Icono del sitio Capsulas de Carreño

Nacional, fútbol a cuenta gotas

MEDELLÍN. Mauricio Duarte, Yerson Candelo y Fredy Salazar. Un marcador justo, buen primer tiempo de Águilas y fútbol a cuenta gotas de Nacional. Foto @Dimayor.com.

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

Jura´o pa´mi Dios bendito que hubiera apostado por el triunfo de Nacional sobre Águilas. Pensaba que aquel partido, en el que al técnico Herrera le dio por poner a los pollitos verdes frente a las Águilas, para que los desplumaran, no se podía repetir, y menos con Sarmiento y con los gallos espueleros de Nacional en la cancha. Menos mal nadie me paró la caña.

 

La ceremonia protocolar incluyó  un minuto de silencio como homenaje a Kaky, uno de los hinchas más queridos del equipo verdolaga, quien además se debió haber homenajeado con un triunfo contundente, que nos habría puesto en el primer lugar de la tabla. Pero con qué, pues.

 

Las Águilas Doradas, que se vinieron desde Rionegro tirando bus, no propiamente en uno Transportes Chachafruto, sino en el propio, en el primer tiempo le pusieron a Nacional el punto sobre la i, con un fútbol práctico, fluido y profundo, con mucho juego por las bandas, sobre todo por la derecha con Orlando Berrio, aplaudido, no por su minipantaloneta, sino por su triunfal paso por el Nacional ganador de la Copa Libertadores en 2016. Imposible olvidar aquel gol, en el último minuto a Rosario Central, que daba el pase a final y seguido de monumental bronca.

 

Los muchachos de Leonel, el que carga melena y luto, no encontraron resistencia en un Nacional carente de marca, con un reguero de jugadores que no atinaban a juntarse, con errores en los pases e improductivo en el ataque, a punto que lo único importante fue el centro de Duque (su única jugada) para que Candelo desperdiciara frente al portero Contreras. Así las cosas, Águilas se fue ganador al descanso con un gol de cabeza de John Fredy Salazar, que no encontró en Castro oposición alguna.

 

Se supone que en el camerino verde, hubo hidratación y cantaleta, porque el segundo tiempo, además de los dos cambios, Mantilla y Guzmán por Palacio y Andrade, ambos de discreto rendimiento, se ve otra actitud y otra dinámica, ingredientes propicios para lograr el empate al minuto 12, centro de Banguero que capitaliza Duque para meterla, gol que no tuvo celebración por parte del anotador. ¿Por qué? ¡Sabrá Mirús!

 

Después del empate, Nacional entra en otro letargo, con un fútbol a cuenta gotas, lento e improductivo, con Mantilla y Guzmán que no originaban peligro, porque ya habían aportado su cuota de diez minutos por partido; Dorlan pura entrega pero poca efectividad en sus disparos y en sus centros; Candelo, que en el primer tiempo hizo alguito bueno, también se apagó; Duque (solamente el gol) salió para darle paso a Jaider Asprilla para que conste que sí estuvo sentado en el pupitre; Sebastián olvidó que fue, lejos, la figura del clásico, y mermó su rendimiento. A decir verdad, fue Nacional el que se salvó de la derrota, gracias a par atajadas de Mier con sello de gol.

 

División de puntos que afianzan a ambos equipos entre los ocho, y que a decir verdad, por tratarse de un hermanito menor, no duele tanto el no haber ganado, aunque la hinchada que va al estadio se merece todo, y en ese todo están los tres puntos.

 

Se viene este jueves el partido contra Once Caldas, que será la despedida de Sarmiento, despedida que al igual que la de Kaky, merece el triunfo por el reconocimiento a su corto trabajo, infinitamente superior a lo poco o nada que hicieron otros técnicos en mucho más tiempo y por mucho más dinero.

“Nada es más caro que una oportunidad perdida”. H Jackson Brown, Jr.
====

Compartir:
Salir de la versión móvil