltar, porque aparte de ese ego de ser reconocido, hay que cuidar los ingresos por publicidad que les da más resultado que hacer un próximo
buen torneo.

Lo más curioso es que la liga MLS de Estados Unidos está impulsando lo que yo llamaría el torneo del PENSIONADO, todo el que haya escrito un reconocido historial a través de 10 o más años y sienta que ya cada día lo mencionan menos, corre hacia esta liga para rematar su profesión con el riesgo de opacar una brillante carrera por unos dólares más, que para algunos significa una linda oportunidad de culminar esos años ya de trote cansino, proporcional a la edad y de un largo trajín por las diferentes canchas en un nuevo y cómodo escenario.

Lo también curioso es que no lo hacen por necesidad económica, lo hacen porque le temen caer en el ostracismo que a algunos los enloquece mas que el mismo dinero. El pasar desapercibido significa la muerte popular.

Esta semana presentaron unas imágenes en alguna revista, de alguien que la verdad en el fútbol se conoció más por las tarjetas rojas y amarillas que por su propio fútbol, imágenes en desnudo que me impulsó a escribir que el fútbol ya no es un deporte, el fútbol es un negocio que a unos entretiene y a otros enriquece gracias a la mezcla de la pasión y la tontería de unos hinchas y fanáticos que caen en este juego.

Cuando James Rodríguez sufrió la lesión de la fractura en la falange del dedo pequeño del pie derecho, los dueños del mercadeo del colombiano, se durmieron y no aprovecharon este momento para sacar en un simple material plástico, un dedo pequeño como llavero con el nombre de James y hubieran vendido más dedos que camisetas, porque eso es la mezcla de PASIÓN + TONTERÍA = MERCADEO.

En los camerinos ya encontramos unos espacios que antes eran utilizados para los masajes. Hoy, los espejos y el maquillaje son la prioridad. Los equipos deben contratar por lo que el jugador pueda ofrecer y no por lo que hizo.  Lo que hizo le abre la puerta para escucharlo, pero ahí no se debe hablar de lo hecho, ahí se debe hablar de lo que pueda hacer, me refiero en la cancha y no en las pasarelas.

Aterricemos, queremos futbolistas profesionales o modelos teatreros que  olvidan al hincha por un contrato en pasarela.

[ÁLVARO SANTAMARÍA OCHOA
Fútbol con Identidad]

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