Capsulas de Carreño

¡Francamente! (Jorge Iván Londoño)

jorge-ivan-londono

Por Jorge Iván Londoño

 

*Sinceramente ese conformismo por lo bajo,  nos deja con demasiada incertidumbre frente a lo que se nos viene.

 

Olvidados temporalmente de la Copa Libertadores y de los jugadores llamados a la selección, Nacional afronta las instancias finales del fútbol colombiano, que se juegan paralelo con la Copa América Centenario, gracias a la miope planificación criolla, con el equipo que los conocedores llaman “alterno”; vaya usted a saber. Pero bueno, repasando la nómina había esperanza en que se podría hacer un buen papel.

 

Y todo era tranquilidad cuando se conoció el rival de Nacional, porque nadie quería vérselas, al menos de entrada, con un Cali, un Millonarios y porque no, hasta con un Cortuluá. (o sino, pregúntenle a Santa Fe) La suerte dispuso que fuera Rionegro, que sobre el papel era dizque el rival más accesible, pero eavemaría si estábamos “mirando” fuera del tiesto.

 

El partido de ida…en bus, puso a Nacional a jugar de local, no solo por los asistentes al estadio Alberto Grisales, sino a los morros aledaños,  que empinados aguantaron los 90 y pico minutos, de un partido con un gol tempranero para Rionegro, de esos de no te lo puedo creer, y el empate antecedido por una inspiración de Berrio y la finalización de Ibargüen, empate que al menos también le salvo la noche a los encargados de los fuegos pirotécnicos.

 

Y seguíamos esperanzados en que Nacional, en el partido de vuelta, también en bus, y en casita, así fuera alquilada, sacara a relucir, ahora sí, lo suyo, y a poner el marcador a su favor para seguir de largo. Pero vaya si estábamos equivocados, porque al minuto 19 Palomino, con la admiración de Nájera y del respetable, esculpe una joya de gol, para ponernos nuevamente en desventaja.

 

Nacional vuelve a ser el equipo lento, plagado de malas entregas (lo que se volvió constante) y de tarjetas amarillas, un de ellas revestida posteriormente de rojo para Bocanegra.

 

Faltando pocos minutos para terminar el primer tiempo, Berrio se “emberrionda” y por encima de cuatro contrarios hace el pase a Sherman, quien centra para que Ibarbo (por fin) de potente frentazo logre la paridad y de paso chupe dedo

 

En el segundo tiempo Rionegro con su contragolpe pone a tambalear a la tribuna y a la defensa verdolaga, y erige a Armani salvador en varias oportunidades.  Nacional se olvida que juega con diez hombres y busca aumentar el marcador pero sin argumentos contundentes, hasta que llega el pitazo final, para darle paso a los penales, prueba de esfuerzo que Nacional nos regala con motivo de los 20 años del infarto que por estos días estamos recordando. Por fortuna, tenemos al frente al mejor cardiólogo. Francamente, Armani

 

Sinceramente ese conformismo por lo bajo, la falta de actitud (¿o será menosprecio?)  y esa pasividad para afrontar estos  partidos de finales, como si fueran partidos de solteros contra casados, nos deja con demasiada incertidumbre frente a lo que se nos viene. Ojala nos equivoquemos de cabo a rabo.

Compartir:

7 comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *