Capsulas de Carreño

En Ponyfútbol: El «clásico» nunca antes visto (Naty Gómez)

El Ponyfútbol demostró que si se puede observar el fútbol en paz y compartir y respetar los gustos de cada hincha. Foto CD Los Paisitas

El Ponyfútbol demostró que si se puede observar el fútbol en paz y compartir y respetar los gustos de cada hincha. Foto CD Los Paisitas.

 

Por Naty Gómez
@Natigoza

Naty Gomez

 
La Marte estaba como nunca. La tribuna llena. No se sabía si había más espectadores afuera o adentro del escenario.  Fue para lo que se ingenió el evento, para ser una fiesta, una fiesta de integración, armonía y fraternidad.

Así fue. Estaban las dos hinchadas reunidas, la de Nacional y Medellín. Ningún niño de los protagonistas hubiese pensado lo que iba a vivir en esta final. De los 32 años seguramente esta será una de las finales inolvidables por la calidad del juego y sobretodo por el entorno.

El buen comportamiento fue la mejor nota para los seguidores de ambos equipos. El Ponyfútbol demostró que si se puede observar el fútbol en paz y compartir y respetar los gustos de cada hincha.

 
Se mezclaban camisetas rojas y verdes, sentimientos que se entrelazaban bajo el pretexto de unos niños que eran héroes en la cancha. Era una poesía a la vida, un canto a la paz , una sinfonía de valores que relucían en la Marte como regalo a quienes se acercaron a este templo sagrado del fútbol aficionado.

Hasta Pékerman fue testigo de la magia de estos chiquillos en la grama, y los niños además de llevar con orgullo las camisetas de sus equipos, también portaron a su entrada al campo la casaca de la Selección Colombia. Y a sus doce años tuvieron charla técnica con el orientador nacional.

Los trataron como grandes, y más que eso como gigantes, niños que no fueron inferiores para el espectáculo que escribió una página imborrable en la historia del festival.

El juego entretenido, opciones por ambos lados, figuras en ambos equipos, goles que hicieron estallar de júbilo a las dos aficiones. El fútbol ganó con esta final, y la paz sonrió viendo el rostro de estos niños acariciar la pelota.

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