Capsulas de Carreño

Nacional recuperó en su casa, lo que había perdido en dos ajenas

Gracias al gol de Kevin Viveros, Nacional con este TRIUNFO,  en mayúsculas, asumió la punta del grupo con 9 unidades.. Foto @BlogVerdolaga.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

Y llegó el momento de cambiar la hora del rosario, 5 pm,  por el partido entre Nacional y Bahía, penúltimo juego que ambos afrontan por la definición de su grupo. En el partido de ida ganaron los “bahianos” por 1 a 0, idéntico marcador con el que hoy ganó Nacional, ante 44.176 asistentes, de los cuales unos 400 llegaron desde la porra, o más exacto, desde Salvador de Bahía, para alentar a su equipo. Qué pena con ellos.

 

Nacional no presenta a Ospina por estar encamado y con el termómetro debajo de la axila. En su reemplazo estuvo Castillo que tuvo 3 atajadas para la foto, todas ellas en el segundo tiempo, y varios saques para el olvido, excepto el saque al inicio del segundo tiempo, que fue la cuota inicial para el gol del triunfo. En defensa los mismos, con más aciertos que fallas, pero de ese cuarteto emergió Cándido, que para mi gusto fue el mejor jugador de Nacional, por su generosa proyección y su aporte en defensa.

 

En contención Matheus, quien tiene unas cuantas botellas apachurradas en su haber, y también faltas innecesarias y ubicaciones como de juego de las escondidas; se pensó que  Gandolfi lo iba a castigar por la pataleta aquella, parándolo de frente contra el vidrio del banco, pero borrón y cuenta nueva; a su lado Campuzano, mucho más fino y agresivo, pero que a veces nos pone el ritmo cardíaco a mil con esas jugadas de sobra cerca del área. ¡Aypondios!

 

Arriba un Cardona que lució a veces confundido, apresurado e inseguro, así que que no estuvo en su tarde. Arce sigue palo arriba, muy atropellado en la marca, que por lo regular termina en falta, con tiros a las nubes pero impecable en la jugada previa al gol. Viveros dos goles comenzando los tiempos, el primero anulado porque tenía adelantado un hilo de la costura de la camiseta en el hombro, y el segundo entrando como fantasma en casa ajena, para hacerse al balón que quedó suelto en el nudo que armaron Arce, un defensa y el portero, y mandarlo con potencia al fondo de la red. Gol también sujeto a revisión, pero validado al final, porque no hubo mano de Arce. Marino jugó como si se tratara de un partido contra Águilas.

 

Mucha posesión de Nacional en el primer tiempo, pero sin transcendencia frente al arco rival; muchos tiros de esquina a favor del verde pero sin generar siquiera las manos a la cabeza de los sentados en el estadio, y de nosotros los sentados en las sillas de nuestras casas. Los 3 o 4 tiros al arco se convirtieron en tiros a las nubes.  Bahía se plantó bien atrás, con  marca exclusivas para Cardona y Marino,  y le apostó a los contragolpes, que fueron más bien poquitos y bien sorteados por la zaga verde.

 

Los 45 minutos finales cambian de decorado, porque Nacional, a cambio de atacar y de conseguir aumentar la ventaja, opta por defender su golcito, con el jueguito de siempre, a los costados, atrás, toma y me devuelves, Castillo ahí te va y pásaselo a Román,  hasta que en todas esas, se pierden el balón y rece pues.

 

Bahía, no obstante la gentileza verde de cederle espacio, tampoco es contundente en su ataque, y pasan los minutos. Rogério Ceni, al que admiramos en su época de portero activo, por sus goles de tiro libre, de los que es el máximo exponente en el mundo con 131, y ahora es el técnico del Bahía, comienza a mover sus fichas, mientras tanto, Gandolfi se hace el de la vista gorda y sigue tan campante, hasta que por fin entran Morelos y Asprilla por Arce y Viveros.

Los minutos se consumen y las uñas también; aparece la  lluvia que obliga a los asistentes a ponerse las capas plásticas con la capucha sobre la cabeza, para quedar  disfrazados de “cartujos”. Marino se gana la amarilla por una falta a lo “samurái”, tarjeta que le acelera el cambio por Sarmiento. Cardona también abandona el campo con cara  de Guayaquil a las 2 de la mañana, pero con el árbitro que quiso cogerlo de la mano para agilizar la salida. Se cumplen los 90 y nos vamos para los siete de adición, que pasan sin sobresaltos.

 

Nacional con este TRIUNFO,  en mayúsculas, asume la punta del grupo con 9 unidades. Mañana juegan Nacional de Uruguay, con cinta de luto por el fallecimiento de su expresidente Mujica, y el Internacional de Porto Alegre. Si se da un empate, será Nacional el primero en clasificar; pero si se da un triunfo de cualquiera de los dos, todo se definirá en la última fecha, en la que los Nacionales jugaran entre sí en Montevideo, y los dos brasileños en casa de Internacional; en esa situación, Nacional necesitará de un empate para clasificarse; incluso, podría quedar de primero si se dan ciertos marcadores.

 

Con la alegría que da el triunfo y el logro de los objetivos, y con el sosiego que da el pitazo final. Hoy vemos a Nacional encumbrado en el primer lugar de su grupo de Libertadores y primero en la liga; eso a todas luces indica que hasta el momento las cosas se están haciendo bien, así sea con altibajos y con dos o tres jugadores que deben hacerse un auto examen sobre su rendimiento.

 

Que lo hecho hasta hoy, y la efervescencia del momento,  sirvan para llegar al Nacional arrollador los noventa minutos; que no tenga compasión por el rival; con hambre de gol para marcar los que sean y que no se conforme con un gol solitario. Porque “El compromiso es lo que convierte una promesa en realidad”, tal como lo dijo Abraham Lincoln.

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