Capsulas de Carreño

Nada perdido, nada ganado.


Por Luis David Obando

 

* Final entre paisas: “los sueños, sueños son”. Pero no habrá nada escrito hasta este fin de semana.
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Vuelve y juega la montaña rusa emocional: por el lado rojo, de la cima de los inobjetables triunfos ante River y Nacional, a la sima de la estruendosa goleada ante el Deportivo Cali. En la orilla verde, de recibir en un solo partido ante el DIM el 45% de los goles en contra de todo el torneo, al golpe de autoridad frente a Jaguares ratificando su favoritismo en esa serie de cuartos de final de la Liga.

La última tal vez no sea una inmensa cumbre (cuando más, un premio de montaña de segunda categoría), pero sí alivia un poco el panorama de los resultados a pesar de que los verdolagas siguen sin convencer aunque sea un poco en el terreno doméstico. Ya lo saben todos en las toldas nacionalistas: no ser campeón es perder con las peores notas el semestre. Ni finalista subcampeón sirve de consuelo.

En cuanto al vapuleo recibido por el Medellín en Palmaseca, no hay que recurrir al lugar común de que mayores remontadas se han visto, pero sí hay que hacer eco de que la serie se acaba con el pitazo final del juego en el Atanasio, ni un segundo antes. Pero para acudir a esa esperanza hay mucho que revisar en las huestes poderosas, comenzando por la conformación del once inicialista del DT Zubeldía.

Y la revisión no solo es en el Equipo del Pueblo. Alguien va a tener que puyar con ganas al cuadro de Rueda, pues más que juego parece faltarle mística. Últimamente hasta sin ganas celebran, como si un gol en la Liga equivaliera a un tanto en un entrenamiento en Guarne. Parece un equipo sin alma, al que el cuerpo apenas le da lo justo para pasar raspando en fútbol, por mucho que domine en cifras.

Entonces el horizonte rojo ahora no se ve muy claro, pero para despejarlo hay que solucionar de una buena vez el grave boquete de la defensa, que comienza por la contención en el medio del campo.  Y esa Quintero-dependencia tan brava, además de la posición y la zona del campo donde debe operar Marrugo. No todo está perdido, pero ahora el remo es contra la corriente.

En cuanto a Nacional, una nómina extensa y costosa no da todavía para configurar un equipo que llene la retina del exigente aficionado verde. Cuando a Macnelly se le prende el bombillito el equipo alcanza a iluminar, pero en sus baches o con su relevo la penumbra vuelve a reinar. Y ojo: Jaguares es un equipo que sabe sorprender jugando de visita. Así que hay mucho adelantado, pero todavía nada ganado.

Lo cierto es que antes de iniciar los cuartos de final la afición paisa se ilusionaba con una final por partida doble en Medellín. Media semana después se puede decir con Calderón de la Barca que “los sueños, sueños son”. El despertar será este fin de semana.

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EXTRATIEMPO. Estaba cantado: eso de las sanciones de primera instancia en la Dimayor son flor de un día. En esa organización priman las palabras sobre las realidades, y a punta de carreta y de declaraciones superfluas y “en caliente” van embolatando a la opinión. En realidad el problema no es solo del presidente Perdomo, sino de un clan autoindulgente al que el fútbol en realidad es lo que menos le importa, más allá de los dividendos que a su sombra protectora pueda generar.

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