La nostalgia manda.

Se habló en la Universidad Sergio Arboleda de la vida y obra de José Yamid Amat Ruiz.

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Homenaje a José Yamid Amat Ruiz, ayer martes a las 10 de la mañana, en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá.
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Hernán Peláez Restrepo habló de la vida y obra de Yamid Amat, quien por cierto le decía al comentarista deportivo “Gato”. ¿Por qué? Vaya
usted a saber la razón.
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El homenajeado se presentó vía ‘streaming’, como se acostumbra en este tiempo del Internet y de las redes sociales.
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POR WILLIAMS VIERA, desde USA

 

De un tiempo para acá, el mundo parece transitar por la oscuridad sin darnos cuenta de que el teléfono inteligente nos utiliza en vez de ser al revés.

Los algoritmos todopoderosos solo nos dividen y ocasionan, en la denominada prensa libre, que no es tan libre por más que un sinnúmero de periodistas estemos corriendo detrás de cada información relacionada
con la maldad, la violencia, el sufrimiento inherente a la experiencia del género humano que se manifiesta en guerras, en peleas por una decisión arbitral, por una apuesta en un partido de fútbol, en injusticias y en egoísmo.

En tal sentido no entendemos, en ocasiones, cómo explicar la importancia del trabajo que realizamos ante desafíos y amenazas comunes por más que digamos, a boca llena, porque lo pensamos y lo creemos, que existe libertad de expresión desde el siglo XVII en Inglaterra, al ser el origen doctrinal, y en la confirmación, desde el siglo XVIII, debido a la Revolución Francesa, con motivo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano Humano (así se dice) cuando se proclamó la libertad de expresión como un derecho fundamental de comunicar ideas, opiniones y creencias, tanto de forma oral como escrita, sin sufrir restricciones del Estado ni de otras personas o de instituciones como ocurre, verbigracia, con el fútbol profesional colombiano.

Pues bien, ‘Basta de cháchara’ para evitar lo que le sucedió al programa matinal del Canal 5, en Uruguay, del que dijeron las autoridades que “por razones de presupuesto no iba más”. Sin embargo, el periodista Leo Luzzi, quien estuvo vinculado a ese espacio televisivo durante seis años, dijo: “El dinero no era el problema. Me sacaron por una decisión política. Las nuevas autoridades vieron que el programa tenía periodistas muy buenos y otros, militantes disfrazados”.

Entonces, es cuestión de…

Si usted, amigo ciberlector de Cápsulas, considera que ya estamos listos para recordar la séptima estrofa de ‘Cali Ají’ que cantan, en coro, los integrantes del Grupo Niche, “Esto es cuestión de pandebono”, tenemos que puntualizar con un rotundo “¡No!”.

Lo que sigue es un poco de nostalgia al ser un sentimiento anclado en el pasado. De hecho, como dicen los poetas, es una añoranza a todo tiempo mejor o como sigue expresando el personaje de esta crónica, a través de la letra del bolero tango del compositor puertorriqueño Gilberto Monroig:

“Quiero emborrachar mi corazón / para olvidar un falso amor / que más que amor es un sufrir…

”.Y es que esa canción,  con voz profunda y autoritaria, la escuchan, en Bogotá, a través de la puerta, los vecinos del apartamento en el que vive, porque él, como sucede con los mayores adultos, tiene como compañía la soledad, pero, en su caso, especialmente las noticias que lo mantienen informado y que, durante 64 años, lo dieron a conocer.

‘El Turco’, como se le conoce de manera coloquial, es descendiente de familia palestina que se instaló en Tunja, Boyacá, en donde nació el 2 de noviembre de 1941 luego del matrimonio entre su padre, oriundo de Ramala, y una tunjana, de quienes solo los más íntimos conocen sus nombres.

Tal vez, en este día, 28 de octubre de 2025, a las 10 de la mañana, en la Universidad Sergio Arboleda, con la presentación del doctor Hernán Peláez Restrepo, conocido como ‘El gato’, así le dice el homenajeado, desde la época en que trabajaron juntos en Caracol Radio.

En esta ocasión se habló de la vida y obra de José Yamid Amat Ruiz, quien se presentará, ‘supuestamente’, por vía ‘streaming’.

Su merced, ¿le gustaría contar toditito?

● Ilia Calderón, de Itsmina, Chocó, presentadora de Univisión Noticias: “En 1997, el periodista acostumbrado a romper esquemas, decidió que debía ser la primera mujer negra como presentadora central de un noticiero estelar a nivel nacional en Colombia. Gracias a Yamid, muchas niñas que me vieron en las pantallas de los televisores de sus casas, se dieron cuenta que era posible estar ahí”.

