Fabio Poveda Ruiz no ha sido inferior al reto que le dejó su padre

By Alfredo Carreño
Updated: 28 febrero, 2018

–Fabio Poveda Ruiz ya fue entrevistado por Cápsulas el 22 de abril de 2015.
-En ese momento se escribió que el 18 de mayo de 1998 tuvo que regresar al país por la muerte de su padre, Don Fabio, icono del periodismo deportivo colombiano.
-En ese momento la vida le cambió de un golpe al estudiante de comunicaciones en Estados Unidos, el mayor de tres hermanos.
-Muchos lo llaman «Fabito», como lo popularizó Rafael Orozco de «El Binomio de Oro cuando lo saludaba en sus canciones.
-«La Chachara» apuntó en una entrevista que a «Fabito le tocó emplearse a fondo para asumir ese reto de ser el sucesor del gran periodista Fabio Poveda Márquez».
-Entonces con Fabio, mejor que Fabito, porque ya es un periodista hecho y derecho, volvemos a recordar sus orígenes, sus espejos para caer luego en su evolución, planes 2018, su presencia diaria en Blu Radio.
-Y, por supuesto, no ha dejado caer el programa radial «Deporte Espectacular» que tiene 44 años al aire.

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-Ud. periodista, como dicen, por herencia auténtica de su padre, un verdadero maestro de las comunicaciones?
Yo diría que soy periodista por herencia y por convicción. Lo digo porque mi papá me inculcó desde niño el amor por el deporte. Desde que tengo uso de razón sólo vi desfilar por mi casa a grandes figuras del deporte, a los jugadores del Junior y la selección Colombia. Y gracias a eso mi papá, sin saber que yo sería periodista deportivo, me dio los cimientos para esta hermosa profesión. Es lo que siempre he amado.

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-¿Qué le aprendió a su padre?
Le aprendí todo. Todos en la vida tenemos maestros, yo tuve la fortuna de tener el maestro en casa. Pude trabajar a su lado y esa práctica, ese día a día, me dio muchos más conocimientos que los que aprendí en la universidad. Mi padre siempre me decía que “la principal arma del periodista es la credibilidad, sin eso un periodista está muerto». Por eso jamás se puede decir al aire una mentira porque el día que digas la verdad no te creen. Te pasa como el pastorcito mentiroso”.

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-Sus planes 2018 en el tema periodístico..
Seguir creciendo en BLU Radio, que es la casa periodística que me acogió y me dio la oportunidad de dar el salto nacional. Aspiro hacer un buen cubrimiento del Campeonato Mundial de Fútbol. Y el otro reto son los Juegos Centroamericanos y del Caribe en donde mi querida Barranquilla se lucirá organizando unas grandes justas.

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-Cómo analiza el momento de la radio deportiva en Colombia?
Ha cambiado mucho porque los oyentes cada vez nos escuchan más por las diferentes plataformas digitales. Gracias al internet, el cable y la TV digital, todos tenemos información al instante de lo que sucede en el mundo, y esa información hay que dársela al oyente.
Hemos pasado de informar menos temas locales, sin olvidarlos por supuesto, a informar más temas nacionales y globales. Y debido a esa inmediatez de la noticia se ven menos reportajes y crónicas de esos deportistas, dónde conocíamos a profundidad su parte humana.
Este acceso tan fácil de ver en directo partidos de todos los deportes hace que muchos periodistas recién graduados se sientan ya capacees de comentar solo porque han visto mucho fútbol, por ejemplo. Para poder analizar un partido hay que leer, aprender, escuchar a los técnicos para conocer sus conceptos e ideologías, capacitarte, etc. Es un proceso constante.

