Estilo de juego:
Orden, adaptabilidad y flexibilidad son los principales apuntes de Koeman como entrenador. Dicha flexibilidad viene condicionada por el nivel de los equipos en los que ha trabajado, diversos entre ellos y marcados por la calidad de los futbolistas a su disposición.
En el Southampton alternaba la disposición de su equipo en un 4-3-3 que mutaba a 4-2-3-1 en función del rival, incluyendo también variantes con línea de tres atrás, como en la recordada victoria de “Los Santos” ante el Manchester United en Old Trafford en la temporada 2015/16, compitiendo bajo un sistema 3-4-2-1.
Ya en el Everton comenzó a utilizar más la estructura 3-5-2, con dos laterales (Leighton Baines y Mason Holgate) posicionados muy arriba, buscando protegerse también defensivamente. Posteriormente propuso modificaciones al 4-3-3 con los extremos abiertos y los laterales formando una línea defensiva de cuatro jugadores, variando en algunos momentos a un 4-2-3-1, con una línea de tres media puntas (Wayne Rooney, Davy Klaasen y Gylfi Sigurdsson) muy juntos en zonas intermedias.
En la selección de Holanda, por historia, cultura del país y calidad de sus futbolistas, Koeman casi se vio obligado a tener una propuesta más abierta y ofensiva, organizando al equipo en un 4-3-3. También con una variante en línea de tres centrales como en los partidos contra Portugal o Italia, con la intención de controlar la línea atacante rival también de tres jugadores (2 extremos y un delantero).
Y ha sido quizás en la selección de fútbol de Holanda, donde los jugadores técnica y tácticamente han sido educados bajo una idea ofensiva del juego, el equipo más parecido al Barcelona que ha podido dirigir hasta ahora.
Fase ofensiva:
Los equipos de Koeman, en líneas generales, no se identifican por tener valores altos de posesión. Así fue en el Valencia o en su paso por los equipos de Premier League. Una situación que varió en la selección holandesa. No tanto por decisión propia, sino más bien influido por la capacidad de sus jugadores en mediocampo: Frenkie de Jong, Donny Van De Beek, o Marten De Roon. Todos ellos de buen pie y con un buen sentido del posicionamiento, pero siempre asumiendo los riesgos necesarios con el balón y un cierto grado de control en el desarrollo del juego.
Sobre el mencionado 4-3-3, en las situaciones de presión alta del equipo rival, el portero (Jasper Cillessen) buscaba líneas de pase sobre los centrales (Virgil Van Dijk y Matthijs De Ligt). Sin embargo, cuando los delanteros rivales saltaban a la presión, se activaba la opción de conectar directamente con el pivote defensivo, De Jong, quien se aproximaba bien perfilado para descargar el balón por fuera a través del central izquierdo (Van Dijk), y desde ahí progresar en ataque por este mismo perfil (abajo).