Capsulas de Carreño

Los pirotécnicos de Contador. Por Pablo Arbeláez Restrepo

Alberto Contador ganó la etapa reina de la Ruta del Sur, en Francia y superó por 13 segundos a Nairo Quintana, con quien tuvo un cara a cara en la montaña. Foto cortesía Route du Sud.

Alberto Contador ganó la etapa reina de la Ruta del Sur, en Francia y superó por 13 segundos a Nairo Quintana, con quien tuvo un cara a cara en la montaña. Foto cortesía Route du Sud.

Por Pablo Arbeláez Restrepo

Pablo Arbelaez

Los chinos, como creadores de la pólvora, deberían estar agradecidos por siempre con Alberto Contador.

El lector, seguro que se preguntará, qué tendrán que ver los nacidos en esta populosa nación y el reconocido pedalista español, quien se vistió de líder en la Ruta del Sur, en Francia.

Pues bien, este sábado, una vez más, el pistolero de Pinto, lanzó un pequeño buscapiés, de aquellos que idearon los orientales, extractado de su amplia galería de fuegos artificiales, en ese duelo que libró en la montaña y el descenso ante Nairo Quintana, quien salió a probarse, tras los entrenamientos cumplidos en Boyacá.

En esta oportunidad, el ciclista español no sacó el repertorio de pirotécnicos que mostró días atrás en el Giro de Italia. Le bastó una papeleta de malicia, para despegar al colombiano en el inicio de la última descolgada que llevaba a la meta en la muy ciclistíca Bagneres de Luchon. «Fue cuestión de apretar dientes», anotó el ibérico.

Ambos, Contador y Quintana subieron a su paso, con la compañía de buena parte de sus legiones del pedal en la etapa reina que discurrió por tres colosos pirenaicos.

La exigencia en la alta montaña lo único que hizo fue juntarlos, como era de esperarse, con la inesperada compañía del francés Pierre Roger Latour.

Contador, exigente como es, le lanzó seis «totes» a Quintana, pero este lució tranquilo y mesurado, dando a entender que la rivalidad cargada de pólvora está reservada para dentro de 15 días, como si fuera la llegada del año nuevo en Hong Kong, Río de Janeiro o Aruba: con los voladores prendidos en el firmamento y la pólvora que estalla por todos los rincones.

Contador, que es un ganador empedernido, sabía que suya era la ventaja, porque su rival apenas vuelve en procura del ritmo, y porque era conocedor que en un eventual embalaje tenía mayor punta de velocidad que Quintana. Y así y todo se lanzó falda abajo.

Para Nairo, y lo comentó después del tramo, esto lo deja muy tranquilo. Tiene que estarlo, a pesar de cierto sinsabor que deja la derrota -más tanto en el sentir de algunos de seguidores que lo manifestaron por Twitter-, aunque refrendó que no había por qué arriesgar, algo más que natural ante la cercanía de la Grand Boucle. Cuando escaló las tres pendientes, sintió la positiva  respuesta de sus piernas, esas que necesita firmes y flexibles para dentro de dos semanas en Utrech. A eso fue y el fruto resultó el esperado.

Mientras tanto, Contador puede ir sumando otro éxito en su dilatada carrera y aguardando que los chinos lo puedan ver con todos sus pirotécnicos cuando lleguen las montañas del Tour, donde sobrará pólvora. Y en eso, Nairo no será un simple espectador. Seguro.

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