Capsulas de Carreño

Gabino Sosa, el corazón de Central Córdoba..

Por John Cardona Arteaga.
Profesor Universidad de Antioquia.
Expresidente DIM.

Pocas veces se rinde tributo a los deportistas que humildemente se han dedicado a enaltecer los valores de las instituciones, sacrificando su situación personal y económica en procura de generar y mantener un sentido de pertenencia que agrupe a la gente en torno a una divisa. Tampoco es común que un club, sin muchas pretensiones, convoque afición y opinión sin conseguir muchos logros.

Nos vamos a ocupar, brevemente, de un gran referente histórico del fútbol argentino, Gabino Sosa, quien jugó siempre en un modesto equipo, el Club Atlético Central Córdoba de Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina. No deben confundirse el personaje y el club con homónimos como Gabino Sosa Benítez, Payador uruguayo, en el caso de la persona, y con el Club Atlético Central Córdoba de Santiago del Estero o el Instituto Atlético Central Córdoba de la Ciudad de Córdoba, Argentina, en el orden institucional.

El Club Atlético Central Córdoba es un club de fútbol argentino, fundado en 1906. ​Tiene su sede en la ciudad de Rosario, perteneciente a la provincia de Santa Fe. ​Se identifica con los apodos de “los Charrúas”,” los Azules Rosarinos” y “el Matador”. La institución tuvo dos grandes ídolos que iluminaron el escenario del fútbol argentino. Se trata de Gabino Sosa, nuestro personaje, y Vicente de la Mata, conocido como “Capote”, quien vistió los colores del CA Independiente, Newell’s Old Boys y la Selección de Argentina.

Gabino Sosa nació en Rosario en 1899 y murió en 1971. Durante 24 años vistió, como delantero, la casaca de Central Córdoba, único club en su carrera. Actuó con gran capacidad, destreza y sacrificio, sin desprenderse de su equipo, a pesar de los requerimientos de los grandes clubes al iniciarse la etapa del profesionalismo en el fútbol, a partir de 1931. Además, participó con el seleccionado argentino en 14 ocasiones, anotando 6 goles. Por su importancia y pertenencia, la cancha de Central, a partir de 1969, se llama “Estadio Gabino Sosa”.

Julio Rodríguez, un rosarino, hincha ferviente de Central Córdoba, hurgó en profundidad la vida y trayectoria de Gabino Sosa. Esa investigación la plasmó en un libro titulado Gabino Sosa, el Payador de la Redonda de Ediciones DelReves.

La nota sobre el libro de Rodríguez se puede ampliar en:

http://www.radiografica.org.ar/2017/11/20/literatura-futbol-gabino-sosa-el-payador-de-la-redonda/

Respecto a la personalidad, los valores y la capacidad como deportista de Gabino Sosa se han escrito muchos y comentarios. Haremos una breve referencia a algunos.

Escribe Carlos I. España, el 14 de agosto de 2016:

“Los espectadores se maravillaban con su talento y creatividad traducidos en maniobras provistas de un arte sutil. Era un malabarista de la pelota. Pero no solo era un gran jugador sino también una excelente persona demostrada con su inclaudicable línea de conducta caracterizada por la humildad, la cordialidad y el desinterés por temas de dinero. En cierta ocasión, cuando debía firmar su contrato con Central Córdoba, dejó en blanco el lugar correspondiente al salario que le correspondía recibir y solo pidió, casi vergonzosamente, unas muñecas para sus hijas.”

http://rhdelfutbol.com.ar/?p=1631

En la revista El Gráfico, Redacción EG, 11 de junio de 2019, se reproduce una entrevista de Borocotó, periodista deportivo uruguayo, al negro Sosa.

