Capsulas de Carreño

Nacional, la reculada de tamaño metropolitano.

BARRANQUILLA. Defensivamente buena prueba para Nacional ante Junior pero un equipo totalmente inofensivo. Un punto se trajo del Metropolitano. Foto Comunicaciones Atlético Nacional.

Por Jorge Iván Londoño M.

*La reculada de tamaño metropolitano fue la de Nacional en su partido frente al Junior, que “estrenaba” las canas de su escriturado técnico Comesaña.

Vaya uno a saber si fue premeditada, o si de entrada el Junior, con su voluminoso ataque, obligó al verde a quedarse bien juicioso en su propio campo y a conjugar el verbo defender en todos los tiempos.

Se advertía un partido complicado, no solo por el cambio obligado de actitud de los jugadores junioristas, pues al fin y al cabo habían logrado el objetivo de cambiar a Suárez por Comesaña, a punta de pantomimas, sino porque Nacional llegaba con notas en rojo en su rendimiento, y apenas tenía una semana para habilitar la materia.

Ante la arremetida de los tiburones, fielmente representada en 12 cobros de tiros de esquina contra cero pollito de Nacional y en una posesión del balón del 85%, la zaga verdolaga comandada por Bocanegra y Henríquez  y el portero Cuadrado,  comenzó a esculpir el cero, apoyados por Helibelton y Machado, que esta vez no se pudieron pegar sus voladitas  a casas ajenas, tal como lo hacen en otra clase de partidos.

Fue tan arduo el trabajo de la defensa, que hasta en una ocasión Bocanegra, en un ataque de genialidad,  hizo veces de Cuadrado en el cobro de un tiro libre por parte de Viera, despejando el balón con la cabeza al tiro de esquina, balón que iba derecho a abrazar la red.

Los delanteros de Nacional se tuvieron que vestir de defensores, y olvidarse de las pretensiones de gol, para lo cual contaron con una sola oportunidad al minuto de iniciado el segundo tiempo, balón que Cepellini mandó a Puerto Colombia. Aldo Leao y Perea trabajaron horas extras en el retén del medio campo, asfixiados por la mayor cantidad de jugadores ñeros.

Fue otra prueba para medirnos la capacidad cardíaca, a eso ya nos acostumbraron, no solo por la llegada en masa del Junior a nuestro arco, sino por lo que se está volviendo vicio en Nacional, salir gambeteando o jugando el bobito en plena área, prácticas que están determinantemente prohibidas, porque pueden dar como resultado un gol en contra y en ese caso que pena con las mamás en su día.

Hoy el equipo regresa de Barranquilla con el bienvenido sobre peso de un punto, que será de vino tinto y oro si este jueves nos quitamos de encima ese Sambenito que cargamos ante el Tolima, representado en derrotas en los últimos partidos. Para lograrlo necesitamos que les den de alta a los Lucumí, Rovira y Gómez, porque que verriondos para hacer falta, que la defensa y el portero repitan lo bien hecho de ayer, y que el equipo en general saque la casta de campeón, que ya va siendo hora.

Adiós a la reculada, y bienvenida la avanzada verdiblanca.

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