Capsulas de Carreño

El vuelo de Yerry hace bailar a todo un país. Por Josep María Artells, MD

 


Por Josep Maria Artells, Mundo Deportivo

 

*Su planta, sus ataques aéreos, sus goles y su estilo, suben su cotización.

La potencia aérea de Yerry Mina (1,93 metros) fue una de las causas por las que el Barça acabó por ficharle. Su juego por alto fue determinante, también por ser un futbolista diferente, valiente para sacar el balón, desacomplejado y de carácter alegre para cualquier vestuario. En Can Barça se sabía que el colombiano iba a sufrir porque a sus 23 años el cambio de estilo del fútbol en el Palmeiras (fue escogido mejor defensa de la liga brasileña), de ritmo lento y cadencioso, iba a ser una prueba de fuego.

El Mundial le está dando a Mina lo que no ha podido darle el Barça y desde ayer es el nuevo ídolo indiscutible de su país. Por los dos goles que lleva marcados en Rusia, por su emocionante historia de superación y por sus orígenes humildes en Guachené, un territorio difícil donde ya salía descalzo antes de jugar como hizo en el Camp Nou en el día de su simpática presentación.

Yerry puso a toda Colombia a bailar la popular salsa choke con un gol que sitúa a su selección en los octavos. Un tanto en el corazón del área. En otro de sus celebrados ataques, porque tiene alma de delantero y un frustrado pasado de portero como su padre. Así abrió también el marcador en la goleada ante Polonia, donde debutó tras calentar banquillo en la derrota contra Japón, error clamoroso de Pekerman.

Cuando Senegal estaba poniendo al límite la agilidad de reflejos del central blaugrana y de Davinson, Mina se ‘fugó’ otra vez a la aventura, se elevó a los cielos de forma académica, marcó los tiempos con bote incluido para despistar al portero africano N’Diaye y el país cafetero y sus familiares en el estadio de Samara estallaron de júbilo. Una clasificación que la ‘tricolor’ celebró bailando, cómo no, dándose la mano y danzando como solo lo sabe hacer un grupo de futbolistas desprendidos que saben disfrutar y sufrir como nadie.

Mina sigue en el Mundial sin pensar en su futuro en el Barça. Se marchó diciendo que deseaba continuar de blaugrana porque se sentía capaz de voltear las dudas que despierta. No le da miedo la exigencia. Arthur le amenaza la plaza de extracomunitario que también ocupan Coutinho y Paulinho. Su planta, sus ataques aéreos, sus goles y su estilo, suben su cotización. Sus partidarios en el Barça, empezando por Pep Segura, creen que Yerry merece un gran torneo.

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