“Extrategia” (Jorge Iván Londoño Maya)

Por Jorge Iván Londoño Maya

* No hay más remedio que decir: ¡Aguanta corazón!

Vea pues como el técnico Rueda hecho mano de lo mejor de su repertorio estratégico para afrontar el partido contra el Medellín, y a su vez, como estrategia extra, los directivos hicieron lo mismo para ambientar el preámbulo del partido con una excelente escenografía en las tribunas, y la exhibición en la cancha de las 22 copas ganadas hasta ahora por el equipo.

Todo esto sirvió para que jugadores e hinchada conformaran un solo equipo en el Atanasio, y porque no, para que los jugadores del Medellín se sintieran como verdaderos visitantes.

El técnico Rueda aprovecho lo vivido en el partido de ida, y por eso hizo un cambio trascendental en el andamiaje del equipo. Cambió a Moreno por Guerra. Esto le dio mayor capacidad de tenencia del balón y de ataque, situación que a la postre dio los resultados reflejados en esos 25 minutos iniciales de lujo, llenos de fútbol, y de goles suficientes para ganar el cupo a la final. A lo anterior, hay que agregarle la buena disposición y actitud de los jugadores.

Que distinto es ver un partido de fútbol cuando todo está dispuesto, cuando los jugadores afrontan con jerarquía el compromiso, cuando el cuerpo técnico no solo con anticipación, sino durante el partido, pone su experiencia al servicio de la institución, y cuando la hinchada se convierte en el jugador número doce. No obstante, también se sufre porque el rival igualmente juega, y porque a veces no todas las jugadas salen al derecho.

Se viene la final contra el Junior. Final con muchos ingredientes; entre algunos, el momento futbolístico de ambos equipos, su regularidad, y el más significativo, estar dirigidos por quienes conformaron la dupla que tan buenos resultados cosechó dirigiendo las selecciones de Colombia, Honduras y Ecuador.

Confiemos que sea este el momento para que el profesor  supere al alumno, y que con ello Nacional logre su estrella número 15, lo que nos permitiría quedar al tope de la tabla de campeones.

No hay más remedio que decir: ¡Aguanta corazón!

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