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Los exilios de Daniel Coronell (El Espectador)
- Actualizado: 11 noviembre, 2015
Por: Luisa Fierro,
El Espectador
Al llegar a Univisión, una amable señora me hace seguir a una de las oficinas. No pasan cinco minutos y aparece Coronell con una sonrisa franca y contagiosa. Estrecha mi mano: “Me puse la corbata para recibirte”.
Tuvo que exiliarse en agosto de 2005 debido a amenazas de muerte. Las investigaciones y denuncias que realizó durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez fueron el detonante de su exilio. “Es uno de los peores períodos que hemos vivido María Cristina Uribe y yo, porque las amenazas se concentraron en nuestra hija. El gobierno de la época no sólo no investigó ni hizo nada para castigar esto, sino que además trató de burlarse y de caricaturizar la situación, como si la vida de mi hija no valiera nada”. Coronell se queda callado. Se puede ver la tristeza que representa para él recordar esos años en los que incluso pensó en abandonar el periodismo para garantizarle la vida a su hija Raquel, quien en esa época tenía seis años.
En 2005 llegó junto con su familia a Estados Unidos, gracias al Comité para la Protección a los Periodistas (CPJ) de Nueva York. La organización le consiguió un cupo en el Knight Fellowship en la Universidad de Stanford, en California. “Al comienzo mis días eran tristes. No podía sino pensar que estaba fuera de Colombia, no por la voluntad mía, si no por lo que me habían forzado a hacer otras personas. Cuando terminó ese período de un año en la Universidad de Stanford, el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de California, Berkeley, nos invitó a permanecer un año más en Estados Unidos”.
Después de dos años en el exilio, Daniel Coronell regresó a Colombia en junio de 2007. Pero fue la zozobra una y otra vez. El tiempo repitiéndose. En muchas ocasiones notó carros que lo seguían de camino a Noticias Uno, del que en ese entonces era director. Llegaban a su correo mensajes informándole que alguien más se entrometía en ellos. Y lo increíble: la misma exdirectora de Operaciones de Inteligencia del DAS declaró haber recibido órdenes para escudriñar sus movimientos financieros. Sin embargo, pese a todo, sintió que su deber era permanecer, resistir.
Después de que lo escucho hablar de su rutina en Univisión, le pregunto si en un futuro cercano piensa regresar a Colombia. “Claro que quiero regresar a Colombia, siento un gran compromiso por mi país. Pero de momento tengo un contrato que va hasta 2017. Esta oportunidad es como si estuviese haciendo una gran beca para aprender cosas. Ahora, si quieres recorremos el edificio y te das cuenta de la dimensión de las cosas que se manejan acá”.
“Cuando me contrataron para Univisión la discusión no se tomó ni diez minutos, pero me dijeron que no podía escribir columnas de opinión. No acepté y regresé a Colombia, porque siento que es parte de una responsabilidad que tengo con mi país. Una semana después la junta directiva me autorizó a seguir escribiendo. Que se caiga un ministro como se cayó el de Transporte por una investigación mía, que renuncie la directora del CTI, que se caiga el asesor principal de la campaña de reelección del presidente. Ese tipo de cosas son muy satisfactorias porque es como poner el reflector sobre temas que le pueden interesar a la sociedad”.
Finaliza la entrevista con un consejo para los periodistas en formación: “Yo diría que el consejo más importante es no creer en las fuentes, usarlas, pero jamás creer en ellas. Las fuentes de información tienen la característica de querer decir una buena parte acerca de los demás y casi nada acerca de sí mismas, entonces nuestro trabajo es buscar aquí y allá. Que la gente, a partir de todas esas subjetividades, tenga una aproximación mejor a la realidad.
El periodismo se empobrece cuando se vuelve un transmisor mecánico de las fuentes. Tú tienes que saber que lo que dice un funcionario de su propia labor es desconfiable y tienes que verificarlo y buscar más allá, y tienes que tener el carácter de enfrentarlo. El consejo es que, si quieres una vida tranquila, sosegada, el periodismo no es lo tuyo.
El periodismo, cuando está bien hecho, está para disgustar a la gente, no para gustarle, y en esa medida hay muchas cosas que pueden ser más placenteras. Lo nuestro es escarbar, buscar lo que los poderosos no quieren dejar ver, y eso representa, en un país como Colombia, confrontaciones, enemistades, y algunas veces la muerte. Pero hay que hacerlo porque alguien tiene que hacer ese trabajo y porque la sociedad, a la larga, aunque no quiera saber, siempre será mejor.
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