Capsulas de Carreño

Grave por donde se lo mire (Walter Vargas, Olé)

Walter VargasPor Walter Vargas,
Olé

*¿Estará pasándole la factura a Tevez el acumulado de partidos, de presiones, de lastres que liman las piernas y la lucidez?

Lo que pasó en La Paternal fue grave de toda gravedad. No hay manera de hacerse el distraído, so pena de cometer el pecado de remedar a Pilatos.

Es imposible desandar las derivas de la cabeza de Carlos Tevez y congelar la secuencia en el momento en que se adelanta a trabar con el pibe Ham. Lo que no es imposible es registrar que fue mal, muy mal, que su botín se deslizó demasiado arriba como para que la acción resistiera la configuración de choque accidental. Era roja directa. Acá o en la China. Para el ídolo de la Ribera, el presunto jugador del pueblo, o para el jugador de una categoría regional en el pueblo más remoto.

Dicho esto, tampoco hay motivos para descreer de la versión de Carlitos. Lo avalan 15 años de futbolista profesional, 15 años de destacar como un perseverante guerrero de ir por todas las pelotas tal si fueran las últimas, de recibir cientos de trancazos y patadones, leales o no, sin elegir la coartada del diente por diente, del suela por suela. No hay en Tevez presunción de mala fe. ¿Estará pasándole la factura el acumulado de partidos, de presiones, de lastres que liman las piernas y la lucidez?

Otra cosa es Luis Álvarez. Descartada la hipótesis de venalidad manifiesta (mejor será salir rápido del clima de suspicacia permanente alentado al interior del fútbol mismo), hubo en el juez una flagrante complicidad con la injusticia. Primero no dijo agua va, la plancha de Tevez le pareció encantadora. Y después, cuando era un hecho que la pierna de Ham había estallado en pedazos, se mantuvo en sus trece. Lo de Álvarez fue descalificador. Tanto que, con el debido respeto, ha quedado claro que estos trotes le quedan muy grandes.

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