Capsulas de Carreño

(Nacional). «Vaca ladrona no olvida el portillo»

GUARNE. Atlético Nacional no es el equipo de jerarquía del ideario del hincha. Es un equipo para ganar partidos; algunos vía buenas presentaciones; y algunos concedidos por la diosa fortuna. Foto @nacionaloficial.

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Por Gilberto Maldonado Bonilla.
Columnista Cápsulas.

Eso decían nuestros abuelos. Y en el caso de Atlético Nacional este aforismo popular toma enorme vigencia. La historia que, después de un buen partido, se debe esperar el partido regular y luego los partidos malos.

Atlético Nacional jugó un buen partido frente a Águilas Doradas. Eso se hizo ver por parte de la crítica sumisa y utilitarista como el renacer deportivo de un equipo con comportamiento de enfermo con enfermedad terminal…Una aparente mejoría precede a crisis cada vez más radicales.

Llega el partido frente a Patriotas. La ilusión de una presentación futbolística y la posibilidad de una victoria, se convirtieron con el correr de los minutos en eso: ilusión y posibilidad.

Atlético Nacional no es el equipo de jerarquía del ideario del hincha. Es un equipo para ganar partidos; algunos vía buenas presentaciones; y algunos concedidos por la diosa fortuna.

La manida jerarquía, el ideario del rebaño, es asimilada por el seguidor con la historia. En Colombia, y en todo el continente suramericano, hay equipos con historia. La jerarquía se ahoga en el mar del conformismo y del fútbol mediocre.

Jerarquía se supone es, como mínimo, el sostenimiento de una línea de conducta futbolística, el llamado y socorrido ADN.

Atlético Nacional es la representación de la «vaca ladrona», del enfermo terminal. Y lo grave, posibilidades de superar el actual estado futbolístico no se ven cercanas porque el equipo verdolaga es lo que quieren sus directivos; es lo que quiere un cuerpo técnico que no inspira confianza.

Y no inspira confianza porque la neurona la desgasta justificando y vendiendo humo en sus ídilicas ruedas de prensa. No digo que no tenga capacidades. Por principios, no critico la labor de los técnicos de fútbol basado en casual y accidente de los resultados.

Solo que no se puede confiar en quienes justifican todo. Siempre se ha dicho que la justificación es la madre de la mentira.

Gilberto Maldonado Bonilla.
Hincha de Atlético Nacional.
Medellín.

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