Capsulas de Carreño

Nacional, de puente y sombrero vueltiao

MONTERÍA. Andrés Andrade en su consigna de echarse el equipo al hombro pero no alcanzó para el gol.  Foto @Dimayor.

Por Jorge Iván Londoño M.
Columnista Cápsulas.

 

 

*Ojalá para los partidos que faltan, Nacional no salga de puente y juegue con sombrero aguadeño.

 

El contraste de la tarde lluviosa por este oriente, infaltable todos los 31 de octubre, siempre disfrazado de bombón,  con la calurosa de Montería, también se dio en el picadito, que a cambio de partido, jugaron Jaguares y Nacional.

 

Nacional sabía que de ganar, se alejaba en la reclasificación de Millonarios, perdedor de su partido contra La Equidad,  pero desaprovechó el papayaso, y prefirió irse de puente y de sombrero vueltiao.

 

El portero Mier se lució en los primeros hervores del partido.   Blanco, el delantero samario, mostró destellos, por poco anota el primero, la faltó pegarle más fino al balón. Volvió Baldomero, importante no solo en el medio campo, sino cuando se disfraza de “nueve”. Jarlan y Castro, pudieron anotar en sendas entradas al área, con todo a su disposición, pero mandaron el balón, uno a San Antero y el otro a Sahagún.

 

Dorlan tuvo su chance en un tiro libre, pero el vertical  le hizo pistola. Andrade en su consigna de echarse el equipo al hombro. En lo que sí fueron efectivos Jarlan y Banguero, fue en las tarjetas amarillas, porque de forma adrede acumularon cada uno las cuatro, con el fin de acercarse a la quinta, y ser clientes de la nueva ley de “Borrón y Cuenta nueva”.

 

Nacional, siempre nos ha sorprendido porque en partidos, en los que uno jura y rejura que saldrá ganador, los pierde o los empata. De igual forma algunos jugadores tienen unos altibajos iguales a los de una montaña rusa; ayer por ejemplo, Jarlan, Candelo y Castro, aportaron mucho a esa tenencia del balón cercana al 70%, pero muy poco a la eficacia en el arco contrario.

 

 

Qué la alta temperatura juega, es una verdad vestida de chanclas y bermudas. Qué en esas condiciones hay que dosificar el trabajo, nadie lo discute, pero creo que a Nacional se le fue “la mano en gallina”, como lo teclea el Domínguez Giraldo, premio Oscar de las Columnas Desvertebradas,  en imponer un juego demasiado calculado, lento y geométrico, que le conviene para la parte física, pero muy poco para el marcador. Tuvo algunos ataques demoledores, pero desperdiciados por malas finalizaciones.

 

Sigue el partido contra el Bucaramanga, el de los dos apóstoles barbados,  y luego el partido de ida por la final de la Copa Colombia frente a Pereira, equipo que ayer vimos estorbar y pegar frente al Medellín, lo que nos dio pie para cuestionar, ¿A este equipo le regalamos el invicto? Tampoco pues.

 

Ojalá para los partidos que faltan, Nacional no salga de puente y juegue con sombrero aguadeño.

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