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El silencio de un adelantando. El comienzo (I)
- Updated: 30 noviembre, 2024
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Tema: El silencio de un adelantado – Capítulo I
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Por Williams Viera, desde USA, columnista Cápsulas.
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Hasta los 76 años de edad estuvo vinculado a la radio.
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Trabajó durante 23 años como director artístico de Caracol, 10 en Todelar y 20 en RCN.
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Y de nuevo laboró en Caracol, en deportes. En ese cargo estuve 17 años.
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Durante ese tiempo confiesa que realizaron la transformación de la radio con un proceso normal, difícil y complicado en la que se encontraba la sociedad colombiana.
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Por Williams Viera desde USA.
Columnista Cápsulas.
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I
El comienzo
Los micrófonos se fueron apagando para él, la radio ya no es como la que él revolucionó, la gente que tuvo la oportunidad de trabajar junto a él lo recuerdan con cariño o tal vez, alguien, porque así es el género humano, dirá, sin que se lo exprese de frente, “era un hijo de puta” porque le corregía y le decía, como si fuese un padre, “aún no está preparado para el melodrama de la mente. Cada vez que hablamos creamos imágenes y emociones en el cerebro del oyente” y después de expresar aquello continuaba con su trabajo.
La radio para él era la razón de vivir mientras estuvo en ella. Él representaba, perfectamente, aquel comercial de Coca Cola que permaneció en el aire, desde 1939, durante muchos años, pero después de desaparecer, aquellas generaciones con las que trabajó, se lo acuñaban y lo repetían, en voz baja, para referirse a él: “Seas quien seas, hagas lo que hagas, estés donde estés, cuando pienses en radio, piensa en Antonio Pardo García”.
Entonces, uno de sus allegados, de aquellos que son serios e impolutos al estar al frente del micrófono por respeto a los oyentes, pero cuando su voz ya no estaba al aire, nos dijo para esta crónica: “Antonio es de los maestros que la radio nunca olvidará” y luego soltó una carcajada hasta el punto que las ondas hertzianas sufrieron una alteración en el espectro electromagnético cuando agregó: “No se lo diga a nadie, el profesor Antonio Pardo García era conocido, en el medio, como ‘7 mujeres’…”.
Un ángel en su camino
Los viejos que compartieron con él, conocen la razón de aquel remoquete porque tuvo hijos del silencio mientras su existencia era una lucha con las palabras. Sin embargo, desde que llegó la periodista Miriam Rojas Uribe a la vida de Antonio Pardo García, después de hacerle una entrevista, hace 40 años, él la considera su ángel.
En este punto, lógico, con la debida consideración al personaje mencionado, podemos puntualizar que en el arte existe una gran cantidad de imágenes de ángeles mujeres. Sin embargo, en los mitos bíblicos la feminidad de los ángeles está prolijamente ausente y en el averno, según nos contaron algunos comunicadores que se encuentran en ese lugar, “la diversidad de género en el infierno parece más equilibrada, con una gran cantidad de demonios femeninos”.
Pero volvamos al asunto que nos ocupa. Antonio Pardo García llegó de carambola al periodismo y a la radio.
“Un día mientras me dirigía a la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, donde estudiaba Economía, vi un letrero en una casa que decía: ‘Se enseña Morse’. Entonces, cuando llegué a la casa le pregunté a mi mamá sobre eso y ella me dijo: ‘Es el idioma de las comunicaciones’. Aquella frase me impactó que hasta el día de hoy es como si oyera, otra vez, esas palabras”, dijo Antonio Pardo García sin omitir detalle.
Él nació en Medellín y cumplió 90 años de edad el 22 de noviembre, pero a pesar de los periodos transcurridos recuerda los acontecimientos que vivió y las acciones que llevaron a la radio a transformarse.
Por eso, quien lo escucha, sin exagerar, siente que las manecillas del reloj se detienen. Es como si en aquellos momentos el tiempo se hubiese congelado y hasta se asemeja al instante de cuando el recién nacido mira por primera vez a su madre a los ojos por lo que su duración es una eternidad.
Igual le sucedió a “Pardito”, como le dice Yamid Amat, su amigo y periodista, cuando recibió el primer beso de Miriam Rojas, su esposa, quien en la casa de ambos le organizó “una vanidoteca”, palabra que no aparece en el diccionario de la Real Academia Española, pero ahí está como lo demuestra una de las fotografías que acompañan este escrito.
Las manecillas se detienen…
Así como la letra de una canción de Salvatore Adamo (“Es niebla es sombra el porvenir / Solo hay recuerdo en la añoranza / La vida vuelve a sonreír / Que recordar es revivir”), este hombre de radio fue honrado, el sábado 9 de febrero de 2013, por el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) con el ‘Premio a una vida en la radio’.
─ Ahora que lo pienso, creo que el tiempo y el destino detuvieron su camino durante ese homenaje de evocación. Aquellos instantes de añoranza fueron para mí un mundo de acontecimientos y entre esos recuerdos, he vivido ─ nos dijo Antonio Pardo García para esta crónica.
Y justo, en ese momento, Pardo sintió que su vida en el tiempo fluía desde el futuro hacia el pasado por ser algo preexistente que se parecen tanto que llegan a ser intercambiables por aquello de las leyes físicas que no admiten distinciones temporales al funcionar, exactamente, con independencia así las manecillas del reloj estén avanzando o estén retrocediendo como una pelota en el tapete verde de una cancha de fútbol.
─ Hasta los 76 años de edad estuve vinculado a la radio. Trabajé durante 23 años como director artístico de Caracol, 10 en Todelar y 20 en RCN. Y de nuevo laboré en Caracol, en deportes. En ese cargo estuve 17 años. Durante ese tiempo realizamos la transformación de la radio con un proceso normal, difícil y complicado en la que se encontraba la sociedad colombiana.
La narración nos permite decir…
… La escritura es un acto de amor acompañado de una magia contagiosa en donde las palabras se sienten en el ambiente a través de la radio con lo que se produce la belleza del misterio que nos envuelve y nos deja sin aliento en el momento justo en que cada quien vuelve a revivir acontecimientos en un mundo en el que todo se mezcla con los sueños, los amores, los amigos, las tristezas y las alegrías.
Y es que el género humano, desde su nacimiento, vive su propia carrera de destrucción como lo demuestra, por ejemplo, el camino que ha recorrido Antonio Pardo García por ser testigo de hechos, buenos o malos, pero que lo integraron a la historia debido a ese talento innato para dárselos a conocer, a los oyentes, a través de las ondas hertzianas de aquellas empresas radiales en las que laboró.
“Después de tantos años de vivir, aprendemos que la vida se produce en el momento en que nacemos y sigue su camino cuando crecemos y cuando nos reproducimos, pero cumplimos el último ciclo al morir”, nos dijo don Antonio Pardo García y soltó una carcajada que no le llegó hasta sus ojos.
(Continuará. Capítulo II: Así fue el asunto.. )