Reproducimos un extracto:

  1. Gabino Sosa: El payador de la redonda

“No fue scorer, pero los tuvo siempre a su lado. No le dieron juego; lo repartió él con un gran sentido de la armonía, con infinita generosidad. No fue el usurero que se lleva el aplauso merced a un shot fulminante; prefirió ser el sacrificado que brinda situaciones favorables para otros. Nunca jugó para sí; lo hizo para el cuadro. Buscó la satisfacción de once, no la suya. Sintió las alegrías ajenas más que las propias. Supo prodigar un abrazo al insider que con su pase obtenía frutos, olvidando que era éste quien debería venir hacia él. Pero el tiempo, inexorable en su justicia, lo convirtió en ídolo, le dio el título de maestro y la alerta para el novicio: «No lo toquen a Gabino” ¡Cuidado! Ya no es ni un jugador, ni siquiera un hombre. Para quienes lo adoran, es Dios. Un dios a quien, aquellos que lo vimos en sus grandes jornadas, podríamos rezarle: «Gracias, Gabino, por haberte visto. Gracias por haberme permitido compartir la belleza de tus jugadas. En nombre de todos los muchachos de antes, gracias, Señor.»

https://www.elgrafico.com.ar/articulo/1089/33959/1934-gabino-sosa-el-payador-de-la-redonda

En el Libro del fútbol, Tomo IV, Abril Educativa y Cultural SA. 1974, hay un capítulo titulado

Gabino Sosa: el patriarca rosarino.

Así se expresa su ficha técnica:

“No era eminentemente goleador, ni dribleador, ni tampoco” sobrador “como futbolista. Su juego era sobrio pero completo. Estratégico, eje delantero retrasado, como un auténtico conductor de la línea de avanzada. Buen toque, exacto para los pases a los punteros o cortadas a los entrealas, su estilo era reconocido por su gran rendimiento para el equipo, no exento de belleza en sus combinaciones y realizaciones individuales “

En reconocimiento a esta gloria del fútbol rosarino se compuso un tango titulado “A Gabino Sosa”, con letra de Guillermo Guillén y música de Rodolfo Chera y Norberto Auteri, grabado por la orquesta de Antonio Ríos con la voz de Héctor Navarro. Su texto reza así:

 A GABINO SOSA

Todos los días, por la barriada
Silbando un tango se ve cruzar,
Un pibe piola, cara tostada
Que pa´ la vieja, va a trabajar.
Lleva en el cuore, una divisa,
Jugando fútbol es tan genial,
Que ya a los quince, monopoliza
El comentario internacional.

Gabino…

Milonguero, escabiador,
Hoy con tanto entrenamiento
Y ganando tanto vento
Nadie juega como vos.
Maestro…
De las canchas, gran señor,
Para calzar los tamangos
Vos nunca has pedido un mango
Vos jugabas por amor.
Sobrador…
Tu gambeta fue ganzúa
Que al gran equipo “Charrúa”
Abrió las puertas del gol.

Alma de tango, rey de la apilada
La milongueaba hasta que el sol,
Le recordaba que allá, la hinchada
Lo esperaba pa´ verle un gol.
Fiel exponente del tiempo de antes
Cuando no había concentración,
Y no existían, los sobornantes
Y se jugaba de corazón.

El tema dedicado a Gabino se puede escuchar en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=WfW2rAl_HgU

Pocas veces se encuentra tanta unanimidad en los conceptos que se vierten sobre un deportista, como en el caso de Gabino Sosa. Más que el énfasis sobre su calidad como futbolista, se destacan sus valores como ser humano y la integralidad en su comportamiento. Nuevamente, la fidelidad a su club hace presencia en un ídolo que todo lo dio por su gente, su institución y su ciudad. El tango expresa esas cualidades, ajenas al dinero, en contradicción con los momentos actuales cuando el dinero y el mercado han traspapelado los roles. Hoy un futbolista besa la camiseta de su club y mañana, por unos dólares más, acaricia la casaca del club contrario, frente a la misma afición que ayer lo aplaudió. Por esa razón los ídolos como Gabino se están acabando.
(Fuente: John Cardona Arteaga
Profesor Universidad de Antioquia
Expresidente DIM
Medellín, agosto de 2019)

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