Capsulas de Carreño

En el DIM, crónica de una eliminación anunciada.

Dos rojas para el DIM, faltó ambición para buscar algo más que el 0x0. Crónica de una eliminación anunciada. Foto tomada de http://futbolete.com/dalerojo-net

Por María Victoria Zapata B.

No debería tomarnos por sorpresa la eliminación del Deportivo Independiente Medellín,  tras el 0-0 con el que concluyó el clásico Nº 296  que cerró la fase todos contra todos de la Liga Águila II de 2017.

Así el DIM hubiera llegado a la vigésima fecha  con la posibilidad matemática y dependiera de sí mismo para el paso a los play-offs,  no había sustento directivo,  futbolístico, técnico  ni anímico para tal aspiración. El empate ante  Atlético Nacional, que selló la eliminación roja, no fue más que la ratificación de todos y cada uno de los errores que se cometieron  y  que llevaron  al fracaso total en el 2017, es decir, en los seis  torneos en los que   intervino, a saber:  Superliga, Ligas Águila I y II, Copa Águila,  Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Se perdió hasta el cupo a Libertadores que nos entregaba la reclasificación. Ni  eso supimos preservar.

Yerros  por toneladas.
De  la dirigencia roja, que  falló  de manera flagrante  tanto con sus inoportunas y lesivas decisiones  como  con las contrataciones,   que acabaron  de un tajo con un proceso que  hasta hace  pocos meses fue  serio y auspicioso.

La insólita promoción del entrenador de las inferiores, Fabio Martínez,  a la escuadra profesional y quien, por una fuerte y lógica presión de la hinchada, solo duró en el cargo 24 horas, marcó el derrumbamiento del DIM  en todos sus frentes.

Después, la vinculación del técnico Juan José Peláez, cuestionada  con dureza y  sustentada  con múltiples  razones por algunos hinchas, entre quienes me incluyo,  señaló  el peor  y más doloroso retroceso  observado en El Equipo del Pueblo en los últimos años. Desde  el debut en su tercera época  con el DIM, en el  partido de apertura del segundo torneo del año,  ante Millonarios,  se percibieron la pérdida de identidad, la indolencia, la escasez ofensiva y  un fútbol paupérrimo que,  fecha a fecha,  destruyeron  todos los cimientos deportivos del equipo hasta  sumirlo  en  el más lamentable estado de incapacidad y displicencia  visto en muchos años.

Si a ello le sumamos la transferencia  en pleno campeonato de jugadores  vitales en la columna vertebral del Medellín, como Andrés  Mosquera y el capitán Christian Marrugo,  no podemos menos que concluir que  don Raul Giraldo y Eduardo Silva Meluk, cabezas visibles de la administración roja,  dieron prueba irrefutable de todo aquello que NO debe hacer nunca un directivo del fútbol.

Y en el caso de nuevos jugadores, ¿alguno de ellos justificó su vinculación? ¿o la justificó la continuidad de Juan Fernando Quintero, precedida de un casi interminable novelón, y que permaneció más tiempo en el departamento médico que en  la gramilla?

Ni en el clásico hubo ambición.
Es que salir  a enfrentar un partido decisivo con un módulo que incluía tres volantes de recuperación (Didier, la Goma y Atuesta), ya era señal inequívoca de la carencia de aspiraciones del superpoblado cuerpo técnico rojo. Como también lo era la escasa sangre  que se veía correr por las venas de los jugadores del DIM a medida que  el reloj marcaba su inexorable paso. Que mal jugó hoy  Independiente Medellín…!!!  Ni siquiera por dignidad, hubo fútbol, ambición o  corazón.

Se eliminó solo.
Y si de ser sinceros se trata, al DIM NO LO ELIMINÓ NACIONAL…!!!  Al DIM lo eliminaron  sus empates locales ante Millonarios (1-1) y  Atlético Huila (1-1), sus derrotas en el Atanasio Girardot con  Santa Fe (0-1),  Rionegro-Águilas (1-2) y Atlético Junior ( 1-2),  los mismo que sus reveses a domicilio ante  Tigres  (0-1), Deportivo Pasto (0-1), Deportes Tolima (1-2) y América de Cali ( 0-2).

Con  un pobre rendimiento del 45%,  un paupérrimo fútbol,   las repetidas equivocaciones  de unos técnicos que no dieron la medida y una dirigencia que no se cansó de cometer  desatinos, el Deportivo Independiente Medellín se eliminó solo. No fue Nacional en la última fecha, tampoco  Millonarios en la primera. Fue un DIM plagado de inconsistencias  y absorbido por la apatía, el que  se encargó de recorrer  su propio camino hacia el precipicio, arrastrando consigo  el programa bandera de la actual administración: El Todos en Uno.

Cuando se pierde la credibilidad…
No se recupera con la renovación del contrato a uno de los jugadores  más resistidos por la afición roja por su  enorme deuda con el fútbol y los goles (Juan Fernando Caicedo)  ni con el velado  anuncio de la posibilidad de promoción de los hermanos Rescalvo al equipo profesional.

Cuando la credibilidad  decrece hasta un punto tan   insospechado,  se  reclama  reingeniería  institucional en todos sus frentes. La designación de un cuerpo técnico  capacitado y ambicioso, la exclusión  de los corrosivos asesores que tanto daño le han hecho al DIM, la depuración de    la nómina actual (de la que debe  salir más de la mitad de titulares), la consecución de verdaderos refuerzos para el equipo y,  ante todo,  CLARIDAD   de parte del mayor accionista,  Raul Giraldo, y del presidente,  Eduardo Silva Meluk. En este momento, y después de cumplirse nuestra sexta debacle del año, los hinchas exigimos  transparencia en la información, transparencia en las decisiones y transparencia en las ejecutorias.  El  programa Todos en Uno  y el exitoso proceso  de la sociedad Equipo del Pueblo S.A. se hunden  inexorablemente por  la falta de ella y solo un viraje de 180º permitirán  salvarlo  en  el 2018

En conclusión,  la eliminación del DIM fue la  crónica de una muerte anunciada  partido a partido y  disparate tras disparate. Nosotros, los hinchas rojos, estamos a la espera de la reconstrucción  total del DIM cuya tarea debe iniciarse de inmediato. Nos fallaron directivos, técnicos y jugadores.  Todo, absolutamente todo lo perdimos en este año y  necesitamos  reedificar también la ilusión.

Hoy la decepción es tan grande, que no deja espacio  para el dolor.
(María Victoria Zapata B.)

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