Capsulas de Carreño

¡Las dos Colombia… entre la emoción y la razón!

 

Ilustración tomada de FCF.

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Por Rafael Villegas.

 

El viernes 6 de septiembre de 2024 fue un día extraño e histórico para nuestro fútbol porque las dos selecciones, femenina y masculina, nos sentaron frente al televisor para ver sus partidos, como nunca antes había sucedido. Colombia femenina frente a México en el Mundial sub-20 y la masculina frente a Perú de visita por la Eliminatoria Mundialista.

Fue un día especial, sí… porque nuestros dos equipos llegaban como favoritos, las mujeres haciendo un gran mundial, y Colombia de hombres, subcampeona de la Copa América y tercero en la tabla de la eliminatoria. En el ambiente se vivía ese halo triunfalista que nos suele acompañar a los colombianos, esa convicción de triunfo desbordada que nos lleva en muchas ocasiones a un optimismo agresivo que no resiste voces en contra.

Esa necesidad de éxito que convive con nosotros nos lleva casi siempre a pensar, primero, que ganaremos sobradamente sin afugias, y luego, al golpe de realidad que nos dan los partidos. En el futbol nada es fácil, nada está escrito y la pelota es redonda, -diría un viejo filósofo del balompié.

Colombia femenina frente a México sufrió más de la cuenta, a pesar de haber ganado 1×0; el cuadro mexicano nos plantó cara y nos hizo ver vulnerables y por momentos mal. Colombia no hizo un buen partido y el gol marcado por Mary José Álvarez nos dio el triunfo que nos certifica como primeros del grupo. Linda Caicedo, nuestra máxima figura, no brilló y en este mundial le sigue cediendo ese lugar a la portera Luisa Agudelo quien acapara todas las miradas.

 

LIMA. Empate de Colombia en la Eliminatoria que dejó sensación agridulce. Foto FCF.

Con la de hombres en Lima fue igual, se sufrió más de la cuenta, afortunadamente empatamos. Incluso Perú, nos pudo ganar, y nos hundió en el sillón cuando se fue arriba en el marcador con el gol de Callens; a 20 minutos del final nos estaba ganando el colero de la eliminatoria, el desvencijado Perú… ¡qué angustia! Afortunadamente llegó un doble cabezazo en el área que nos hizo saltar para cantar el gol de Díaz -con madrazo incluido- y sellar un empate 1×1 que, al final, nos deja una sensación agridulce. Nuestras figuras no brillaron y como sucede en la femenina, las miradas y los reconocimientos recaen en nuestro portero Camilo Vargas con sus atajadas salvadoras.

Un día realmente especial para la Colombia futbolera que pudo ser inolvidable, pero que a duras penas recordaremos como el día en que el optimismo nos desbordó y la realidad del futbol nos aterrizó; afortunadamente no perdimos y seguimos en carrera: las mujeres a octavos de final y los hombres adentro de los clasificados al mundial, esperando al líder Argentina el martes en Barranquilla, y las mujeres en octavos de final esperando clasificar a cuartos el miércoles en Cali.

Así es el futbol y así somos los futboleros cuando la emoción le hace autogoles a la razón.

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