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-¿Cómo ha sido su evolución en el periodismo, quiénes han sido sus espejos y consejeros cuando su padre falleció? Empresas, compañeros, jefes….
He tenido la oportunidad de escribir en el diario El Heraldo y algunos otros medios escritos, he hecho algunas cosas en TV también en diferentes medios, pero mi casa ha sido la radio, es dónde más a gusto me he sentido y lo que más he disfrutado.
Por la radio he podido cubrir un sin número de eventos como Mundiales, Olímpicos, Series Mundiales de Béisbol, peleas de título mundial. Muchas han sido las personas y empresas que me han apoyado desde la muerte de mi padre. Caracol Radio, en cabeza del Dr. Carlos Arturo Gallego en ese entonces, me dio la oportunidad de seguir haciendo el programa de mi padre ahí, donde permanecí hasta cuando llegaron los españoles.
El mundo da muchas vueltas y varios años después me encontré nuevamente con el Dr. Gallego en BLU Radio. Con muchos periodistas he trabajado y a todos les he aprendido montones. En Caracol tuve la fortuna de trabajar con Oscar Rentería, que tenía una capacidad extraordinaria para organizar los eventos internacionales que cubría la cadena.
Hugo Illera ha sido un gran amigo a lo largo de todos estos años y un gran periodista que me enseñó mucho. Iván Mejía y don Wbeimar Muñoz me dieron la oportunidad de aparecer en las transmisiones de la Selección Colombia a nivel nacional cuando yo apenas comenzaba. Hacía toda la reportería para la antesala de las transmisiones y los programas de la semana antes de los partidos.
Yo solo me estaba dando a conocer localmente en Barranquilla y gracias a ellos hablé por primera vez nacionalmente y por eso estoy eternamente agradecido. El difunto Ernesto McCausland fue uno de mis grandes maestros, al lado de mi padre. Ernesto fue un amigo a quién nunca olvidaré.

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-¿Cuánto tiempo con Blu Radio?
Y desde mi llegada a Blu Radio hace 5 años, he podido trabajar al lado de Javier Hernandez Bonnet, un verdadero icono del periodismo colombiano. Admiro mucho su creatividad, su calidad para formar nuevos periodistas y su visión para saber dónde hay un talento para explotar. Es un mago para organizar y escoger grupos para el cubrimiento de grandes eventos. Le he aprendido mucho en estos años.
Y de niño escuché mucho a los periodistas que formaban parte del círculo de amigos de mi padre como Eugenio Baena, Napoleón Perea (mi padrino), Melanio Porto y el gran Edgar Perea. Tantas tertulias y charlas a su lado ayudaron a mi formación.
José González, un gran periodista en Barranquilla, era uno de los colaboradores de mi papá en Deporte Espectacular, y hoy en día se mantiene a mi lado. Su profesionalismo y amistad han sido fundamentales para que el programa siga vigente casi 20 años después de la muerte de mi papá.

–¿Pudo seguir cultivando las amsitades de su padre?
En el plano personal, tuve la fortuna de conservar las amistades de mi padre. Cristian Daes, Presidente de la empresa Tecnoglass, ha sido un amigo, un padre y hasta un apoyo moral. Igualmente Samuel Azout, ex Presidente de Carulla-Vivero, y hoy dedicado a su exitosa Fundación Fútbol con Corazón. La familia Char fueron impulsores de la carrera profesional de mi padre y lo han sido conmigo. Don Fuad y sus hijos Antonio, Arturo y el alcalde Alex, Don Simón, Don Jabib y Don Farid q.e.p.d.
También Clara Helena de Orozco, esposa del inmortal Rafael Orozco, que era uno de los mejores amigos de mi padre, me ha querido como a un hijo. Carlos Peña Torres, otro de los grandes amigos de mi padre, ha estado siempre a mi lado, en las buenas y en las malas. Todos ellos han sido un apoyo fundamental en mi vida y en mi carrera.

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-Ud. comentarista y su hermano técnico de fútbol….
Así es. No es la primera que vez que esto sucede. Ya me ha tocado entrevistarlo. En nuestro caso esto se da precisamente por ese amor por el deporte que nos inculcó mi padre. Creo que va muy bien y su trabajo ya se está dando a conocer. Ha sido uno de los formadores de los muchachos que han subido al equipo profesional de Junior este año. Llegará el momento en que me toque criticarlo cuando dirija a nivel profesional.

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-Sus actividades y vinculaciones actuales.
Sigo dirigiendo el programa Deporte Espectacular, que fue fundado por mi padre hace ya 44 años, y que se emite todos los días en Barranquilla de 9 a 10:30 AM. Es uno de los espacios deportivos más antiguos de la radio colombiana.

Además, me siento orgulloso de pertenecer a la gran familia de BLU Radio, donde me siento feliz. Amo y disfruto cómo trabajamos en BLU. El poco tiempo que me queda libre es para jugar mis partidos de fútbol (mi hobby favorito) y para mis tres hijas, Gabriella, Isabella y Lucianna, que son la única razón de mi existir, y mi esposa Claudia Turbay que ha sido mi apoyo constante, mi piedra angular en este matrimonio de 19 años ya.
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