Capsulas de Carreño

Malos síntomas. Por Alexis García Vega.


Por Alexis García Vega

 

*“Dicen que las familias felices no generan telenovelas”.

En el juego de esta semana en el Atanasio Girardot entre Atlético Nacional y Deportivo Cali, se presentó un hecho lamentable, muy triste para cualquier aficionado al fútbol y peor para un hincha o seguidor del equipo que lo sufra.

El local empataba en su propia cancha y se presentó un tiro libre en las inmediaciones del área, que le brindaba una de las pocas opciones de gol; dos jugadores del verde habían soñado la noche anterior que resolvían el partido con un magistral gol a balón parado, se armó un gran rifirrafe por apoderarse de la pelota para cobrar, supone uno que es una jugada ya determinada por su entrenador, el cobrador no es alguien que de un momento a otro sea visitado por las musas del chanfle y el remate atinado a la portería.

Extrañamente en la disputa por realizar el cobro, los jugadores terminan enfrascados en un alegato, se pechan y  juntando sus frentes en actitud agresiva se agreden, saliendo expulsado uno de los agresores, en una actitud inexplicable del árbitro, que debió sacarlos a los dos.

Nada mas frustrante para un padre que ver dos hijos agrediéndose, nada más triste para un entrenador que ver dos discípulos golpeándose y maltratándose y lo que es peor en público, cuando mas unión se necesita para salir de las crisis.

Estos hechos dejan entrever que algo hay que arreglar, el fútbol es un juego de contacto, que a veces genera disputas, pero con el rival o en un entrenamiento en donde se juega el puesto, pero entre dos compañeros en plena acción por sacar su equipo adelante, demuestra que hay algo que resolver en privado para dejar una buena imagen en público.

Detectar los síntomas te permiten buscar el curandero que te recete la fórmula para prevenir que las enfermedades lleguen a tu cuerpo.

Cuando se inflama el ego, que es uno de los principales males del fútbol, la cura hay que hallarla de inmediato para evitar llegar a un mal incurable.

La mejor manera de evitar la generación de culebrones que dañan una imagen ejemplar, es evitar que los malos síntomas se ventilen ante la gente, teniendo el liderazgo para solucionarlos en privado, es el momento ideal para unirse y mostrar con buenos resultados que lo que acaba de ocurrir es solo una calentura de momento, eso sí, inaceptable.

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