Capsulas de Carreño

Nacional duro de cabeza y flojo de cola

Los abrazos para Cardona, figura de la noche. Nacional pasó a ocupar el liderato. Foto tomada de Blog Verdolaga.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

Por culpa de las dimayoradas nos perdimos los actos protocolarios del partido entre la bandeja paisa y la lechona tolimense; que entre otras, nada que ver con la que se consume en otras regiones del país. Menos mal llegamos justo cuando el árbitro Ruiz, el que nunca se despeina, como Mandrake, da inicio a la contienda.

 

Por fortuna, nos quitamos ese sambenito de encima, y hoy los partidos entre los verdes y los vino tinto son de “póngala como quiera”. Obviamente sabíamos del potencial del rival del frente, lo que ya nos habían advertido, y más el de este momento, dirigido por el español Ismael Rescalvo, valenciano para más señas, quien tiene como asistente a su hermano mellizo, que es copia exacta, ambos de alguna recordación, porque pasaron como técnicos por el Envigado y el Medellín.

 

Nacional muestra tres novedades, Castillo por Ospina por el llamado a la selección; el regreso de Felipe Aguirre, toda vez que Juan José Arias paga una fecha de sanción; y Faber Gil, con su motilado 7 de diciembre, en reemplazo de Marino Hinestroza quien hace sus primeros pinitos en la de mayores. Va siendo hora de que Faber prenda las velitas que lleva en su motilado, porque ese fútbol endemoniado que le conocemos, lo tiene apagado.

 

Nacional comienza a dar las primeras puntadas de la telaraña que teje alrededor del arco tolimense, defendido por Fiermarin. Producto de ello a los 7 minutos llega el cobro del tiro penal, por mano de un defensor pijao; todos creímos que el balón le había pegado en la izquierda, que tenía pegada al cuerpo, pero fue en la derecha, esa si despegada y con la palma abierta, acción que solamente podían ver los responsables del VAR, por lo que llamaron a Ruiz y le dijeron ¡Venga que si es pa´eso! Cobra Cardona y faltó  poco para que  el uruguayo lo desviara, pero la potencia dijo presente.

 

Siete minutos más tarde, los tolimenses entran por todo el centro como Pedro por su casa y Lencina anota el gol del empate. Gol de factura sin IVA, de esos de no te lo puedo creer.

 

Y vamos de siete en siete. Al minuto 22 cobra Cardona un tiro de esquina, balón por los aires, Asprilla se eleva y cabecea hacia atrás para que entre Morelos y mande un balazo para el 2 a 1.

 

9 minutos después, minuto 31,  Tolima le paga a Nacional con la misma moneda, y en una jugada muy parecida, cobra Rovira el tiro de esquina y el balón le llega pleno a Hurtado, sin marca alguna, para que simplemente lo toque y lo mande al fondo. Esto se pone 2 a 2

 

Pero eso no se queda así, 3 minutos más tarde, si señores tres minutos, se produce una jugada maestra de billar a 3 bandas. Morelos por la punta derecha, pase al centro a Cardona quien de taquito le hace el pase a Asprilla para que se “pinche” con un disparo colocado y ponga las cifras 3 a 2.

 

Pero faltaba la cereza como adorno del postre. Minuto 39, llegada de Nacional por el centro, Morelos le hace el pase a Cardona, quien “peina” el balón a Román para que de media bolea anote el cuarto.

 

Si señores, 6 goles en 45 minutos es una marca Rolex para un primer tiempo de ensueño por los cuatro goles marcados por Nacional, pero de pesadilla por los dos goles recibidos en contra, que ratifican que la defensa verde sigue adoleciendo de fallas en marca y sincronización, que por fortuna, en el momento, son perfumadas por el contundente ataque, pero no nos podemos acomodar a la premisa de que por cada gol en contra, anotamos dos, y menos para el torneo que nos espera a la vuelta de la esquina, en el que las condiciones de juego son diferentes, debido a contrincantes de más talante.

 

El segundo tiempo cambia el decorado, porque al minuto 57 el Tolima anota el tercero, en descolgada de Juan Pablo Nieto, hace el centro para que el argentino Lencina anote el tercero, y el segundo de su cuenta. Nuevamente queda al descubierto la llegada tarde de toda la defensa, porque no hubo marca para Nieto, y Román, que entre otras por poco incapacita al anotador al mandarlo contra el vertical debido a la inercia que produjo su estirada, llegó muy tarde.

 

De ahí en adelante, y con los cambios hechos por Gandolfi, Nacional rebaja revoluciones en su ataque, y se limita a “empollar” sus cuatro goles y deja que los jugadores del Tolima  se vistan de obreros de Fabricato, y comiencen a tejer jugadas y llegadas que en dos o tres oportunidades comprometieron el arco custodiado por Castillo.

 

A las fallas en defensa, que comienzan con la deficiente marca en las bandas, porque Román y Cándido tienen más vocación ofensiva, lo que abre boquetes enormes, súmele la desconcentración, manifestada en un cobro de tiro de esquina por Rovira desde la esquina oriental, balón en corto a Castro quien llega en solitario al área para hacer el centro, y todo porque los jugadores verdes están mirando para preferencia buscando al que vende mango biche. ¿Pueden creer?

 

Sigue el clásico montañero este domingo, que enfrentará al verde primero y al rojo segundo del torneo, a la delantera más goleadora contra el arco menos vencido, y de ñapa un invicto importante de los rojos de la montaña. Al que pida más que le pilen maíz.

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