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Mucha combatividad, cero efectividad. Por María Victoria Zapata B.
- Actualizado: 19 octubre, 2016
Por María Victoria Zapata B.
*La falta de un goleador nos sigue pasando factura y muy alta, por cierto.
Con esa sencilla frase se podría resumir el comportamiento del Deportivo Independiente Medellín ante el paraguayo Cerro Porteño, en el juego de ida de cuartos de Copa Sudamericana que concluyó con un empate sin goles, en el estadio Atanasio Girardot.
Mejoró de manera notable el DIM que anoche enfrentó al “Ciclón del barrio Obrero”. La ambición, la motivación, la capacidad ofensiva, el toque, el buen manejo del esférico, las sociedades y hasta ese Poderoso corazón que llevaban extraviados por más de un mes, reaparecieron en este compromiso internacional. La combatividad y el buen fútbol acompañaron al cuadro rojo desde el primer minuto de juego hasta el instante final del partido, sin embargo,
¡¡¡… NO hay quien haga un bendito gol…!!!
Se cansó de buscar la anotación
Medellín fue incansable en su búsqueda del gol. Y fue incansable, también, en su ya habitual desperdicio en pórticos contrarios. Christian Marrugo, Luis Carlos Arias, Juan Fernando Caicedo y Mauricio Cortés, se encargaron de erigir en figura al arquero Anthony Silva y/o de malograr cuanta opción se le presentaba a un Equipo del Pueblo que, en el período inicial fue dueño del balón, del terreno y de reiteradas posibilidades de gol y en el complemento fue igualmente superior a su rival pero no lo supo ratificar con goles.
Y mientras la laboriosidad roja se estrellaba en su propia falta de contundencia, Cerro hacía acopio de un orden defensivo que partía de una doble línea de cinco, cerraba al DIM el juego por las bandas y llegaba esporádicamente a través del contragolpe y sin mucho acierto, al arco de David González.
La acción del minuto 50, con cuatro remates consecutivos al pórtico de Silva ( Moreno, Hernández, Cortés, Mosquera), reseña a la perfección la incapacidad del DIM en materia de definición y la impotencia de una estupefacta tribuna que, horas después de terminado compromiso, sigue preguntándose por que el balón no ingresó a la red en esa múltiple e inmejorable posibilidad.
Improductividad también en los relevos
No se puede desconocer que Leonel lo intentó todo en busca de la anhelada anotación. Tampoco, que los relevos en modo alguno solucionaron el problema. El ingreso de Fabio Burbano (por Luis Carlos Arias, al minuto 64), de Mauricio Molina (por Mauricio Cortés, al 74) y de Hernán Hechalar (por Christian Marrugo, al 86), intrascendentes los tres, trajo consigo el cambio del módulo inicial y la consecuente orfandad de Caicedo en la línea delantera pero en modo alguno disminuyó las ganas de un equipo que buscó el gol hasta el último segundo del partido.
Cerro Porteño, por su parte, adelantó líneas sin menoscabo de su meticuloso esquema defensivo, tuvo dos incursiones peligrosas, cuidó con esmero el 0-0 y se llevó un valioso botín a territorio paraguayo.
Excelente trabajo de Juan Fernando Caicedo, Hernán Pertuz y Andrés Felipe Mosquera, en el DIM. Destacada actuación y figura del partido, Anthony Silva, arquero de Cerro Porteño.
Dos conclusiones
Queda una vez más en evidencia la descompensación del Deportivo Independiente Medellín en su nómina actual. Por la ausencia de un artillero puro, el ataque del DIM resulta siempre predecible con la presencia de un delantero más no con un definidor. Extrañamos al chacho Castro pero más lamentamos no contar con un goleador genuino. Los partidos se ganan con goles y nosotros, infortunadamente, no tenemos quien los haga. Sin importar cuantas opciones se tengan, esta es una verdad que el DIM grita en cada uno de los partidos que juega. La falta de un goleador nos sigue pasando factura y muy alta, por cierto.
Respecto de su comportamiento táctico, aunque el DIM mejoró muchísimo frente a juegos anteriores tanto de Liga como de Copa, sus nefastas presentaciones recientes en condición de visitante ante Sportivo Luqueño (0-2) y Santa Cruz (1-3) con censurables módulos defensivos, le obligan a la implementación de un esquema diametralmente opuesto al empleado en ambos compromisos y similar a los habituales 4-3-1-2 o 4-2-2-2 que son los que le han permitido un rendimiento acorde con su nómina y objetivos.
Cerro, ya lo demostró en esta versión de Sudamericana, es un potente local y Medellín, también comprobado, es un pésimo visitante. ¿Volveremos a ver, a partir del próximo martes en Asunción, ese DIM que no diferenciaba entre un partido local y uno en condición de visitante? ¿Veremos nuevamente ese Medellín impetuoso y lleno de coraje que anoche luchó durante los 90 minutos de juego?
Pero a pesar de cualquier análisis, de cualquier concepto, de cualquier conclusión, queda siempre sin respuesta la misma pregunta que nos venimos formulando desde hace tiempo: ¿En lo que resta del año, quién marcará los goles del DIM?
[María Victoria Zapata B.]
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