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Por Luis Felipe Gómez Isaza.
Columnista Cápsulas.

Una nueva ilusión y un aire de optimismo nos llegó al navío con empuje y decisión este fin de semana. En Chile, donde se juega el Mundial Sub 20, a la tricolor juvenil le dio por meterse en la semifinal de la Copa del Mundo, hecho glorioso que no teníamos desde que el profe Rueda en el 2003 se instaló y curiosamente contra el mismo rival de ayer, naufragó.
Aún recuerdo ese juego cuando creo que le faltó valentía y no supo cuidar un resultado o posiblemente, se nos apareció nuestro peor enemigo, la mente y, se abrazó con la adversidad. En este país sufrimos de mente, pero cuando la superamos, somos capaces de todo, hasta de subir un curioso presidente que no da pie con bola, o también de organizar la casa y sorprender con nuestra literatura, el arte, la música, los paisajes y el mejor mundo posible.
Somos unos dependientes de la mente y nuestro fervor por la inferioridad nos hace pasar malos tragos y momentos. En Texas, la de mayores, se paseó oronda contra México, país futbolero que siempre nos ha mirado por encima del hombro y del cual ya hemos dado cuenta en varias ocasiones, inclusive en nuestra única Copa América; sin embargo, da gusto revisar las grabaciones digitales previas al juego donde se aprecia con risibilidad como sus comentaristas apostaban a que nos ganaban de lejos, pues se sentían superiores, haga de cuenta la premonición de Maradona, cuando ellos, los argentinos, eran los históricos.
Cuatro a cero contundente y sin disculpas, entre la selección mexicana y la nuestra hay una diferencia abismal en estos momentos y el futbol de Colombia es definitivamente superior. Sin embargo, hay un enemigo que siempre acecha cuando llegamos a instancias definitivas en un torneo o cuando nos acercamos a una nueva Copa del Mundo, en este caso con equipos inmejorables, llenos de individualidades exitosas pero que a veces no creen en su verdadero potencial futbolístico.
Si, el enemigo es ese, nuestra mente criolla, pues sufrimos de debilidad mental en los momentos de mayor necesidad de tener una mente fuerte y ganadora. La semifinal del Sub 20 es contra Argentina, posiblemente peso a peso sin ser mejores que nosotros, pero con una fortaleza mental inducida desde la infancia y poniéndonos la mano en el corazón y en la razón, a nosotros nos falta eso, MENTE.
En realidad es lo único que nos falta. Ojalá la suerte esté de nuestro lado y tengamos al menos por un momento, eso que tanto añoramos, mentalidad ganadora. De pronto con la selección de mayores tendremos una mejor perspectiva, pues volvieron a juntarse las estrellas y son jugadores ya muy fogueados en el exterior, donde el trabajo mental es insuperable.
Suerte tricolor juvenil, si no pasas a la final, ya nos tienes acostumbrados a la decepción, si lo logramos, nos pondremos tan felices que será una nueva cortina de humo para olvidarnos de lo curiosos que somos al tolerar estos gobernantes que nos tienen despedazados como nación.




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