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Hasta la última gota de sudor, hasta el último aliento.
- Actualizado: 17 diciembre, 2018
Por María Victoria Zapata B.
Mucho más que una fiesta fue el juego de vuelta de la final, ayer, entre el Deportivo Independiente Medellín y el Atlético Junior. Fue un partido de dramatismo, acompañamiento y emotividad.
Un sol abrasador, unas graderías abarrotadas – con sobrecupo -, un tifo grandioso al momento de la salida de los equipos para los actos de protocolo, 45.000 flameantes banderas, y un Atanasio Girardot que, tanto en la tribuna como en la gramilla, mostró en toda su magnificencia el Poderoso corazón del DIM, enmarcaron el juego de cierre de la temporada 2018, que finalmente le entregó el segundo título del año al cuadro de la ciudad de Barranquilla.
No se ahorró aplauso ni voz de aliento en la afición roja, ni una gota de sudor por parte de los jugadores. Una y otros le dieron relevancia a la pasión Poderosa, una y otros dejaron nuevamente al descubierto el espíritu que inspira y mueve al Equipo del Pueblo, una y otros hicieron sentir la diferencia y singularidad de esa religión única y especial llamada Deportivo Independiente Medellín.
No obstante la desigualdad del enfrentamiento, en virtud del abultado y doloroso marcador en contra en el primer partido de la final, jugado hace una semana en el Metropolitano de Barranquilla, tanto en la hinchada como en el equipo se asumió con idéntica responsabilidad y entusiasmo la difícil tarea de la remontada. Masivo acompañamiento a la sesión de entrenamiento el jueves inmediatamente anterior, un fervoroso y multitudinario banderazo el sábado en la noche, mensajes de respaldo de muy queridos exjugadores rojos como Jorge Daniel Jara, Rodrigo Riep, John Wilmar “pelusa” Pérez, Roberto Carlos Cortés, Juan Fernando Quintero, Mauricio Molina, Jackson Martínez, Juan José Bogado y Didier Moreno, entre otros, una emotiva canción compuesta por el humorista Óscar Darío Monsalve, Risa loca, en homenaje a la feligresía roja y titulada Ser hincha del Poderoso, la fortaleza mental de referentes como David González y Germán Cano, el sorprendente vigor espiritual y anímico del orientador Octavio Zambrano, y la convicción de que el esfuerzo tenía que ser conjunto, pintaron de mil matices afectivos los últimos 90 minutos del la Liga Águila II-2018, y convirtieron el estadio Atanasio Girardot en un rojiazul y gigantesco corazón.
Noventa minutos de vértigo
Sorprendió el inusual módulo del técnico Octavio Zambrano, con tres delanteros definidos (Castro, Cano y Caicedo) y un solo volante de contención (Angulo). También el excelente trabajo de Leonardo el chacho Castro, castigado duramente por la lesiones en esta temporada pero que ayer volvió a mostrar toda la dimensión de su fútbol y anotó dos goles. Se sintieron con fuerza la vena goleadora del capitán Cano, autor del tercer tanto y la voluntad de once guerreros que lo entregaron todo por la causa roja.
No bastó, sin embargo, con los goles de Castro y Cano. Una desatención defensiva al minuto 71 que permitió el descuento tiburón, una pena máxima clarísima cometida a Juan Fernando Caicedo a dos minutos de la conclusión del partido y negada de manera inexplicable por el árbitro vallecaucano Carlos Betancur, tres sustituciones que no dieron la talla (Jean Carlos Blanco, Ever Valencia y Yulián Anchico) y, fundamentalmente, el lastre de un 1-4 producto de un pésimo segundo tiempo en el estadio Roberto Meléndez hace ocho días, le negaron al DIM el sueño de la séptima estrella.
Quedan en la mente y corazón del hincha rojo 90 minutos de esfuerzo y lucha sin cuartel. 90 minutos en los que se dejaron el alma en la tribuna y el corazón en la gramilla. 90 minutos de un partido inolvidable. 90 minutos de una fiesta esplendorosa. 90 minutos en que los jugadores entregaron hasta la última gota de sudor y los creyentes Poderosos hasta el último grito de aliento.
No levantamos la anhelada copa. Sentamos las bases de un proceso con el orientador Octavio Zambrano que es obligación de los directivos reforzar adecuadamente y darle continuidad. Y reafirmamos ese inconmensurable amor por nuestro Rey de corazones, nuestro idolatrado Deportivo independiente Medellín…!!!
[María Victoria Zapata B.]
[Ilustración: @DIM_oficial]
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