Capsulas de Carreño

Francisco ‘Paco’ Gento.

 

  • No tuvo un comienzo fácil.
  • Dudó entre el fútbol y el atletismo.
  • Su redención: Dos goles frente al Barcelona.

Por Tobías Carvajal Crespo.
Columnista Cápsulas.

 

 

De la famosa delantera del Real Madrid a finales de la década del cincuenta, compuesta por Raymond Kopa, Héctor ‘Pibe’ Rial, Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskas y Francisco ‘Paco’ Gento, estaba valorada en algo más de 450 millones de dólares de la época (la tasa de cambio en Colombia rondaba los $ 6,70 pesos). Los cuatro últimos visitaron canchas nacionales -Bogotá y Cali- en julio de 1959.

Era el equipo que contaba también con hombres como el arquero argentino Rogelio Domínguez, además de elementos de campo como Santamaría, Marquitos, Casado, Zárraga, Herrera, etc.

La tarde del domingo 5 de julio de 1959, el equipo ibérico celebró un único partido en el estadio El Campín frente a Millonarios, que presentó el refuerzo de los argentinos René Seghini y Camilo Cervino, del registro del Deportivo Cali. Goles de Di Stéfano para los españoles y Oscar Contreras para Millonarios. Arbitraje de Ovidio el ‘Sauce’ Orrego del Quindío.

Por aquellos mismos días, Real Madrid, en el estadio Pascual Guerrero, partido nocturno, superó a América por 5-2, luego de perder inicialmente por 0-2, anotaciones del jugador criollo Carlos Cuéllar.

Fachada de la casa donde nació ‘Paco’, en Guarnizo. Foto archivo Tobías Carvajal.

De aquel quinteto ofensivo, penta-campeón de la Copa de Europa en forma consecutiva, el argentino Alfredo D’Stéfano  era el mayor de todos (julio 4 de 1926) seguido del húngaro Ferenc Puskas (abril 1º de 1927), el argentino Héctor Pibe Rial (Agosto 14 de 1928), el francés Raymond Kopa (octubre 13 de 1931) y Francisco Paco Gento (Octubre 21 de 1933).

De todos ellos el más longevo fue el recientemente fallecido Francisco Gento López, a la edad de 88 años y tres meses, seguido por Alfredo D’ Stéfano también a los 88 años y tres días. La Saeta Rubia murió el 7 de julio de 2014 y Gento el pasado 18 de enero.

El primero en morir de esos cinco geniales futbolistas fue el Pibe Rial el 24 de febrero de 1991, a la edad de 63 años. Posteriormente Ferenc Puskas el 17 de noviembre de 2006 a los 79 y Raymond Kopa el 3 de marzo de 2017, a los 76. Un promedio de 78 años para los cinco magníficos.

De Héctor Pibe Rial y Alfredo D`Stéfano se guarda el grato recuerdo de haber pasado por canchas colombianas, vistiendo las casaquillas de Independiente Santa Fe y Millonarios, respectivamente. El primero de ellos a las toldas del cuadro Cardenal por sugerencia de su paisano René Alejandro Pontoni, otro santafereño de grata reminiscencia. Después de jugar en Real Madrid pasó a las huestes del equipo Español de Barcelona. En sus últimos años ejerció como director técnico.

Di Stefano, al igual que Néstor Raúl Rossi, llegaron al país junto con Adolfo Pedernera, quien ya estando en el cuadro Embajador, viajó a Buenos Aires para lograr la vinculación de ambos al onceno bogotano. Fue la puerta de apertura a la famosa época de Eldorado.

Francisco Paco Gento López nació en Guarnizo (Santander) el 21 de octubre de 1933, una población de la región cantábrica de España, dependiente del municipio El Astillero, núcleo de pocos habitantes, distante unos 700 kilómetros de Barcelona.

Sus padres Antonio Gento y Prudencia López, tuvieron seis hijos: María Antonia, Consuelo, Francisco, Julio, Antonio y María Belén. Los tres varones fueron futbolistas, pero el famoso de todos ellos, Francisco. Sus padres vivían como una familia más de Guarnizo y pasaron a Madrid, calle Panamá, cuando el éxito sonrió para quien pasó a ser apodado la ‘Galerna del Cantábrico’. Galerna: ráfaga súbita y borrascosa.

