Capsulas de Carreño

Junior, el Caladryl y el Artridene gel

Por Hugo Illera, Diario Deportes

 

 

*Que si el Junior de Barranquilla fue el mejor de la segunda liga del año lo corrobora el hermoso trofeo de BetPlay.
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Soy de los que siempre he pensado que las crisis hay que precipitarlas para corregir lo que haya que corregir y mejorar lo que haya que mejorar. Aquello que decían en antaño que es mejor caer, que estar guindando, se puede usar en la historia de este Junior de Barranquilla cuya décima estrella contiene en su interior, y en sus cinco puntas, la mayor cantidad de situaciones adversas, enrevesadas, problemáticas, inverosímiles que sirvieron de experiencias para llegar a ser, sin duda, el mejor equipo del semestre.

Que no siempre el que gana es el mejor, es una expresión de equipos perdedores. Nunca un campeón dirá semejante aseveración que contiene frustración y tristeza. El campeón ríe y llora de felicidad. Lo demás rumian sus apuestas fallidas, sus pronósticos equivocados, sus presunciones de infalibilidad y sus odios viscerales.

El fútbol, como la vida, no es lineal, tiene muchas aristas. Tiene curvas, subidas, bajadas, momentos gratos e ingratos, victorias, empates y derrotas, conflictos, unión y desunión.

Por todas esas pasó este Junior 2023-2. Al final, no sólo la estrella sino las enseñanzas de vida que nos han dado Reyes, Bacca y todos los muchachos que resistieron, que se hicieron fuertes, que pasaron de la parte baja de la tabla a meterse en las Semifinales y de haber vencido, en ella, al gran favorito de los expertos, de las apuestas, de los arúspices, de los pitonisos y de los brujos de nueva generación.

Medellín es un gran equipo con un gran técnico. Es un conjunto que mostró su fortaleza y buen fútbol a lo largo de los partidos hasta acceder a la final eliminando a Millonarios, América y Nacional.  Entró a esa final como gran favorito.

Y si Junior venció en la final al gran equipo Medellín, al poderoso, al favorito, entones es el mejor de todos.

Que si se juega el fútbol así o asao, es otra cosa. Para gustos la vida, el fútbol, el buen vino, los boleros y el perfume de las damas.

Querer encajonar a los técnicos, al gusto que tenemos por la manera cómo se puede jugar al fútbol, es de tal prepotencia que, por lo general, lleva a los descaches. El fútbol sigue siendo el mismo de siempre con sus once jugadores por equipo. Es tan elemental y básico que se juega hasta con pelotas de papel y arcos imaginarios.

Que se utilice un dibujo táctico de una manera apoyado en estrategias diferentes para vencer al contrario no lo hace ni mejor, ni malo, ni peor. Tal vez sea diferente por las ideas de mejorar, de brindar un buen espectáculo, o por los temores a perder, que lo tienen casi todos los técnicos. Al final, el ganar será lo único que sostendrá un proceso, un equipo y a un técnico.

El resto, las apuestas de los aficionados, los conceptos en las redes y los comentarios del periodismo son creencias, suposiciones, proposiciones, alardes, y cuanto perendengue le quieran agregar a eso, pero no es la verdad última y absoluta.

Haber llevado a buen puerto al Junior, haberlo reconstruido después de tantas cosas que pasaron, hacerlo campeón, en una noche maravillosa, llena de fútbol y de emociones, hace de Arturo Reyes un auténtico ganador.

Y más, cuando lo situaron en el último logar de los técnicos. A los que pusieron por encima de él, que hablaron más que él, que posaron más que él, y que no ganaron más que él, están peldaños por debajo de Reyes después de la gesta de ingresar a los ocho luego de tomar al Junior en el 17º lugar, de clasificarlo 6º, de ganar su grupo eliminando a Águilas, que terminó las 20 fechas del Todos x Todos invicto, eliminando al Tolima candidato a jugar la final y al Cali que es otra muestra de cómo Jaime de la Pava revivió a un equipo destruido económica y deportivamente.

Todos los técnicos saben. Todos tienen un conocimiento y una pedagogía para la transmisión del conocimiento. Un día gana uno y después otro. Unos son más exitosos, otros menos. Que no jueguen como “yo quiero”, es otra cosa. La posiciones absolutistas nunca fueron buenas, ni en la historia de la humanidad, ni en el fútbol.

Sea la oportunidad para señalar que los periodistas tenemos afecto por algún equipo. Porque pareciera que sólo los comunicadores de la costa caribe son afectos a un equipo como Junior.

No echemos carreta con eso. El que no lo quiera manifestar es decision de él y es respetable. Pero debe ser bien incómodo ocultar al gran público una verdad tan elemental.

Es que eso se define en la niñez, no en la madurez, ni en la vejez o cuando nos dedicamos al periodismo a no ser que jamás hubiéramos ido a un estadio de fútbol, o de béisbol o de baloncesto de la mano de papá, mamá o de los tíos. Y en toda parte del mundo es así. Lean a los columnistas de España, Argentina, Brasil, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Irán o Afganistán.

Que si el Junior de Barranquilla fue el mejor de la segunda liga del año lo corrobora el hermoso trofeo de BetPlay. Ese trofeo que, para más señas, ya luce en las vitrinas llenas de historia de este equipo que le produce rasquiña a más de uno.

Entre otras cosas, para solucionar ese incomodo rasque-rasque por favor, los afectados, lean el titular de esta columna. Los venden en Olímpica…

Barranquilla
Diciembre 17, 2023

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