Capsulas de Carreño

Mompotes en una jornada histórica

Andrés Mompotes empezará como nuevo director de EL TIEMPO el próximo 1 de marzo. Él ha recibido múltiples frases de apoyo por su nombramiento.

POR WILLIAMS VIERA, desde USA.

 

 

Justo el día en que el mundo vive una jornada histórica porque el róver ‘Perseverance’ de la NASA, el más avanzado de todos los vehículos enviados a Marte, llega a ese planeta y se va a detener en el cráter Jézero en donde intentará encontrar signos de vida pasada; pero también, es histórica porque a 470 millones de kilómetros del vecino cósmico, en Bogotá, Colombia, la Junta Directiva de EL TIEMPO Casa Editorial acaba de nombrar como director general de EL TIEMPO al  periodista Andrés Mompotes Lemos.

Mompotes, como lo llamábamos en la redacción de la separata de El Tiempo-Cali Valle, cuando quedaba en la avenida tercera norte, era un muchacho callado, que hacía su trabajo de reportero para la edición que dirigía, en ese entonces, Alejandro Moya, quien a su vez había reemplazado en el cargo a Clemencia Medina luego que ella se estableció en Buenos Aires junto a su esposo. A él lo trasladó la empresa en la que trabajaba.

Para entender a Mompotes había que conversar con él. Los más cercanos eran José Luis Valencia, Iván ‘El Abuelo’ Noriega y Gloria Inés Arias, pero era por aquello de la responsabilidad del cubrimiento de las noticias que iban para la edición nacional o en la local. Pocas veces se le veía sonreír y siempre estaba atento a las indicaciones de Moya, quien consideraba, en ese entonces, a mediados de los años 90, que “él llegará lejos en el periodismo”.

A pesar que Andrés Mompotes rara vez se ríe, quedó plasmada su sonrisa durante un selfie con motivo de los 50 años de vida periodística en EL TIEMPO de José Clopatofsky. En la misma gráfica, se distingue, entre otros, a Gabriel Meluk, director de deportes.

La designación de Mompotes como director de EL TIEMPO es la confirmación del buen ojo que tenía Moya no solo para el personal que tenía en redacción en esa época romántica del periodismo y en la que parecíamos, todos, una familia sino también en el aspecto informativo que llevó a continuar el trabajo que había realizado Clemencia Medina por el sendero del éxito hasta el punto que las suscripciones crecieron de 5.000 a 23.000 en cuatro años mientras la pauta comercial estuvo por encima de los 3.200 millones de pesos, de acuerdo con cifras de Helmer Betancourt, jefe de ventas de la separata Cali-Valle, “todo un éxito”, como la calificó un día Rafael Santos en una visita a la redacción.

La seriedad de Andrés Mompotes, en su trabajo periodístico, se vio reflejado el 3 de julio de 2018 cuando realizó un programa, ‘Al cierre’, y en él habló de si debía continuar la era del técnico argentino José Néstor Pékerman en la Selección Colombia.

A Mompotes, a pesar de su juventud, en los ratos libres, en esa época, se le veía leyendo obras de escritores renombrados. El Internet apenas se vislumbraba mientras las redes sociales ni se soñaba que cambiarían el mundo en el aspecto informativo.

“Mompotes, ¿qué estás leyendo?”, una vez le pregunté al llegar a escribir la página de deportes luego de la jornada laboral que tenía en Caracol Radio.

“Williams, muy buen trabajo con respecto al capítulo de la novela deportiva que escribiste. Pero, te tengo una corrección para que la tengas en cuenta”, me dijo.

“¿Cuál es la cagada que hice?”, le pregunté.

Entonces, Mompotes me miró y soltó una carcajada que obligó a Moya a salir de su oficina para saber qué sucedía. Entonces, toda la redacción se paralizó hasta el punto que el vuelo de una mosca se podía escuchar.

“Uno muy simple, Williams. En el personaje que habla de Günter Grass, él dice que es argentino. Tal vez estabas pensando que era futbolista en el momento que escribiste el libreto”, dijo Mompotes y otra vez su risotada explotó al igual que la mía mientras los demás celebraban aquella ocurrencia.

Andrés Mompotes en el lobby del diario ‘The New York Times’ en Nueva York. Esa instalación artística actualiza cada pantalla, a cada segundo, con frases procedentes del archivo histórico del periódico.

Uno de los escritores predilectos de Mompotes, en ese entonces, era, entre otros, Charles Bukowski, considerado como el último escritor ‘maldito’ de la literatura estadounidense algo que se enseñaba en la Universidad del Valle de la que se había graduado.

A pesar que escribía de notas judiciales o de los temas nacionales que interesaban a los editores de Bogotá, no dejaba de hablar que Burowski estaba a la altura de los estadounidenses Henry Miller y Ernest Hemingway y del francés Louis-Ferdinand Céline.

Él, siendo de Popayán, nunca dijo cuál era su equipo predilecto, pero sí escuchaba los programas deportivos. Algunos, en la redacción, como Valencia, decían que era hincha del América. Otros, como Gloria Inés y Gloria Chaparro, aseguraban que “le gustaba el Deportivo Cali”. Tal vez porque ellas lloraban en las derrotas del “equipo amado”, como decía el cubano José Pardo Llada en su programa ‘Mirador en el Aire’.

Después de su traslado a Bogotá, Mompotes siguió haciendo su vida en la redacción de El Tiempo en las secciones de Nación y Política mientras realizaba un magíster en Ciencia Política de la Universidad Javeriana.

Algunos han expresado que pocas veces lo han visto reír, pero tal vez por ser serio en su trabajo y en su forma de ser. Y ese será su objetivo en la información que entregue el diario que en una época fue de la familia Santos.

Mientras tanto, Alejandro Moya al igual que el resto de compañeros que compartimos con Mompotes en Cali, estaremos orgullosos del éxito que logró por su nombramiento de director.

Y en este instante, estamos seguros, Moya, recordará aquellas palabras premonitorias que nos dijo: “él llegará muy lejos en el periodismo”.

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