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La AFA, mejor que la Fifa
- Actualizado: 22 octubre, 2015
Por Sebastián Fest
*El nombre de Julio Grondona aparece en «el proceso contra la corrupción en el fútbol abierto por la fiscalía de Estados Unidos».
Marcelo Tinelli ni Luis Segura hablan inglés. En eso no hay renovación, hay más bien «grondonismo residual». Más de lo mismo, un déficit argentino al que históricamente tampoco es ajena la Casa Rosada. Cuando en pocas semanas el recién elegido presidente de la AFA se mueva por los pasillos de Zúrich, tener un «número dos» que domine idiomas y lo conecte con la FIFA no latina podría ser una interesante idea.
Así y todo, lo del fútbol argentino es asombrosamente más sencillo y positivo que lo que se está viendo en la FIFA. Hay dos candidatos, hoy se oficializará la fecha de la elección y tanto Tinelli como Segura presentan una serie de propuestas bastante más concreta que la de los candidatos en la elección que más importa, la presidencial del próximo domingo.
Que la lucha por el cargo incluya chicanas como el hashtag #siemprefuimosmas de Segura, al que el bando de Tinelli responde con un #cadavezsomosmas, es sólo un bienvenido folklore. Porque es importante no olvidarlo: en la AFA de Julio Grondona no había disputa democrática. Aquel 39-1 con que perdió Teodoro Nitti en 1991, la única (falsa) elección de la era grondonista, lo confirma.
Es difícil imaginar que un hombre de la popularidad y poder de Tinelli termine perdiendo ante un Segura que no tiene locuacidad ni carisma, y que es sobre todo recordado por la reventa de entradas en Brasil 2014. Pero algo debe de tener el hoy presidente de la AFA, porque los clubes grandes no se definen.
«La AFA necesita un cambio», dijo Rodolfo D’Onofrio antes del partido de River anoche. ¿Sugestivo? Sin dudas, pero insuficiente, se lo puede ubicar en el bando de los indecisos.
Como a Víctor Blanco, presidente de Racing, al que Juan Verón visitó ayer en el hotel Savoy para intentar convencerlo de apoyar a Tinelli. Quizás la «Brujita» no fuera lo suficientemente persuasivo, porque Blanco terminó la noche en un asado junto a Segura, que ya cuenta con el apoyo público de Independiente y Boca. Un triunfo parcial de 2-1, al que no le vendría nada mal un Daniel Scioli forzado a una angustiosa segunda vuelta el 22 de noviembre. Encontrarse al ex motonauta victorioso y fuerte en la noche del domingo es, en cambio, lo mejor que le puede pasar a Tinelli.
Suceda lo que suceda, se puede decir que la AFA está, en cierto modo, encaminada. ¿Y la FIFA? Compleja pregunta, porque cada vez es más difícil definir qué es hoy ese organismo.
«Me acuesto con una idea de qué está pasando y a la mañana siguiente todo cambia». La frase sintetiza la angustia del «staff» de Zurich y del de Nyon, sede de la descabezada UEFA. Tras el «congelamiento» de Michel Platini, las investigaciones del ahora implacable comité de ética alcanzaron a un hombre que hasta ahora había permenecido intocado. Lo sintetizó El País días atrás: «En el centro del tsunami, allá en el horizonte, agarrado a un madero, imperturbable, sin decir esta boca es mía, sobrevive Ángel María Villar, eterno presidente».
Ya no es así. El anuncio de ayer del comité de ética de que Villar y el alemán Franz Beckenbauer están siendo investigados y de que en breve -quizás hoy mismo- se anunciará si se los sanciona o no, terminó de teñir de rojo y amarillo el semáforo que refleja la infografía a la izquierda.
De los 22 miembros del comité ejecutivo que eligieron la sede de Rusia 2018 y Qatar 2022, once están suspendidos o investigados. Julio Grondona pudo ser el duodécimo. Como recordó ayer la agencia alemana DPA, su nombre aparece en «el proceso contra la corrupción en el fútbol abierto por la fiscalía de Estados Unidos». De estar vivo, de muy poco le habría servido aquel «todo pasa»..