Capsulas de Carreño

El último pasito

Por Josep Maria Artells, Mundo Deportivo.

 

 

 

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*Griezmann juega de ‘Messi’ con inteligencia dejando o tomando la iniciativa cuando conviene.
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Argentina está a un pasito de encadenar la Copa América y el Mundial en 18 meses, un hito fabuloso para la albiceleste que, abrazada al desfibrilador cardíaco, desataría un delirio desconocido entre su hinchada. Brasil y Francia eran las favoritas cuando empezó a rodar el balón, y por detrás aparecía con reservas ‘la Bandita’ liderada por Messi que a sus 35 años mañana dirá adiós. Así bautizó ingeniosamente a la joven muchachada el Papu Gómez.

Messi no necesita transmutarse en nadie. No hace falta que lo conviertan en el sustituto de Maradona ¿Por qué elegir entre papá o mamá? Al rosarino no le hace falta una iglesia en su nombre para rezarle de rodillas ante su imagen al estilo Miguel Ángel o para bautizar a los hijos de sus devotos. Son dos épocas diferentes, dos contextos, dos genios inigualables, de personalidades contrapuestas, que se amaron y que deberían convivir sin enfrentarlos en el pedestal de la memoria.

Es mejor sumar que idolatrar a un dios con dos cabezas. Leo es tan argentino como el que más. No ha dejado de ejercer su paisanaje desde que llegó a Catalunya, tierra de acogida, donde perfeccionó el talento innato que mostraba de niño en los potreros de Rosario. Es raro que ahora se viva su explosión identitaria.

En Europa ha sorprendido el uso del término ‘Messi maradonea’. Leo no es protestón y tiende a alejarse de las broncas. Tras ganar a Holanda en los penaltis exhibió su caudillaje y se visualizó un acento agresivo de bajo perfil. De una tacada Messi se encaró con Van Gaal para ajustar cuentas, le llamó bobo a Weghorst y le montó un quilombo a Mateu Lahoz por el minutaje, quien acabó haciendo las maletas. ¿Maradoneó? Las maravillosas cualidades técnicas de ambos pueden tener sus partidarios pero Messi no es de enseñar la vena. El Pelusa tenía célebres recursos para el insulto hiriente en un campo de fútbol (‘la tenés adentro’, solía insultar).

No parece que bobo sea grave. Despectivo sí, pero en la selva del fútbol suena pueril. La facturita al desprevenido Van Gaal sobraba, la llevaba clavada y la soltó. En Argentina, donde las discusiones son una gimnasia filosófica interminable, se empezó a discutir si llamar bobo al delantero neerlandés había sido más conveniente que utilizar el punzante ‘pelotudo’. Roberto Fontanarrosa, escritor rosarino y humorista gráfico fallecido en 2007, reivindicó el término ‘pelotudo’ en el Congreso Internacional de la Lengua dedicado a las ‘Malas palabras’. Hincha acérrimo de Central, el imprescindible guionista defendió que algunos vocablos malsonantes como el referido ‘pelotudo’ eran irremplazables por su fuerza y debían ser amnistiados.

Argentina será este domingo un territorio que ha decretado el estado de felicidad completa. Incomprensible para algunos, pero es así. Con la economía por los suelos y un futuro incierto, los argentinos no han dejado de cantar y apoyar a su equipo desde el duro golpe ante Arabia sufriendo partido a partido con el estrés de los jugadores.

Aquel grupo creado por Scaloni que dio la vuelta olímpica en Maracaná tras ganar a Brasil, ha hecho rejuvenecer al ‘10’. Todos corren por él y le honran en público. Al capitán se le nota que está en la gloria. Leo y los argentinos que le fueron hostiles han enterrado los viejos encontronazos. El estadio Lusail conservará el instante más mágico del crack, aquel giro y acelerón letal al croata Gvardiol para entregarle el gol a la ‘Araña’ Álvarez. Alguien del Barça, por cierto, tendría que aclarar por qué en enero de 2021 el City fichó a Álvarez por 20 millones y al Camp Nou llegaron cuatro jugadores, uno de ellos por la millonada de 55+10 millones.

La prensa argentina ha trazado la línea de meta. La periodista Sofía Martínez de TV Pública Argentina conmovió esta semana a Messi con un discurso disfrazado de reverencias y gratitud arrogándose la representatividad del país . Dijo así: “Atravesaste a cada uno de los argentinos (…). La felicidad que hiciste vivir es más importante que una copa del mundo” ¿Quién puede resistirse a un alegato tan sensible que podría corresponder perfectamente al acto de entrega de un premio Nobel?

‘Avant match’ exprés. Francia tiene una ligera ventaja sobre Argentina, que llega en su mejor momento. Scaloni ha perfeccionado sobre la marcha el equipo cambiando a tres centrales y contactando mejor a Messi con Enzo Fernández y Julián Álvarez. Por otra parte, Griezmann juega de ‘Messi’ con inteligencia dejando o tomando la iniciativa cuando conviene. Leo contra el endiosado Mbappé, el mejor de todos los tiempos contra el aspirante. Al-Khelaïfi siempre gana.
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