Capsulas de Carreño

La gran mentira… Y las tácticas… Por Julio César Rodas Mejía.

El antioqueño Gabriel Ochoa Uribe fue un gran arquero. Y después destacado entrenador.

Por Julio César Rodas Mejía.
Columnista Cápsulas

*En mi época de arquero mentiroso un defensa central era eso y nunca se volvía mediocampista. Y un marcador de punta jamás era un volante, ni un media punta.

El fútbol se jugaba los domingos a las 4:00 pm, en todas las plazas. No había televisión para los partidos ni programas deportivos en la tele. Pero el lunes  El Colombiano y también El Correo, traían una de sus tres secciones dedicadas a la jornada dominical del campeonato. Eran esperados esos periódicos con ansias. Más a mitad de semana salía Vea Deportes y allí completábamos la información.

Un lunes cualquiera El Colombiano publicó una foto de Fernando ¨El Bizco ¨ Sierra, arquero del Medellín terminando una ¨voladora¨ de palo a palo, pero se veía la pelota ya dormida en el fondo de la red. La foto cubría todo el ancho de la página y un tercio del largo y decía que a pesar de su esfuerzo, el buen arquero rojo no había podido impedir el gol.

Mi hermano Gustavo, el tercero de la larga cadena de hermanos que yo encabezaba, era dos años más joven, no sabía aún leer. Yo sí!.

Yo le ¨leí¨ el pie de página, más o menos así: EL gran arquero del colegio salesiano ¨EL Sufragio¨, JULIO CÉSAR RODAS  de gran actuación ayer, no pudo evitar el fabuloso gol de uno de los delanteros del colegio San José.

Gustavo tiene hoy 64 años, fue un muy buen jugador de fútbol y si no lee esta nota seguirá pensando que su hermano mayor fue algún día una promesa en el arco, nunca cuajada.

En esa época los arqueros tenían una gran valía. Y acá hubo unos muy grandes: Ochoa, Caimán, Lopera, Sierra, Mosquera, Quintana, Largarcha, Vasco y también extranjeros: Cossi, Centurión, Olmos, Carrizo, Toledo. Y en el mundo eran famosos, como los delanteros: Yashin, Mazurkiewicz.

Es que el fútbol se jugaba al que más goles hiciera. Se jugaba para eso un 3-2-5, es decir 5 caimanes a tragarse al pobre arquero y por eso ellos eran mucho más importantes de lo que hoy son. El promedio de goles por partido en esa época duplica el promedio de goles de hoy. Los que pensábamos que la esencia del fútbol es el gol, hoy tenemos que aceptar que la esencia es la táctica.

Después vino el 4-2-4 que creó Obdulio Varela, como el fútbol del equilibrio y que exhibió el Brasil del 62 en Chile. Y ya en los 70 aparece  ¨el futbol total¨ de Holanda, la naranja mecánica. Y con ello se abre la puerta a la muerte de los esquemas rígidos para cambiar por los esquemas variables, incluso en el mismo partido, que le permiten a un técnico jugar de 2 o 3 maneras distintas en los mismos 90 minutos.

En mi época de arquero mentiroso un defensa central era eso y nunca se volvía mediocampista. Y un marcador de punta jamás era un volante, ni un media punta. No digo que era mejor, era distinto.

Y ahora viene la rotación. Ya no solo es el cambio de táctica, de acuerdo con lo que pasa en el partido, sino el cambio de jugadores del mismo puesto, dependiendo del rival y de la necesidad del equipo.

El fútbol es dinámico y cambiante, gracias a Dios.

[JULIO RODAS, Abril de 2020].

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