Capsulas de Carreño

El Ron Ball Fútbol Club

Por Hugo Illera, Diario Deportes.

 

 

 

*Si es que pueden conseguir equipo después de toda la fama que han estado acumulando en bares y cantinas…
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Miren por donde va la campaña que iniciamos hace más de dos años sobre los campeonatos llenos de fracasos en el Junior de Barranquilla que llevaba, de manera inequívoca, a la salida de los técnicos sin tener en cuenta la incidencia de los jugadores.

El Juniorismo comenzó a recapacitar sobre ese tema y, como nunca antes, a señalar a jugadores por su bajo rendimiento y, lo que es peor, por ser amantes del ron, la noche y el bembé.

Esta última situación de los jugadores, borrachos consuetudinarios, pintan lo que hacen algunos casi a diario: atentar contra la buena preparación física, médica y mental que debe tener un atleta de alto rendimiento.

En la mínima oportunidad que tienen por no jugar, por tener un día libre, por no viajar, se dedican a faltar al respeto al club, a su técnico, a sus compañeros y al aficionado que hace lo imposible por comprar una boleta para ver al equipo del Alma.

Es una burla permanente, es un me importa un reverendo jo.

No me he equivocado cuando digo que hay jugadores que no tienen el menor atisbo de afecto hacia el equipo, son esos que les da igual jugar o no jugar, ganar, empatar o perder.

El interés gira alrededor de los millones que ganan, de ostentación en las redes sociales y pare de contar. Porque en el terreno de juego, que es donde deben mostrar por qué y para qué fueron contratados, son invisibles, nadie los ve.

Los cinco, Chino Sandoval, Walmer Pacheco, Omar Albornoz, César Haydar y José Ortiz son reincidentes. Son los mismos con las mismas.

Es bien curioso que la asociación de jugadores solo diga que “que se respeten los derechos de los jugadores” sin detenerse a analizar que aquí, el otro perjudicado es el club que pierde la plata que les paga, que es definido como el club de los borrachones, que así como tiene deberes tiene derechos también.

Sería bueno que definieran ellos, los santos mojarros cabeza de jarros de la defensa a ultranza de los borrachones, le digan a la afición cuáles son los derechos de los equipos cuando estas cosas pasan.

O cuando los jugadores son contratados para que rindan, para ganar campeonatos, para avanzar en las copas de la CONMEBOL, y eso no pasa porque el comportamiento de esos atletas no son propiamente de atletas sino de centuriones de la noche.

En un banco, si un cajero llega en evidente estado de beodez es despedido, lo mismo pasa con  un albañil o un chofer de bus. Y ellos no propiamente son jugadores de salarios millonarios, sino trabajadores de salario mínimo.

Quisieron medirle el aceite a Bolillo y se estrellaron con la realidad de hoy en Junior. No más borrachos, no más irresponsables, no más burladores de la disciplina del plantel.

Ese tema que “es mi día libre” no va más. Una cosa es la parranda, la noche y el licor y otra pasar en familia ese día de descanso en la playa, en un parque o en un restaurante.

Es que el cuerpo del futbolista es la única arma de trabajo que tiene y si lo intoxica con parranda eternas, si lo llena de ron, si no duerme bien, es un atentado contra la preparación física, médica y científica que les hace el club.

Finalmente, y a pesar que perjudican al Junior, los perjudicados serán ellos. Ya los equipos no están contratando borrachines y el dinero que han podido ahorrar (o tal vez no) se acaba.

Conozco casos dolorosos de grande jugadores, verdaderas estrellas, de selección incluso, que han terminado viviendo de la caridad de los amigos o jugando los fines de semana en partidos de apuestas donde les pagan 100 o 200 mil pesos.

Ojalá aprendan a tiempo que la vida es una tómbola, que da muchas vueltas, para que al final no estén contando su historia con aquello de que “si yo hubiera”.

Ah, pero que lo aprendan en otro equipo. Si es que pueden conseguir equipo después de toda la fama que han estado acumulando en bares y cantinas…

Barranquilla
Jueves 11 de mayo, 2023

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Un comentario

  1. Gustavo Ruiz

    11 mayo, 2023 at 4:27 pm

    ¿Y QUÉ PASÓ CON LA ENVIDIA QUE LE TENÍAMOS?
    Y que sucedió con la grandeza que tanto escozor nos causaba a nosotros simples mortales? En un acto de triunfalismo te subiste al carro de los Char y ahora te las das de critico. » que tus palabras sean dulces por si algún día te las tienes que tragar».
    Gustavo Ruiz

    Hincha de Nacional
    Medellin

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