Su padre fue conducto de un camión que transportaba yeso, pero al mismo tiempo tenía una pequeña finca con algunas vacas. Con ambas ocupaciones sacó adelante a su familia. Las primeras patadas las dio Paco a las piedras. Allí comenzó a romper zapatos. Jugaba a toda hora. Pero su fortaleza no era el balón sino la carrera.

El reto con sus compañeros era ganar carreras de una esquina a otra, teniendo como ‘trofeo’ las peras, manzanas o naranjas que hurtaba de la propia huerta de su padre Antonio. A los 16 años el fútbol lo hizo suyo en forma definitiva. Empezó en serio en el equipo denominado Frente de Juventudes de Guarnizo, donde alternó el fútbol con el atletismo, siendo más exitoso en lo segundo que en lo primero.

Su primer equipo formal fue Nueva Montaña. No tenía sueldo y jugaba los días laborales. Allí fue donde se decidió, de una vez por todas al balompié, dejando de lado el atletismo, pese a ser la velocidad su mayor fortaleza. Una condición excepcional para su época. Su siguiente equipo fue Astilleros, donde tampoco recibió pago alguno. Allí permaneció dos años. Tenía 14 años y no podía actuar con equipos federados.

Más tarde fue fichado, para la tercera división por el Rayo Cantabria y estando en sus filas fue denunciado por no tener la edad correspondiente, le restaban tres meses. Inmediatamente después se interesó en Paco el equipo Rácing, que estaba a punto de descender. Sin más preámbulos pasó a la primera división y muy pronto al primer equipo de España y a hacerse internacional.

Estando en las filas de Santander, donde escasamente jugó ocho partidos, comenzó su relación con el famoso Barcelona, pero llegó el Real Madrid y lo hizo suyo. Un caso similar al vivido por Alfredo Di Stéfano, primero azulgrana y luego merengue.

Santiago Bernabeu en cuestión de domingo a viernes se hizo a los servicios de quien despuntaba como una figura de leyenda en el fútbol de España. La primera delantera que integró en el Real Madrid, jugando contra Osasuna en la temporada 1953-1954 fue: Gento, Julio César Brittos, Roque Olson, José Luis Pérez-Payá y Luis Molowny. Según propia confesión de Paco Gento no le fue bien.

Por ejemplo Molowny era muy buen distribuidor de juego, pero cuando él o sus compañeros pasaban la pelota a Gento, no eran capaces de seguirlo en su meteórica carrera al arco contrario. Cuando centraba desde el costado el balón, no había ningún compañero en el área para rematar.

Pese a las críticas de su tiempo, que fueron muy duras, el técnico Enrique Fernández lo mantuvo contra todas las opiniones. Las circunstancias pudieron más que las contrariedades que su contratación originaron. Era obligatorio sostenerlo a toda costa, pues se habían pagado 600.000 pesetas por su transferencia.

Dos años perduró esa incómoda situación. Estuvo muy cerca de volver al Osasuna, pero un partido contra el Barcelona (marzo 6 de 1955) donde anotó dos goles al mítico golero Antonio Ramallets (cinco veces ganador del Trofeo Ricardo Zamora para un providencial empate final a dos tantos) lo encumbraron a la gloria.

El matutino El Correo Catalán dijo de Gento: “Será muy pronto el mejor extremo izquierdo de España y uno de los mejores del mundo”. Idéntica reacción a la que hoy, luego de más de sesenta años, se vive en el mundo futbolero. De la tarde a la noche la cotización de alguien relativamente conocido, sube millones de dólares o euros, luego de dos o tres gambetas.

Y bueno saber lo que dijo Gento de aquellos dos goles: “Vi el hueco del gol en el preciso momento y chuté. Eso fue todo”.

Millonario en prestigio y dinero, Francisco Gento López, fue amante de la fiesta brava y varias veces actuó como torero en festivales benéficos. Por ello su gran amistad con Manuel Benítez, el ‘Cordobés’.

Y como devoto del bello sexo, eterno y rendido admirador de la inolvidable actriz inglesa Elizabeth Taylor (1932-2011).

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Texto fotos:

Foto 1 — Gento, junto a la identificación de entrada a su tierra natal.

Foto 2 —  Fachada de la casa donde nació ‘Paco’, en Guarnizo.

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