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Por Luis Felipe Gómez Isaza.
Columnista Cápsulas.

José Puerta, médico, es uno de mis alumnos recién graduados de la segunda especialidad en medicina vascular de la Universidad de Antioquia. José a pesar de su edad, es joven y apasionado por el fútbol, es un acérrimo seguidor del Independiente Medellín y por ende no se pierde la oportunidad cada que puede montársela a su profesor que soy yo, de hacerme bullying cuando algo desafortunado le ocurre al verde de mi alma.
Hoy me llegó muy temprano al consultorio, con doble intención, la primera y afortunadamente para mí, era un gran detalle de reconocimiento, una botella de Jhonie Walker doble Black o doble ahumado, exquisita, esto para agradecer mi gestión como maestro y profesor en su periplo recién culminado de dos años como fellow en medicina vascular y la segunda, para desafortunadamente, mortificar mi ya dolido ego, con el recuerdo del doble penalti errado por el gordo Cardona.
Doble Black de Johnnie Walker y doble penal errado del diez, que tal! En su explicable jolgorio de hincha rojo me trajo a Palermo con tres yerros, insuperable por supuesto y además que ya la serie con Sao Paulo según él y todo el país que celebra con el infortunio verde, esta perdida.
Yo para defenderme le expuse una serie de dolores con los penales errados y que por supuesto también le había tocado al rojo y que él no quiso comentar, como por ejemplo, Cadavid ante Chipi Chipi y que, ese cobro fue por un título que al final ganó el querido Deportivo Pereira, también le recordé para defenderme, que desafortunadamente en este juego se podían botar penales en instancias como el desperdicio de Roberto Baggio contra Brasil en la final del mundial del 94 o el de Memín contra Millonarios hace dos años no más.
Aunque no es fácil, un penal se le puede errar o extraviar al mejor verdugo. No es fácil, yo estando en el pellejo Cardona, le dejo a un compañero que se enfrente en esa instancia al arquero del Brasil, pero ese sería mi temor, sería mi miedo escénico, pararme en frente de un arco de siete metros con la condena de haber desperdiciado otro previamente.
Además, no es fácil que un árbitro suramericano de esos que deambulan en este torneo y que le ayudan con todo lo que pueden a los argentinos y los brasileros, hubiera tenido la valentía de haber condenado dos veces al poderoso de Morumbí. Entonces para mi es meritorio lo del gordo, no es fácil presentarse a patear en segunda instancia con tamaña responsabilidad y él, lo hizo, pero no estaba fino, ayer era menguante y desafortunadamente no estaba en su noche.
El gordo para que, no se vio, pero otros brillaron, Marlos que volvía y Marino que lo hizo muy bien, o mejor, todo el equipo que se mostró superior al contrario, lo hizo bien, pero el gordo no, estuvo flojo. Sin embargo, de manera valiente, se paró enfrente de la responsabilidad y con propiedad lo pateo y lástima que no entró. Pero sabe qué gordo, te la perdonamos, porque en Morumbí, este infortunio lo vas a devolver con éxito y estoy seguro que en honor a José voy a abrir la botella que me regaló.




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