● Germán Posada, periodista, abogado y estudiante en el Colegio Salesiano Maldonado de Tunja: “Durante tres años fuimos compañeros en el bachillerato. Yamit Amat era un compañero común y corriente, jugábamos, hacíamos batallas de tiza, nos prestábamos plata, tomábamos gaseosa de la misma botella y nos regalábamos cigarrillos o nos pasábamos la colilla de un Piel Roja, jugábamos póker, damas chinas, naipe español. Lo único que no hicimos en esa época del colegio, de 1956 a 1959, fue fumar marihuana porque en ese tiempo no existía el consumo. Por lo general, en las fiestas, tomábamos cerveza y bailábamos con las muchachas… Él no era bueno en química, pero también sufría con las matemáticas, con la historia, con el francés y con el latín…. El micrófono fue lo suyo desde el colegio porque su característica fue transmitir partido de futbol, baloncesto, voleibol y la misa. Yamit fundó el primer Cine Club de Tunja”.

● Fernando Calderón España, locutor en Caracol: “A Yamid lo considero el Da Vinci de los medios en Colombia. Cambió los conceptos radiales, impuso un modelo de noticias en televisión que copian todos y su paso por la prensa fue innovador desde Juan Lumumba hasta la forma de entrevistar en el diario El Tiempo. ¡Fue un creador, ante todo!”

El amor de Yamid Amat además del que le profesa a sus hijos, Santa Fe ocupa un lugar preferencial.

Díganos, usted…

“Nunca he parado como periodista. Tampoco mi acelere que es por culpa de mi carácter nervioso. Por eso me casé tres veces y tengo dos hijos, Adriana y Yamid, con quien he trabajado…

“La poesía me gusta. Uno de los poetas que recuerdo es Mahmud Darwish, poeta nacional palestino y uno de los más célebres literatos árabes. Uno de sus poemas más famosos fue ‘A mi madre’. Su último verso dice: “Soy viejo.

Devuélveme las estrellas de la infancia para que pueda trazar el camino de regreso a casa. De regreso con las aves migratorias, de regreso a tu nido que te espera”.

Y mientras en su cerebro rebobina lo que realizó en los medios de comunicación, sigue vivo el pasado 14 de noviembre de 2014 cuando le dijo a su audiencia del noticiero CM&: “Muchas gracias y hasta pronto”.

Aquello fue una demostración de lo que es la cultura palestina. Lo sagrado se manifiesta, principalmente, en la religión, en la tierra y en el derecho al retorno.

Esas palabras, por demás escuetas, le sirvieron para finalizar el noticiero que estuvo al aire, durante 33 años, de manera interrumpida.

Durante el homenaje la nostalgia será un sentimiento anclado en el pasado. Se recordará, entre otros hechos, que ese noticiero de televisión dio a conocer un cheque de 40 millones de dólares girado a la campaña de Ernesto Samper y otra cantidad de informaciones que heló a los colombianos como fue la muerte del defensa colombiano Andrés Escobar o la del árbitro Álvaro Ortega que cumple 36 años.

Tal vez por eso, Yamid Amat siempre considera que la radio es inmediatez y la televisión un congelador. Lo vivió durante los años que estuvo al frente del noticiero que se emitía a las nueve y treinta de la noche porque “si se produce un hecho a las cuatro de la tarde hay que tenerlo guardado durante varias horas”, dice.

Por eso, nunca olvida su mayor metida de pata:

“Siempre me remarcan lo del maremoto en Bolivia, aunque tiene su explicación: a las nueve de la mañana llega un cable diciendo que el maremoto no había sido en Chile sino en Bolivia entonces, ¿yo qué hago? En ese momento, ¡quería que la tierra me tragara! Debido a esa situación, digámoslo así, aprendí que un buen periodista debe decir la verdad y nada más que la verdad y reconocer sus errores”.

José Yamid Amat Ruiz, a pesar de estar alejado de los medios, dejó una huella. Llegó al oficio, como lo dijo alguna vez, “por necesidad y por hambre, pero también por ser hincha del Santa Fe”.

En este espacio quedan muchas historias por contar del hombre que cambió la radio informativa al igual que en la televisión noticiosa.

El micrófono fue el medio que le dio de comer a Yamid Amat. Él siempre lo dijo.
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