El Pasto.. Por Alexis García Vega

By Alfredo Carreño
Updated: 18 junio, 2019

Alexis García sonríe en el Deportivo Pasto.

Por Alexis García Vega

*Ni trofeo, ni medallas para el segundo, la fiesta fue solo del campeón, una vez mas la vieja historia de vencedores exaltados y vencidos humillados.
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Transcurría el mes de diciembre, época de jolgorio y rumba, me hallaba alistando mi viaje a Medellín desde Bogotá para reencontrarme con mi familia que programaba la natilla y el sancocho en la calle de mi barrio la Floresta, cuando recibí una llamada con el ofrecimiento para dirigir al Deportivo Pasto, pensé que era una propuesta indecente, una decisión difícil, una bestia salvaje, difícil de manejar.

Lo medité bastante, no quise consultar a nadie porque sospechaba mas o menos de los conceptos que me darían mis amigos y mi familia.

Una noche me puse a leer y encontré una frase en latín en un libro de emprendimiento que decía “IPSUM SINE TIMORE CONSECTETUR”. Sin pensarlo mas lo tomé como un mensaje personal premonitorio que decía “ A la mierda, hagámoslo”.

No era realmente fácil, habían salido 21 jugadores de 28 que componían la plantilla, la tarea era hacer un equipo nuevo para evitar el tema del descenso, componer la relación rota entre periodistas, directivos, jugadores y ciudadanía en general.

Me pareció la labor mas ardua recuperar la credibilidad de la gente en el equipo y de los jugadores que llegarían en una institución mal conceptuada en el ámbito futbolístico.

La Real Fuerza Aérea Británica en la segunda guerra mundial se manejaba con un lema que decía “PER ARDUA AT ASTRA” que significaba algo así como: “ En medio de la adversidad hasta las estrellas ”

Es fascinante luchar por los objetivos sin importar la dificultad del reto, es espectacular contar una historia de éxito, después de haber demostrado que lo contrario a este no es el fracaso, sino el miedo a arriesgarse.

El Pasto se convirtió en un equipo preparado para la épica, para interpretar el diario vivir de los de a pie, los que luchan contra el destino con el convencimiento de que emprender es el camino.

Todo partió de crear una filosofía, algunos lo llamaron verso hasta que el verbo se hizo carne.

Luego vino la creación de un estilo al que adaptar 20 jugadores nuevos y 8 chicos de la cantera acostumbrados a perder, tenían mucho que asimilar.

Los escépticos hacían su juego, los riesgos provenían de todos lados, habíamos sacado la promesa de los directivos de que iban a tener valentía ante los momentos difíciles, con el compromiso que, si dejaban que la tormenta no entrara y se mantuviera por fuera sin afectar la seguridad del proyecto, nosotros responderíamos por los resultados.

Fuimos coherentes en todo lo que hacíamos y obró la magia, las musas del talento aparecieron ante el esfuerzo de cada jugador por sacar su mejor versión y la final llegó, faltó un centavito para el peso, el gigante Junior nos arrebató la final en una definición a penales.

Muchos factores jugaron en contra, principalmente que nos hayan movido de nuestra cancha, del lugar en el que jugábamos de locales.

Ni trofeo, ni medallas para el segundo, la fiesta fue solo del campeón, una vez mas la vieja historia de vencedores exaltados y vencidos humillados.